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Almeida: “La izquierda empequeñece la bandera del orgullo”

Los ediles populares se enzarzan con los concejales de Más Madrid por no colocar la insignia LGTBI durante la semana del MADO 2022 en el pleno mensual de junio del Ayuntamiento de Madrid

El Alcalde de Madrid, Jose Luis Martinez Almeida, en el pleno del pasado 22 de febrero.Foto: KIKE PARA
Manuel Viejo

Un madrugón sin precedentes. La OTAN ha cambiado los planes de los madrileños, también de su alcalde. Son días raros. Hay cortes por las principales calles ―La Castellana, Paseo del Prado, Recoletos―, el Metro funciona mejor que nunca ―han ampliado el servicio― y los autobuses municipales son gratuitos. Sin duda, los tres días que durará la cumbre serán los mejores para el transporte público en los tres años de mandato de PP y Ciudadanos. Solo esta mañana se ha reducido un 10% de tráfico en la M-30, el gran anillo de los atascos matutinos. Madrid, en fin, respira un poco más aliviado sin tanto coche. Mientras tanto, José Luis Martínez-Almeida está de gira por todos los platós y radios de España. El regidor, que salía hasta con la televisión apagada con la tormenta de Filomena y, sobre todo, durante la primera ola de la pandemia, quiere volver a entrar en los hogares capitalinos cuanto antes.

Los asesores que rodean al mandatario creen que el alcalde se crece en estos parámetros periodísticos. Quieren pasar página. Nada de espías internos en el partido. Adiós a las etapas pasadas que ya vienen las urnas, quedan solo 10 meses para las elecciones. La consigna de su círculo más cercano es aprovechar la ola conservadora de los comicios andaluces. Es más, las encuestas internas ya están en marcha. Qué mejor manera, piensan, que relanzar la figura del alcalde con el escaparate internacional de la cumbre de la OTAN. Lleva seis entrevistas en menos de 24 horas: Antena 3, Telecinco, TVE, Telemadrid, entre otras.

La cumbre ha afectado de lleno también a la política municipal, la que influye en el día a día de los madrileños. El pleno ordinario mensual, que se celebra siempre el último martes de cada mes, ha comenzado una hora antes que de costumbre: a las 8.15:

―Comenzamos―.

El secretario del Ayuntamiento, Federico Andrés de la Riva, activa su micrófono de bienvenida con una puntualidad exquisita. Inmediatamente, Javier Ortega Smith levanta la mano. El portavoz de Vox, cada vez más ausente de las actividades diarias municipales, se queja de la puesta en escena de los 15 ediles de Más Madrid. Cada uno de ellos, ha colocado una minibandera con los colores del arcoíris y símbolo LGTBI. Smith está muy despierto y va con todo:

―¿Se va a permitir que se exhiban banderas de un determinado lobby en los estrados?―.

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El presidente del pleno, del PP, mira con cierta estupefacción semejante cuestión matutina. No se anda con historias:

―Sí―.

Smith, buscando los clics de Instagram, contesta:

―Haremos lo mismo, gracias―.

No. No saca otra bandera del arcoíris. Con el rostro compungido, abre entonces un sobre plastificado con la bandera de España de una de sus carpetas, que por supuesto incluye otra bandera de España. Como si de un truco de magia se tratara, mientras destapa el sobre, mira a todos los ediles. Sigiloso, la coloca en su asiento, a modo de balcón, ante el silencio del resto de los ediles. Necesita, eso sí, ayuda de su compañero de batallas, Pedro Fernández. La política municipal es día tras día y pleno tras pleno un plató de televisión constante. La mayoría de los concejales buscan continuamente sus minutos de gloria para agasajar a los feligreses de su parroquia.

Al hilo de este asunto, la voz de Más Madrid y casi con toda seguridad próxima candidata a la alcaldía, Rita Maestre, pregunta al alcalde cuál va a ser la participación del Ayuntamiento y qué actuaciones tenía previsto desarrollar durante la celebración del Orgullo, que, precisamente, comienza la semana que viene. Almeida, con un tono menos agresivo que al de los últimos plenos, responde:

―Se va a celebrar exactamente igual que los años anteriores―.

Maestre contesta entonces a Smith. “¿Por qué saca la bandera, señor Ortega? España es un país pionero en aprobar leyes LGTBI y de eso estamos todos muy orgullosos. Esto es España”. Sin duda, Madrid es España desde hace tiempo. La oposición reprocha a Almeida que este sea el tercer año sin bandera arcoíris en el balcón del Ayuntamiento. De poco ha servido la presión interna de Ciudadanos, en una caída libre constante. “Madrid es una excepción el mundo”, continúa Maestre. “La bandera se exhibe en Barcelona, Cádiz, Zaragoza. Y en el resto del mundo: Nueva York, Londres, Berlín... La bandera no es una anécdota. Es un símbolo”. El edil José Fernández, del PP, empieza a hacer aspavientos. Hace una semana plantó a los organizadores del Orgullo porque expresaron sus críticas a Almeida. Maestre, en el pleno, le dedica un beso con la mano. Almeida observa todo levantado. Es su turno:

―Vaya estrambote de intervención―.

“La izquierda no representa esa bandera, la empequeñece. Estaba preocupado. Para ustedes las personas LGTBI son indiferentes. Que hay una falsa agresión en Malasaña, culpa de Ayuso y Almeida. El armario más grande es aquel en el que nos quieren meter a quienes no somos como ustedes. Podemos discrepar en relación con el feminismo y LGBTQI, pero no discrepamos de la igualdad. Nos excluyen porque no pensamos como ustedes”. La bandera, mientras tanto, no se colgará.

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Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.

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