Crema de guisantes: cómo conseguir un color vivo y un sabor fresco
Di adiós al puré de tono pardo y hola a una receta que saca lo mejor de la legumbre. El secreto: cocinar lo mínimo los guisantes, que pueden ser congelados sin problema
Los guisantes son una verdura –técnicamente deberíamos decir legumbre, pero ya nos entendemos– bastante peculiar: aguantan la ultracongelación como campeones sin perder casi ninguna de sus virtudes, pero son hipersensibles a la sobrecocción. En cuanto te pasas un par de minutos se arrugan, pierden su color verde intenso y desaparece ese sabor entre dulce y herbáceo que los hace únicos. Nuestra receta de crema de guisantes está pensada para preservar al máximo lo mejor de estas bolitas prodigiosas.
Para lograrlo, reducimos al mínimo su cocinado y las juntamos con acompañantes que siempre les han sentado fenomenal, como la cebolla, el jamón ibérico y la hierbabuena o menta. Si quieres ver cómo se hace este plato, y de paso reencontrarte con una de sus grandes divulgadoras –la niña de El exorcista–, no tienes más que mirar el vídeo de arriba.
Dificultad: Cocer los guisantes lo justo
Ingredientes
Para 4 personas
- 750 g de guisantes congelados
- Un trozo de unos 50 g de jamón ibérico con una buena parte de grasa
- 1 cebolla
- 1 diente de ajo
- 100 ml de vino blanco
- 1 cucharadita de menta o hierbabuena seca (o fresca picada)
- 20 g de mantequilla
- 750 ml de caldo de verduras o agua
- 4 cucharadas de aceite de oliva virgen
- Pimienta blanca
- Sal
Instrucciones
Separar la grasa del jamón y picarla en daditos pequeños.
Ponerla en una cazuela a fuego medio con un poco de aceite, hasta que se tueste.
Mientras, picar la cebolla y el ajo.
Retirar los trocitos de jamón y ponerla en un plato con papel de cocina.
En la misma cazuela, rehogar el ajo un par de minutos, hasta que coja un poco de color.
Añadir la cebolla, salpimentar y dejar que se poche unos 15-20 minutos.
Mientras la cebolla se hace, cortar unas tiritas de la parte magra del jamón.
Mojar la cebolla con el vino y dejar que evapore.
Añadir los guisantes y rehogar a fuego fuerte un par de minutos.
Incorporar el agua o el caldo y llevar a ebullición. Apagar el fuego en cuanto hierva.
Triturar todo con una batidora de mano o robot de cocina. Añadir la mantequilla y la menta o hierbabuena, remover y corregir el punto de sal.
Las tiritas de jamón se pueden dejar crudas o pasar por una sartén caliente con un poco de aceite, hasta que cojan un color bonito.
Servir con los daditos de grasa y las tiritas de jamón por encima, y un poco del aceite de las mismas si se quiere.
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