Ayuso recorta un 10% la financiación de Telemadrid para que Vox le permita controlar la televisión
La extrema derecha vota a favor de la ratificación de José Antonio Sánchez como administrador
El PP y Vox han unido este jueves sus votos en la Asamblea de Madrid para ratificar como administrador provisional de Telemadrid al polémico José Antonio Sánchez, votante confeso del PP que figura en los papeles de Bárcenas. El acuerdo consolida tanto la mayoría parlamentaria con la que Isabel Díaz Ayuso espera sacar adelante los Presupuestos para 2021 (están vigentes los prorrogados de 2019) como su dependencia de la extrema derecha. Una subordinación relativa que puede costarle cara a la líder conservadora. A cambio de su apoyo a Sánchez, que garantiza que el PP y Vox controlen la televisión y la radio públicas, el partido de extrema derecha ha conseguido que la financiación de la compañía se reduzca en un 10% a partir de 2022.
“Hemos llegado a un acuerdo porque el PP ha cedido”, ha explicado Rocío Monasterio, la líder de Vox en la Comunidad de Madrid, en una rueda de prensa tras el final del pleno. “Se reducirá el Presupuesto de Telemadrid en un 10%. Se incluirán mecanismos para garantizar la transparencia en la contratación y subcontratación de empresas que realicen trabajos para Telemadrid. Y habrá neutralidad ideológica en una televisión que tiene que ser para todos los madrileños”, ha detallado la portavoz tras lograr que se modifique la financiación del ente, aprobada hace apenas cuatro meses.
Así, Telemadrid tiene un Presupuesto de 74,8 millones de euros para 2021, cantidad que será revisada en 2022 y 2023. Por lo tanto, el recorte negociado estará en el entorno de los ocho millones. Además, el Ejecutivo se ha comprometido a no compensar esa rebaja con aportaciones extraordinarias. Y las dos partes han pactado que el acuerdo tenga un reflejo en los Presupuestos autonómicos, ligando dos negociaciones clave para Díaz Ayuso: Telemadrid y las cuentas públicas.
“La radiotelevisión pública madrileña más barata de España y también la que cuenta con un número más ajustado de empleados”, se especifica en el acuerdo, firmado por el consejero de Presidencia, Enrique López, y la propia Monasterio. “Ese camino se va a reforzar en el futuro a través de las decisiones (...) y los acuerdos parlamentarios que sean necesarios”.
Un inquietante mensaje para el futuro, ya que Vox persigue el cierre del canal. El primer paso para intentar andar ese camino ha sido una reducción dentro de la escasez: Telemadrid ya era la televisión autonómica más barata de España, según los dos partidos. El propio administrador provisional subrayó el viernes, durante una comparecencia en la que se declaró “orgulloso” del ERE de 2013 en el que perdieron su trabajo más de 800 personas, que no era posible disminuir la financiación de la compañía sin cambiar su modelo.
“Lo importante para ustedes era trincar Telemadrid”, le ha espetado a los partidos de derechas Hugo Martínez Abarca, de Más Madrid. “Es un ejercicio de autoritarismo iliberal, de caciquismo, y de que para ustedes la Comunidad de Madrid es un chiringuito que les pertenece, y donde sobra todo lo demás”, ha añadido. “Hicieron campaña con la libertad y lo primero que han hecho ha sido cercenar la libertad”, ha criticado. Y ha advertido: “Esto lo vamos a pagar en despidos [de los trabajadores de la compañía]”.
“El resultado es quitarnos la voz”, ha lamentado Isabel Aymerich, del PSOE. “Es un acuerdo muy opaco”, ha denunciado sobre la falta de detalles del pacto PP-Vox; “pero el precio va contra los profesionales y el presupuesto de la casa, y contra la calidad informativa de los telediarios, que serán puestos al servicio de la carrera nacional de Díaz Ayuso”.
El consejo de Administración de Telemadrid empezará ahora la búsqueda de un nuevo director general, aunque lo previsible es que Sánchez se mantenga durante largo tiempo en el puesto: solo lo perdería si el candidato a máximo ejecutivo de la corporación concita un improbable apoyo transversal, de la mayoría de la izquierda y de la derecha. Y no hay mecanismo para sustituirle, ni límite temporal a su mandato. Dos circunstancias que garantizan que el PP mantendrá el control de la televisión pública incluso tras una hipotética derrota en las elecciones autonómicas de 2023.
El acuerdo entre PP y Vox da estabilidad al proyecto de Díaz Ayuso, que depende de la extrema derecha para sacar adelante los proyectos que tiene para los dos años de legislatura. Además de los Presupuestos, la líder conservadora quiere aprobar una reforma de la ley de educación, una rebaja impositiva, o un blindaje de las competencias fiscales del Gobierno regional. La presidenta también ha insinuado la posibilidad de reformar las leyes LGTBI, como reclama Vox, aunque no ha concretado un posible calendario. Es el juego del palo y la zanahoria: PP y Vox compiten por el mismo electorado, y por ello amagan con separarse, para siempre, hasta ahora, volverse a encontrar en las votaciones clave.
Ha quedado demostrado este jueves con el caso de Telemadrid. La ley aprobada durante el mandato de Cristina Cifuentes, que permitió recuperar la audiencia y la credibilidad de la compañía, es ya definitivamente parte del pasado.
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