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La UCI pediátrica de La Paz se queda sin médicos tras el regreso del jefe, acusado de acoso laboral

El doctor fue cesado en diciembre, pero la justicia obligó esta semana a readmitirlo. Tras su vuelta, todos los facultativos abandonan el equipo y los niños que había en la unidad han tenido que ser trasladados a otras áreas

Médicos, enfermeros, técnicos y residentes protestan este miércoles frente al Hospital La Paz por el regreso del jefe de la UCI pediátrica, acusado de acoso laboral.
Médicos, enfermeros, técnicos y residentes protestan este miércoles frente al Hospital La Paz por el regreso del jefe de la UCI pediátrica, acusado de acoso laboral.Ana Puentes

En las últimas 24 horas, todos los médicos que trabajaban en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Universitario La Paz en Madrid han renunciado a su puesto o solicitado la baja. Son 11 en total y el motivo, cuentan a EL PAÍS, es la reincorporación del jefe de servicio, acusado de acoso laboral por más de la mitad de la plantilla. El facultativo fue cesado por la gerencia del centro público por segunda vez ―ya lo relegaron del cargo en 2020, aunque luego volvió al equipo― el pasado diciembre, pero un auto judicial ha obligado a readmitirlo. El martes regresó al centro y este miércoles un centenar de médicos, enfermeros, técnicos, celadores y residentes de distintas áreas se han concentrado a las puertas del hospital para mostrar su apoyo a los profesionales de intensivos y denunciar que la UCI está operando con un solo médico: el jefe. La Consejería de Sanidad asegura que esto no es cierto e insiste en que no se va a cerrar la unidad, aunque admite que los niños que quedaban han tenido que ser trasladados a otras áreas del hospital por la falta de personal. “Se garantiza la atención de los pacientes las 24 horas del día”, afirma Sanidad.

“Aquí el asunto es que un médico ha puesto o ha tratado de poner en jaque al hospital y eso no puede ser”, señala un portavoz de la consejería. Se refiere a que el doctor acusado de acoso laboral ―y que una sentencia ya obligó a readmitir el pasado febrero tras un primer cese― “ha decidido pleitear cuando se le apartó del servicio”, matiza el portavoz. Sanidad resalta que se están adelantando “todas las acciones legales a su alcance” para solucionar el conflicto que, insiste, es laboral.

El sindicato médico Amyts, en cambio, dice que “la UCI Pediátrica administrativamente no está cerrada al quedar únicamente un facultativo disponible”, pero que “la unidad, de facto, se queda sin funciones al no contar con efectivos suficientes”. Dos de los médicos que han dejado el servicio, y que prefieren mantener el anonimato, confirman por teléfono que actualmente “no está trabajando ningún médico” y que cuando el jefe regresó, el nerviosismo se apoderó del equipo. “Algunos se fueron con crisis de ansiedad”, relatan. Y en menos de 24 horas, la UCI se quedó sin profesionales y solo tres residentes acompañan al jefe de servicio en la segunda planta de La Paz, centro de referencia nacional para múltiples tipos de patologías complejas, como trasplantes pediátricos, tratamientos oncológicos, neurocirugías o atención a cardiopatías.

Sanitarios y sindicatos advierten de que se ha “desmantelado” el servicio y que los niños que quedan en la unidad están siendo trasladados a otras zonas del hospital, como la Unidad de Cuidados Críticos y de Reanimación, para garantizar su asistencia. Un portavoz de la consejería confirma que “se ha trasladado a los seis pacientes que quedan en la unidad a otras zonas del hospital (reanimación posquirúrgica, hepatología y neonatología)” y que “tienen garantizada la asistencia”, aunque insiste en que, a pesar de los traslados, la unidad no ha cerrado. Este periódico se ha puesto en contacto con el jefe de servicio de la UCI pediátrica, que no ha querido responder a las preguntas y remite a sus abogados.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha admitido este miércoles tras el Consejo de Gobierno que “se están produciendo bajas [de profesionales]”, pero que no se está desmantelando la unidad y que “la actividad va a seguir adelante mientras se resuelve esta situación [en referencia a las acusaciones de acoso, que están judicializadas]”.

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Pero en el Hospital de la Paz se vive una suerte de luto. En la concentración espontánea de este miércoles hubo lágrimas, abrazos y carteles con frases como “sin UCIP [Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos] no hay Hospital Infantil” o “apoyo a los adjuntos de la UCIP”. El doctor Ángel Aroca, jefe del servicio de Cirugía Cardiaca Infantil, leyó, con voz quebrada, un manifiesto escrito a mano en una hoja. “Transmitimos nuestro apoyo a nuestros compañeros, que están sufriendo mucho. Después de los pacientes, son los más perjudicados por esta situación”, decía el texto.

Jesús Vicente, anestesiólogo del hospital Infantil de La Paz y delegado de Amyts, es uno de los facultativos que se sumó a la concentración. “En los últimos días, se ha dejado de admitir pacientes en la unidad, por eso eran tan pocos, porque habitualmente hay 20 camas, pero poco a poco se han ido dejando de admitir. Incluso se ha avisado al servicio de urgencias de que no se pueden trasladar pacientes pediátricos urgentes a la UCI porque no se pueden atender”, contó a las puertas del centro público.

Los jefes de sección de varias unidades del área de Infantil explican que la salida de los médicos de la UCI afecta a todas las áreas pediátricas. “La UCI es un nodo clave en un hospital que atiende patologías complejas”, afirma Antonio Pérez, jefe de Oncología Infantil. “Si en el sistema un engranaje no funciona, sobrecarga y afecta la función óptima del resto”.

Los residentes también han salido damnificados, de acuerdo con lo que han explicado los jefes de servicio de Infantil. Los médicos en formación deben rotar por la UCI en su tercer año y en cuarto, pueden optar por la especialidad en UCI pediátrica. Los residentes de esta Unidad han manifestado, a través de un comunicado, su solidaridad con los facultativos.

Los equipos de distintas áreas han manifestado su solidaridad con los médicos que se han dado de baja o han renunciado.
Los equipos de distintas áreas han manifestado su solidaridad con los médicos que se han dado de baja o han renunciado. Ana Puentes

“Este equipo ha estado siempre implicado en la adecuada formación de todos los residentes a su cargo. Son buenos compañeros y, sobre todo, buenos mentores”, escriben los alumnos que, a continuación, han alertado de que su formación se ha visto afectada. “Esta situación ha supuesto una franca disminución de nuestra formación en cuidados intensivos y una inadecuada supervisión del trabajo del residente, así como la necesidad de asumir responsabilidades que están por encima de nuestras competencias”, afirman.

Dos ceses en cuatro años

El pasado 21 de diciembre, la gerencia de La Paz relegó de su cargo al jefe de la UCI pediátrica para “garantizar una adecuada asistencia a los niños que tienen que ingresar en esta unidad” y “ante la situación creada con múltiples bajas en el departamento y que pueden afectar al servicio”, según señaló entonces un portavoz de la consejería. En ese momento, todos los médicos del equipo, salvo tres, habían abandonado ―por renuncia o baja― y ocho camas de las 18 disponibles permanecían cerradas por la falta de personal. Tras este cese, muchos de ellos regresaron a la unidad.

Esta no es la primera vez que el doctor debe dejar su puesto. En agosto de 2020, un grupo de sanitarios ―siete de una platilla de 12― denunció “acoso” por parte del jefe del servicio. Tras la primera acusación, el hospital abrió el protocolo de actuación ante conflictos internos y casos de acoso laboral e inició una investigación de cuatro meses liderada por la Dirección General de Recursos Humanos, durante la que se entrevistó a los afectados, el jefe y otros empleados. Concluidas las entrevistas, se elaboró un informe que derivó en el cese del médico en diciembre de ese año. El doctor, apartado del cargo durante tres años, recurrió el cese, que fue revocado el pasado febrero por sentencia judicial.

Dicha sentencia concluye que no hubo acoso laboral, sino “claros incumplimientos de unas órdenes impartidas por un superior jerárquico”, y que la investigación interna se llevó a cabo de forma poco rigurosa, por lo que quedaba anulada. Tras el primer cese, la Consejería de Sanidad abrió también un expediente disciplinario por una falta grave y el médico fue derivado a otra área del hospital público. Esto también ha sido recurrido por el facultativo.

Concentración frente al Hospital de la Paz.
Concentración frente al Hospital de la Paz. Ana Puentes

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