Buenos propósitos jardineros
Las estaciones marcarán el paso de las actividades necesarias para cuidar las plantas
Penelope Lively, en su libro Vida en el jardín, nos cuenta que “practicar la jardinería (…) es desafiar al tiempo. Cultivas hoy para el mañana; el jardín se transforma de una estación a otra, siempre igual, pero siempre diferente”. En el cambio de año que acabamos de tener, la idea de variar un numerito en una cifra temporal es algo muchas veces banal a ojos de jardinero. Lo que sí son importantes son las estaciones, que son las que marcarán el paso de las actividades que debamos acometer con nuestras plantas. Aun así, preparamos nuestras manos y nuestro corazón para nuevas tareas y anhelos para este año que comienza.
Uno de los propósitos jardineros que Carolina Lobo se ha planteado para estos próximos 12 meses es el conseguir vivir en una casa “donde pueda cultivar flores, plantar algunos rosales, un jazmín…”. Esta bióloga enamorada de las rosas de David Austin se recrea con “la calma, la paciencia, la ilusión y la belleza que me dan la observación de mis plantas”. Para Marina Criado, opositora, su objetivo es “aprender a cuidarlas. Como estoy dando clases de cerámica, también hago macetas”, por lo que cierra el círculo del cultivo de sus plantitas. A veces, esos deseos de cuidarlas van aparejados a algunas especies muy concretas. Marta Osés, ingeniera agrónoma, tiene intención de meter un ficus benjamina (Ficus benjamina) en el salón, ya que le recuerda a su infancia en casa de sus padres. Deberá procurarle muy buena luz y arrimarlo a una ventana, así como no regarlo hasta que el sustrato se haya secado por completo, al ser una planta muy sensible al exceso de riego.
Cuando se tienen plantas en casa se corre el riesgo de querer aún más. Eso le sucede a Fátima Martín Ripoll, que necesita ajardinar nuevos espacios interiores. “Casi todas mis plantas son rescatadas de tormentas, caídas de los balcones o abandonadas al lado de cubos de basura”. Aunque ya disfruta de potos (Epipremnum aureum), kalanchoes (Kalanchoe blossfeldiana) y marantas (Maranta spp.), además de algunos ficus, como el todoterreno Ficus binnendijkii ‘Alii’, piensa llenar los alféizares de sus ventanas con plantas suculentas, que son las que cree que aguantarán una exposición muy soleada. Si las conjunta con la mielaria (Lobularia maritima) y el canastillo de plata (Cerastium tomentosum), podrá obtener unos contrastes de color y de textura muy interesantes. Leidi Jorge espera que este año le traiga muchas plantas aromáticas, a las que quiere dedicar un especial cuidado. Acostumbrada a su Santo Domingo, donde el clima le permitía gozar de estos vegetales culinarios todo el año, en la meseta castellana su cultivo es un poquito más difícil, asociado a momentos no tan favorables para las plantas, como el frío invernal o el calor seco del verano. “He intentado tener hierbas aquí, pero no domino todavía el cambio de estaciones. Sobre todo, me gustaría cultivar albahaca (Ocimum basilicum) y salvia (Salvia officinalis), que me encantan”.
Las esperanzas de nuevo año se ven también reflejadas en las aspiraciones de quienes cuidan plantas. A Mónika Bergerac le encantaría que, por fin, “florecieran mis bulbos de amarilis (Hippeastrum sp.). Se resisten, mucha hoja, pero nada más…”. Beatriz Álvarez, escritora con un libro de relatos recién publicado, se animó a plantar tulipanes en la ciudad por primera vez, “como hacíamos mi madre y yo en el campo, en surcos. Espero que esta primavera nazcan”. Confiemos en la facilidad de estas encantadoras flores para vegetar sin problema, incluso en una maceta, si no les falta el sol, un buen drenaje y un abono orgánico de apoyo para que no se queden exhaustas. Flores, flores siempre, eso es lo que desea Ana López Sebastián, “amante de las plantas, jardinera cuidadosa. Me gustaría volver a conseguir tener flores en mi terraza la mayor parte del año”. Eso es posible si hacemos una buena selección de especies de arbustivas y de herbáceas adaptadas a nuestra orientación y condiciones de cultivo. “Aprender más y más” es lo que le pide a su nuevo año jardinero Patricia Fernández Ferreiro. “De la jardinería, todo me interesa”, apostilla Patricia. Paco Caro, “comunicador y hortelano en sueños”, como él mismo se define, aspira a “esquejar bien, sobre todo los rosales”. Inma Mesa, fotógrafa, apela con sorna a un aprendizaje más genérico: “Me gustaría saber distinguir un poste de teléfono de un árbol”. Con perseverancia y amor por las plantas, seguro que lo consigue. También podemos plantearnos visitar algún jardín en el que no hayamos estado, leer algún buen libro jardinero o realizar alguna senda botánica por la ciudad o el campo. Quizás algunos de estos propósitos nos los puedan traer los Reyes Magos. Otros los tendremos que cultivar nosotros, con mimo y con esmero, al igual que a nuestras plantas.
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