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Una ambulancia tarda casi el doble en atender un infarto en un barrio periférico de Madrid que en el centro

Los datos sobre las actuaciones del Samur entre 2017 y 2022 revelan cómo opera el servicio municipal en la ciudad y cuánto tendrán que esperar los ciudadanos según el distrito en el que vivan

Un ciudadano pasea por una céntrica calle del distrito de Chamberí. Siente un fuerte dolor en el pecho y sospecha que pueda tratarse de un infarto. Llama al 112, pide una ambulancia y en cinco minutos y medio, un vehículo del Samur ―el servicio municipal de atención sanitaria de urgencias de Madrid― aparece para atenderlo. Si esta situación se diera en otros distritos de la almendra central, como Salamanca o Retiro, el tiempo medio de espera no superaría los seis minutos. Pero la cosa cambia en la periferia, donde una ambulancia tarda casi el doble en llegar en casos de infarto, parada cardiorrespiratoria u otras patologías del corazón. En estos casos, el tiempo de respuesta es un factor fundamental en la evolución de la enfermedad y los primeros auxilios deben practicarse lo antes posible: si en un paro cardíaco pasan más de cinco minutos sin intervención o intento de reanimación, el daño cerebral es más probable. En el 68% de las intervenciones en enfermedades o accidentes durante 2022, la ambulancia tardó más.

Fuente: Ayuntamiento de Madrid. EL PAÍS

Desde 2017, los tiempos medios de espera en caso de accidentes de tráfico, enfermedades y otros accidentes (como caídas, que están entre las incidencias más frecuentes) se han mantenido estables, con una media que el año pasado se situó en casi ocho minutos, según un análisis de EL PAÍS a partir de los datos de más 800.000 intervenciones del Samur publicados por el Ayuntamiento de Madrid. Los picos corresponden a situaciones excepcionales o con mayor carga de trabajo, como las primeras semanas de confinamiento por la pandemia de la covid-19, entre abril y mayo de 2020, o los meses de otoño e invierno, porque aumentan las patologías relacionadas con el frío o los accidentes vinculados a temporales más fuertes, como lluvias o heladas. Los puntos más bajos suelen darse en agosto, cuando la ciudad se vacía por las vacaciones de verano.

El intervalo de tiempo desde que el Samur recibe el aviso hasta que llega al lugar del incidente se denomina tiempo de respuesta y es, de media, ligeramente inferior al reflejado en los datos. Esto es porque el Ayuntamiento registra la hora a la que el ciudadano da el aviso, no la hora a la que lo recibe el servicio municipal.

También ha habido casos puntuales en los que la ambulancia ha tardado más de media hora en llegar al lugar. En marzo de 2022 alguien dio el aviso a las 10.16 por una parada cardiorrespiratoria en el distrito Latina, y la unidad del Samur llegó a las 11.12, casi una hora después. “Si una unidad tarda 15 minutos o más en el tiempo de respuesta, estamos en la obligación de llamarla, y tendrá que dar explicaciones, porque sobrepasar el tiempo es motivo de incoación del expediente”, indica José Antonio Jiménez, médico de Samur desde hace 30 años y delegado de Comisiones Obreras (CC OO). El médico añade que esos tiempos tan dilatados pueden deberse a que el paciente no se encuentra en la dirección desde donde ha llamado y la ambulancia tiene que desplazarse de nuevo.

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Los episodios cardiovasculares fueron la primera causa de aviso al Samur en 2022, con un total de 24.221 incidentes atendidos. En estos casos, los distritos con menor tiempo de espera fueron Chamberí y Salamanca, donde una ambulancia tardó de media 6.48 minutos. En Barajas o Villa de Vallecas, en cambio, el tiempo de respuesta alcanzó casi los 10 minutos. Después están las caídas o accidentes casuales ―22.824 en total―, cuya urgencia varía dependiendo de la gravedad del traumatismo del paciente, y en muchos casos están relacionadas con la tercera causa de aviso más común, las intoxicaciones etílicas.

Fuente: Ayuntamiento de Madrid. EL PAÍS

Aun así, la mayoría de las veces la espera sí está dentro de los parámetros que promete el Samur. “Conseguimos que el tiempo medio de respuesta global desde la derivación de la llamada hasta la llegada al lugar será inferior a 10 minutos en el 60% de los casos”, garantiza el servicio municipal. Pero estos tiempos llevan años siendo desiguales en función del distrito, y los de la periferia, como Vicálvaro, Barajas, Villaverde o Villa de Vallecas, salen perdiendo. El motivo: cómo se distribuyen las ambulancias en distintos puntos de la ciudad. En Madrid, hay 23 bases de Samur, al menos una por distrito, aunque algunos cuentan con más, como el de Moncloa-Aravaca, donde hay cuatro, o el de Salamanca, con dos bases; solo hay dos distritos que carecen de base, Arganzuela y Villa de Vallecas.

Un reparto disfuncional

Las ambulancias se reparten entre unas y otras en función de la demanda asistencial de la zona. “Si recibimos diariamente 400 avisos de media, el 70% se concentran en barrios de la almendra central, donde vive y se mueve mucha más población”, explica Jiménez. Las bases de distritos como Centro (139.682 habitantes), Moncloa (120.360) o Retiro (117.672) se consideran prioritarias, pero el problema es que no hay ambulancias operativas suficientes como para llenar todas las de la ciudad. “Las periféricas lo llevan claro, porque donde más avisos hay es en el centro, e interesa tener más de una ambulancia disponible en las bases centrales. Hay muchas otras que se quedan sin nada”, señala Jiménez.

Pero no es por falta de ambulancias ―el servicio tiene 95 disponibles―, sino por falta de personal para ir en ellas, indica Jiménez. “Muchas están inoperativas, porque no hay médicos o técnicos suficientes. Faltan unos 100 profesionales para que el servicio deje de estar saturado”. Actualmente, el Samur cuenta con 873 trabajadores, 162 más que los que había en junio de 2019, según un portavoz del Ayuntamiento. Esto son: 123 médicos, 123 enfermeros y 591 técnicos, junto a psicólogos, administrativos, una farmacéutica y una socióloga. Los profesionales se dividen principalmente en dos tipos de ambulancias, las de Soporte Vital Avanzado (SVA) y las de Soporte Vital Básico (SVB), además de las unidades psiquiátricas o de protección civil. En las primeras debe haber un médico, un enfermero y un técnico, y en las segundas solo dos técnicos.

El Samur tiene establecidos unos servicios mínimos diarios. Por ejemplo, para los días laborables deben estar disponibles 11 SVA y 16 SVB, 27 ambulancias en total. “Como solo trabaje el mínimo y haya un incendio un tanto aparatoso, la lías. Esos mínimos obviamente no siempre cubren todos los distritos y muchas unidades van pilladas de avisos y supersaturadas”, señala el delegado de CC OO. En varias ocasiones, ha habido hasta seis vehículos menos de los estipulados. Eso son 21 ambulancias para 23 bases en 21 distritos. Los números no dan y se produce un efecto cadena. Casi todas las ambulancias se colocan en el centro, donde la demanda es tan alta que es habitual que reciban más avisos de los que pueden atender con los vehículos disponibles.

Entonces, recurren también a aquellas ambulancias situadas en zonas más alejadas, que se desplazan hasta el centro para hacer frente a la saturación. Eso deja huérfanas a las bases periféricas, por lo que si alguien sufre una parada cardiorrespiratoria o un infarto en Vicálvaro, por ejemplo, la ambulancia que vendrá a atenderle no saldrá de la base de ese distrito, porque no está ahí. Se desplazará desde uno más alejado, muy probablemente en el centro, y tardará más en llegar. Un portavoz del Ayuntamiento señala que “no es cierto” que haya bases con ambulancias no operativas. “Las ambulancias no dependen estrictamente de ninguna base ni se limitan únicamente a un distrito y, por supuesto, no permanecen fijas en una determinada base. Samur es un servicio que trabaja en red, moviéndose por toda la ciudad, lo que permite dar una respuesta más corta en todo Madrid”, añade.

En concreto, el tiempo medio de espera en Vicálvaro en caso de infarto u otra afección coronaria en 2022 fue de 11,83 minutos. Mientras, en Chamberí fueron 5,44 y en Retiro 5,75 minutos. Ambas patologías, junto con otras como el ictus o los traumatismos craneoencefálicos severos, se denominan “tiempo-dependientes”, porque la mejora del paciente depende del tiempo que tarda en ser atendido. “Hay momentos del día en que no podemos abarcar más y hay ambulancias que no pisan la base en toda la jornada. Ahora mismo, algunas están atendiendo solo con técnico y enfermero. Es lo que quiere hacer la Comunidad, poner la enfermería en centro de todo tipo de asistencia”, critica Jiménez.

“Por la noche es peor, tenemos un 35% menos de ambulancias asignadas que por el día y hay muchas más inoperativas”, señala el médico del Samur. Eso dilata los tiempos de espera: en Barajas, se pasa de los 10 a los 13,5 minutos. Por ejemplo, la noche del 6 al 7 de marzo estuvieron operativas nueve ambulancias SVA y 12 SVB. “Esto quiere decir que nueve bases tuvieron ambas, 4 bases solo SVB y 12 bases no tuvieron ambulancia alguna”, explica Jiménez. Y añade que, aunque el servicio funciona y es rápido, corre el riesgo de ir marcha atrás: “Ha habido veces que han llegado a salir hasta cinco o seis unidades de enfermería solas. Toda la vida luchando por una asistencia de calidad y ahora tenemos que pelear por esto. No me cabe en la cabeza”.

Metodología

Los datos empleados en este análisis son los que publica anualmente en Ayuntamiento de Madrid en su portal de datos. El conjunto registra año, mes, tipo de incidente, distrito donde ocurrió, la hora a la que el ciudadano da el aviso y la hora a la que los servicios de emergencias llegaron al lugar. Si el paciente tuvo que ser trasladado al hospital, se especifica a cuál.

No se han tenido en cuenta todos los casos donde la hora del aviso y la de llegada son idénticas o en los que ambas aparecen en blanco, porque se corresponden con activaciones que se han anulado nada más recibirse o que se producen directamente junto a la base, según confirman fuentes del Samur.

En los gráficos que no están asociados a una patología concreta, se toman en consideración tres grandes grupos de incidentes: accidentes de tráfico, accidentes no de tráfico (heridas, caídas, electrocuciones, ahogamientos...) y enfermedades (sobredosis, paradas cardiorrespiratorias, infartos...). Esta selección deja fuera la mayoría de los tiempos inusualmente largos, que suelen corresponderse con servicios programados: ambulancias que cubren la celebración de eventos, como el maratón de Madrid o la Cabalgata de Reyes. También responden a avisos de traslados programados relacionados con pacientes psiquiátricos con órdenes judiciales, o avisos donde va el psicólogo y ya hay alguna unidad atendiendo, según ha detallado un portavoz del Ayuntamiento.

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