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El Ayuntamiento de Madrid creó un consejo asesor del arbolado tras ‘Filomena’ al que no consulta para el cierre del Retiro por el calor

Medio Ambiente encargará un estudio a especialistas externos para analizar si es posible cerrar solo algunas zonas y hace ligeros retoques en el protocolo, cuyos umbrales siguen igual

Una familia juega dentro de un área balizada en el parque de El Retiro, el pasado martes.
Una familia juega dentro de un área balizada en el parque de El Retiro, el pasado martes.Eduardo Parra (Europa Press)
Victoria Torres Benayas

El delegado de Medio Ambiente de Madrid, Borja Carabante, ha informado este miércoles a los grupos de la oposición de que este verano todo seguirá casi igual en El Retiro, cerrado al completo ante situaciones de tiempo adverso. Se encargará, eso sí, “un estudio a especialistas externos para analizar los riesgos de cada una de las especies de árboles”, lo que se espera que permita sectorizar el parque por niveles de riesgo y acometer cierres parciales. Además, se han hecho tres ligerísimos retoques al protocolo de clausura: se podrá acceder a la biblioteca y la sala de fiestas Florida Park media hora después de levantar la alerta roja en lugar de las dos horas de margen que establece el plan, se pedirá a la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) que actualice su predicción una hora antes de decretar la alerta y se diseñarán protocolos individualizados para las demás zonas verdes históricas y singulares ―el actual se creó para El Retiro, pero se aplica al Capricho, la rosaleda del parque del Oeste, Juan Carlos I y Juan Pablo II, Quinta de Fuente del Berro, de los Molinos y Torre Arias; y el parque lineal del Manzanares―. Para la oposición, que había pedido que se revisaran los umbrales y que se clausuraran solo las zonas de mayor peligro de accidentes, estas medidas son “insuficientes”. El consejo asesor del arbolado, formado por siete expertos y creado tras la borrasca Filomena, no ha sido consultado en ningún momento.

Tal y como prometió tras una primera toma de contacto la semana pasada para “flexibilizar” el protocolo, Carabante se ha reunido esta tarde con los grupos municipales para comunicales lo que han decidido los técnicos municipales sobre sus propuestas y pedirles su respaldo a lo que estos “no ven del todo mal”. A la segunda cita, han acudido de nuevo el delegado de Zonas Verdes, José Antonio Martínez Páramo; el director de Gestión del Agua y Zonas Verdes, Francisco Muñoz; y los concejales José Luis Nieto (Más Madrid), Antonio Giraldo e Ignacio Benito (PSOE) e Ignacio Ansaldo (Vox).

El Ayuntamiento ha incidido en que, usando partes meteorológicos a corto plazo y datos de fenómenos ya observados, espera “evitar muchos cierres”. “Muchas veces, las predicciones con 24 horas de antelación no se cumplen y cerramos porque el protocolo lo exige”, ha explicado Carabante. El Ayuntamiento solicitará mañana jueves a Aemet una cita para reclamar estas predicciones a una hora, de manera que el día anterior se alertará a la ciudadanía de un posible cierre, que se confirmará o no una hora antes. Fuentes municipales calculan que este ajuste podría estar listo en agosto.

Pero una de las principales propuestas, sectorizar El Retiro para no cerrarlo al completo, se ha quedado en el aire. Carabante no la ha rechazado, pero ha aclarado que realizará un estudio previo y externo del arbolado para determinar qué especies corren más riesgo, que “con toda seguridad, no va a estar listo a lo largo de este verano”. En todo caso, mantenerlo abierto por zonas solo se hará con la aprobación técnica y con el respaldo unánime de los grupos. Para Benito, la cita ha sido “decepcionante” y las medidas, “insuficientes”. Para Nieto, también son “insuficientes” y además “no llegarán hasta el año que viene”, pero se ha mostrado “satisfecho” de la acogida de las ideas de su grupo.

“Esperábamos poco y nos han dado prácticamente nada”, resume Benito, para incidir en que lo fundamental es revisar unos umbrales de cierre “demasiado estrictos, que no han tocado y que no quieren tocar”. “Han muerto dos personas en 10 años, un porcentaje ínfimo frente a los miles de visitantes que tiene el Retiro y a los cientos de personas que mueren de calor en sus casas por no tener acceso a aire acondicionado”, critica el concejal del PSOE, que teme que en un futuro próximo, dado el calentamiento global, el parque pase cerrado de junio a septiembre. “La próxima ola de calor llegará el 10 de julio y nos encontramos de nuevo que los parques estarán cerrados”, ha lamentado Nieto, que ha reclamado la construcción de refugios climáticos. Frente a ellos, Carabante ha asegurado que el Ayuntamiento no modificará los umbrales porque “no tienen un carácter político, sino técnico”. “Si los técnicos dicen que no pueden garantizar la seguridad de los visitantes, está fuera de todo debate”, ha zanjado.

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El PSOE reclama además que sea el consejo asesor del arbolado quien tome la última decisión sobre los umbrales. Según critica Benito, este organismo consultivo y sin retribución, creado en 2021 tras el desastre de Filomena y formado por siete ingenieros y arquitectos, ni se ha reunido para tratar el asunto. “Cuando se creó el protocolo no existía ese órgano, ahora sí. Pedimos que el Ayuntamiento ponga en manos de los que más saben de los árboles una decisión así, que no seamos los políticos los que decidamos, sino los expertos”, exige Benito.

Uno de los miembros del organismo, el arquitecto especialista en patrimonio Jaime Tarruell, confirma a este periódico que no se ha recabado su opinión. “No nos han convocado, pero nos preguntan cuando quieren y solo escuchan lo que les gusta”, se lamenta Tarruell, que se muestra partidario de “un término medio”, que pasaría por “abrir con condiciones”, por balizar por zonas y por diseñar un plan para cada parque porque “no todos son iguales, los hay recientes y los hay complicados como El Retiro, con árboles añosos, nacido y modificado por zonas, que es BIC...”.

Este arquitecto, que asesoró al Ayuntamiento en la recuperación del parque del Capricho, considera que el factor de mayor riesgo es el viento y no el calor. “En el Ayuntamiento hablaron de un estudio sobre los efectos del calor extremo y prolongado, que altera la lignina ―el pegamento que une las fibras de celulosa― y produce desgarros, pero yo lo he pedido y no he visto nunca”, añade. “En Madrid se ve al árbol como un peligro y la medicina es talarlo. Me gustaría que se informara del número de farolas que se caen, de cornisas, de carteles, de macetas... y no se quitan”, reflexiona en voz alta, para incidir en las contradicciones: “En verano hay 35.000 personas en el Botánico, que pagan entrada y no cierra”. Sobre la no convocatoria del consejo, fuentes municipales alegan que se creó “específicamente para estudiar cómo realizar la replantación y de qué especies” tras Filomena y que es “ajeno al Ayuntamiento”. “Los que conocen el Retiro, los que realizaron el protocolo y los responsables de las posibles incidencias son los técnicos municipales”, explica el Ayuntamiento, que no obstante externalizará el estudio para sectoralizarlo, sin que se haya aclarado el coste.

Son muchas las voces que piden una flexibilización del protocolo. Otra de ellas es la de Juan García Vicente, portavoz de Ecologistas en Acción en Madrid y miembro de la Mesa del Árbol, un espacio municipal participativo e informativo nacido en 2015 para hablar del espacio verde madrileño, que lo considera “muy rígido” y con “restricciones muy severas”, máxime en un contexto de crecientes consecuencias del cambio climático en el que los parques podrían actuar de refugios climáticos naturales.

“No tiene sentido que la gente pueda andar en verano por Guadarrama y la Casa de Campo, pero no por el Retiro”, apunta. A su juicio, “los árboles del Retiro están muy observados”, de forma que se pueden “acotar los más susceptibles de causar problemas” y “modificar y adaptar el protocolo mediante consenso de todos los partidos”. “El riesgo cero no existe”, recuerda García, para apuntar que el protocolo está “viciado y fosilizado” por las dos muertes registradas en el parque.

Cuándo se cierra El Retiro

El protocolo ante la previsión de situaciones meteorológicas excepcionalmente adversas, aprobado con el Gobierno municipal de Manuela Carmena (Ahora Madrid) en funciones en 2019, es un semáforo con cuatro niveles, que van desde el verde de normalidad hasta el rojo, el máximo, que implica el cierre de los parques y la suspensión de actividades para prevenir accidentes. Los distintos niveles se activan en función de las previsiones facilitadas el día anterior por la delegación madrileña de Aemet. Este protocolo supuso un endurecimiento del primer plan, puesto en marcha en mayo de 2016 y que preveía el cierre ante vientos de más de 85 kilómetros. Con el actual, los parques echan la llave con rachas de 55 kilómetros si hace más de 35° y de 65 si la temperatura es menor. El primero nació tras la muerte de un hombre de 38 años en 2014, el segundo, tras la de un niño de tan solo cuatro en 2018. No ha vuelto a haber heridos ni fallecidos desde entonces.

Este miércoles, el nivel del semáforo, que se puede consultar en el geoportal del Ayuntamiento, es verde, apertura total, pero el lunes fue amarillo, lo que supone restringir el acceso a los Jardines de Cecilio Rodríguez y a las áreas de juegos infantiles, de mayores y deportivas. En lo que va de año, la alerta roja se ha decretado cinco veces, la última, el domingo 25 de junio, en plena ola de calor. En las cuatro previas, se registraron 13 incidencias: dos árboles caídos y 11 ramas desprendidas. El año pasado se activó en 11 ocasiones, en las que hubo 17 árboles caídos, 123 ramas desplomadas y dos árboles talados por riesgo de desplome (142 incidencias en total).

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Victoria Torres Benayas
Redactora de la sección de Madrid, también cubre la información meteorológica. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Navarra, cursó el máster Relaciones Internacionales y los países del Sur en la UCM. En EL PAÍS desde el año 2000, donde ha pasado por portada web, última hora y redes, además de ser profesora de su escuela entre 2007 y 2014.

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