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La empresa del campamento de Las Rozas despide a seis de los monitores que denunciaron las malas condiciones

Todos los empleados que se quejaron a la compañía que gestiona las colonias urbanas y seguían trabajando recibieron este viernes un correo donde se indica que “prescinden de sus servicios” por una “bajada de menores inscritos”

Entrada principal del colegio público Fernando de los Ríos, en Las Rozas de Madrid.
Entrada principal del colegio público Fernando de los Ríos, en Las Rozas de Madrid.Claudio Álvarez
Beatriz Olaizola

Seis de los monitores que denunciaron las pésimas condiciones en las que se encontraban niños y empleados en un campamento urbano de Las Rozas fueron despedidos este viernes, un día después de que alertaran de la situación en medios de comunicación. La empresa Instituto Superior de Estudios Empresariales Cambridge, SA, que gestiona las colonias ―organizadas en el colegio público Fernando de los Ríos―, ha enviado un mismo correo electrónico a todos los trabajadores críticos con la dirección las 19.07: “El motivo de este correo es informar, que a partir de la semana que viene, debido a la bajada de menores inscritos en el campamento [...] tenemos que prescindir de tus servicios como monitor, procediendo a dar de baja el contrato laboral”, dice el texto.

El pasado jueves varios monitores del campamento ―algunos todavía trabajando y otros que lo hicieron en julio― se pusieron en contacto con este periódico para denunciar la situación “insostenible” en la que se encontraban trabajadores y niños: ratas, pulgas, escasez de materiales, comida insuficiente y de baja calidad, suciedad en aulas y baños, basura acumulada, clases a 40 grados y sin ventilador, y falta de personal para atender a todos los críos, algunos con necesidades especiales. También criticaron el “mal trato” recibido cuando se quejaban a sus superiores y la falta de transparencia de la empresa coordinadora con las familias. Apenas 24 horas después, a los seis monitores que seguían en las colonias les llegó el correo de despido.

“El supuesto motivo del despido colectivo es por la ‘bajada de niños’ en la semana siete del campamento. Sin embargo, se ha llevado a cabo la contratación de seis nuevos monitores”, señalan los trabajadores en un comunicado. En el texto explican que desde el inicio del campamento ―llamado “casa de verano” y que abrió sus puertas el 23 de junio― han transmitido numerosas quejas a la coordinadora de las colonias urbanas, tanto de forma oral como por escrito (vía correo electrónico), pero que no han obtenido respuesta alguna. “Hizo caso omiso de estas quejas desde el día uno, a las cuales respondía con una represalia, como por ejemplo, bajar las horas de trabajo, conllevando una bajada de salario, despidiendo a algún monitor, cerrando instalaciones como el polideportivo [el único lugar con algo de refrigeración durante las olas de calor] [...] o recibiendo gritos y malas palabras”, enumeran en el comunicado.

Una de las comidas (hamburguesa y alubias), suministrada por un catering, que los niños del campamento urbano han recibido esta semana, en una foto cedida.
Una de las comidas (hamburguesa y alubias), suministrada por un catering, que los niños del campamento urbano han recibido esta semana, en una foto cedida.

Al campamento se pueden apuntar niños de 3 a 14 años empadronados en Las Rozas ―en régimen de mañana hasta la ahora de comer, o de mañana y tarde hasta las 19.00― durante la última semana de junio, los meses completos julio y agosto, y los primeros días de septiembre. En la página web municipal se indica que hay 150 plazas por semana, aunque los monitores cuentan que algunas no han llegado a los 100 niños y otras han superado los 200. En el pliego de licitación del campamento, en cambio, sí se amplía el número de huecos disponibles a esa cifra. También se indica que la empresa debe ofrecer “servicios lúdicos”, “talleres”, “actividades deportivas” o “gincanas”, entre otras actividades. Monitores y familias critican que no han podido realizar prácticamente ninguna actividad por falta de materiales, que la empresa no les ha suministrado.

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En muchas ocasiones, continúan los trabajadores, han puesto dinero de su bolsillo para compra de materiales. “En las olas de calor trajeron de sus casas insufladores mecánicos para refrescar a los niños, ya que se negaban hacer más fiestas del agua a 43º de temperatura, aun teniéndolo en la programación de la empresa, así como material para el botiquín. No había ni tiritas”, cuentan. Este periódico ha contactado con la compañía para recabar su versión, pero no ha obtenido respuesta.

El Ayuntamiento de Las Rozas (PP) emitió un comunicado el pasado jueves, a raíz de la información publicada por EL PAÍS, donde indican “en ningún momento han recibido quejas de los usuarios sobre la comida, las altas temperaturas o la posible aparición de roedores”. Para solucionar el calor en las aulas ―algunas a 40 grados, según los trabajadores― en los últimos días han instalado climatizadores portátiles.

Sin embargo, los monitores sí alertaron de la situación, tanto a la empresa como al Ayuntamiento, en un correo electrónico que enviaron a ambos el 28 de julio. En e-mail, condensaban lo que también denunciaron en medios de comunicación.

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Sobre la firma

Beatriz Olaizola
Es reportera en la sección de Madrid. Antes escribió reportajes para eldiario.es en el País Vasco, donde cubrió sucesos y temas sociales, políticos y culturales. También realizó prácticas en la Agencia EFE. Graduada en Periodismo por la Universidad del País Vasco y máster en Periodismo UAM- EL PAÍS.

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