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Crema de calabacín para tomar fría o caliente

Si te gustan las cremas de verduras que se pueden consumir a cualquier temperatura y no te gusta la textura chiclosa de la patata triturada, prueba esta versión en la que la sustituimos por nabo

Al mantel no le cabe un color más
Al mantel no le cabe un color másMònica Escudero

Me encantan las cremas de verduras en todos sus formatos y combinaciones, pero no me gusta nada la textura que les da la patata: al triturarla durante un rato para conseguir una crema fina, libera el almidón se vuelve elástica y chiclosa (lo que no es necesariamente un defecto, solo que a mí personalmente no me gusta). Como este tubérculo también hace que las cremas se vuelvan más gorditas y saciantes es difícil de sustituir, pero hay otra crucífera que puede ayudarnos en esta labor: el nabo. Aunque crudos tienen un sabor ligeramente picante, este desaparece al cocinarse, proporcionando una base bastante neutra perfecta para todo tipo de purés.

Otro punto importante -y para mí, innegociable- de esta receta es la mantequilla. 100 gramos puede parecer mucho, pero teniendo en cuenta que vamos a preparar casi tres litros la cantidad por ración es más que aceptable. Gracias a esta grasa láctea y un poco de paciencia conseguiremos que las verduras tengan un sabor delicioso, profundo y ligeramente caramelizado. Le añadiremos una cucharadita de aceite para evitar que se queme.

Puedes preparar la versión vegana con aceite y bebida vegetal; en este caso no serán necesarios 100 gramos de aceite, usa mejor unos 80. Esta crema es ideal en ese momento del año en el que no se sabe si apetecerá calentito o frío: la receta tal cual es para tomar en caliente, con 300 mililitros más de líquido -agua, caldo o leche, según se prefiera- me parece que tiene la textura ideal para tomar fresquita o del tiempo.

Tiempo: 40 minutos

Dificultad: Hay que tener un poco de paciencia para dorar bien las verduras.

Ingredientes

Para 8-10 raciones

  • 1 kg de calabacines (unos 4 o 5 medianos frescos)
  • 300 g de nabo (un par medianos)
  • 1 cebolla grande (unos 300 g)
  • La parte blanca de un puerro mediano (guardar la verde para otras preparaciones)
  • 100 g de mantequilla
  • 1 cucharada de aceite de oliva suave
  • 750 ml de caldo de verduras o agua
  • 600 ml de leche
  • Sal
  • Pimienta
  • Picatostes, un poco de nata o queso para servir (opcional)

Instrucciones

1.

Pelar y trocear la cebolla en trozos grandes. Quitar las puntas a los calabacines y los nabos y trocearlos grandes. Sacar las capas externas al puerro y cortarlo en rodajas gruesas. 

2.

Llevar todo a una cazuela a fuego medio con la mantequilla, el aceite y sal y cocinar durante unos 25 minutos o hasta que todo esté doradito, removiendo a menudo para que no se queme. 

3.

Añadir los líquidos y llevar a ebullición durante unos siete minutos o hasta que el nabo esté tierno (el dorado previo ya habrá hecho gran parte del trabajo). 

4.

Triturar bien, añadir pimienta y rectificar de sal si fuera necesario. Si se quiere, pasar por un colador chino. Servir con el acompañamiento que se quiera. 

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