Pasta con repollo, ajo y guindilla
Es temporada de brásicas: cuando brécol, lombarda, grelos o repollos nos hacen ojitos en la frutería, ¿quiénes somos nosotros para resistirnos?
Esta receta es tan fácil, sencilla y sabrosa que te preguntarás dónde estuvo escondida hasta ahora: el truco está simplemente en tratar el repollo de forma correcta. Primero hay que ablandarlo, cociéndolo en agua unos 15 minutos. Después, y es un paso fundamental, rehogarlo con un poco de ajo y guindilla que harán que esta verdura pierda ese sabor a recocido.
El paso final -pasarlo por la batidora- no es imprescindible pero la textura final de esa crema, acabada con el queso rallado, es algo que merece la pena probar. Yo recomiendo triturar todo: repollo, ajo y guindilla, de esa forma, el abanico de sabores será más complejo e interesante. Al final, mantecar con el queso rallado creará una salsa cremosa que cubrirá perfectamente la pasta.
Tiempo: 30 minutos
Dificultad: Hay que tener una batidora (y enchufarla)
Ingredientes
Para 4 personas
- 500 g de repollo, col rizada o berza
- 2 dientes de ajo
- 1 guindilla (o al gusto)
- 400 g de pasta corta (penne, fusilli, mezze maniche…)
- Aceite de oliva virgen extra
- 50 g de Parmigiano Reggiano o Grana Padano rallado
- Sal
- Pimienta negra
Instrucciones
Llevar a hervor una olla con abundante agua ligeramente salada. Limpiar el repollo, cortarlo finamente y cocerlo en el agua hirviendo unos 15 minutos. Mientras, pelar los dientes de ajo, rallar el queso y pesar la pasta.
En una sartén amplia calentar tres o cuatro cucharadas de aceite de oliva y dorar los ajos pelados y enteros y la guindilla.
Sacar el repollo cocido de la olla, sin tirar el agua, poniéndolo directamente en la sartén donde están el ajo y la guindilla. Rehogar el repollo cinco minutos, añadiendo un cazo del agua de cocción.
Volver a hacer hervir la olla con el agua de cocción del repollo, ajustar de sal y poner a hervir la pasta.
Pasar el repollo -con ajo y guindilla si se quiere- por la batidora o un pasapurés, añadiendo más agua si fuera necesario (debe quedar un puré bastante espeso).
Devolver el repollo triturado a la sartén y, cuando la pasta esté muy al dente, escurrirla y añadirla al repollo.
Mezclar, añadir el queso rallado, y cocinar un minuto más para que se incorporen bien todos los ingredientes. Servir con un poco de pimienta negra espolvoreada encima.
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