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Xoel López, Carolina Durante y Amaral revuelven Alcalá de Henares

El festival Gigante acoge del jueves al sábado grupos de música con un protocolo que a dos días del inicio se ha modificado para que el público esté sentado

Xoel López, en una imagen de archivo.
Xoel López, en una imagen de archivo.KIKE PARA

El festival Gigante acoge a los que vuelven de las vacaciones antes de que se lancen a rutina tediosa. Aunque el año pasado tuvieron que cancelarlo, lo retoman con ilusión y con un protocolo que siguen a rajatabla. Xoel López, Carolina Durante, Amaral, Viva Suecia y otros grupos revolverán del jueves al sábado Alcalá de Henares (antes se hacía en Guadalajara). Además de esos espectáculos, del domingo al miércoles la ciudad ha recibido a grupos emergentes como Comandante Twin, Álvaro Suite o Suu en un escenario paralelo. Todo con las típicas medidas de seguridad de mascarilla en todo momento, distancia de 2,25 metros, y un añadido de última hora que la consejería cambió este martes: el público tendrá que estar sentado.

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El director del Festival, Alfonso López, comenta en una llamada telefónica que los 4.000 asistentes estarán distribuidos en seis “gigantescos sectores al aire libre” de 600 personas cada uno. Estos grupos contarán con su propia zona de baño y hostelería, en la que también tendrán que estar sentados. “La relación con el Ayuntamiento de Alcalá de Henares ha sido muy fluida, que además no olvidemos que es patrimonio de la humanidad”, señala. Los abonos de la edición pasada que no pudo celebrarse son válidos para esta ocasión, que lleva una semana con las entradas agotadas. De hecho, es un cartel muy similar pese a excepción de Teenage Fanclub y las Ginebras. “Los primeros no han hecho la gira que tenían en España, no podían venir desde Gran Bretaña, entre el coronavirus y el Brexit; y con las segundas hablamos cuando todavía no estaba claro si se podía celebrar; nos plantearon que les habían ofrecido una fecha en Galicia y no están las cosas para perder oportunidad de trabajo, volverán el año que viene”, explica.

Más allá de estar de pie o sentados, los músicos se agarran al anhelo de ponerse encima de un escenario. Martín Vallhonrat (Madrid, 29 años), el bajista de Carolina Durante, explica que este año no han podido tocar mucho: “Por parte del público hay muchas ganas de conciertos y de que se normalice la situación. En general hay reticencia, menos plazas, el precio se dispara, la experiencia es diferente... Pero la gente tiene muchas ganas de volver a los festivales”. Ellos estarán más de una hora en este, en la que intercalarán su primer disco y los nuevos adelantos del segundo. Lo harán con la emoción tocar en Madrid, lo que perciben como un “lujo”: “Nos sentimos muy arropados porque aquí nos desarrollamos”.

En las melodías de Xoel López (A Coruña, 44 años), Madrid también está presente, hasta tiene una canción con ese nombre. “Los temas son una excusa para hablar de uno mismo. Y dediqué esa letra al segundo intento. Me fui a vivir a Argentina, volví y fue como darle otra oportunidad, una más profunda. Se trata de una oda a la ciudad con la complejidad que tienen los sentimientos”, reconoce, y puntualiza que quizás algunas frases evidencian sus raíces gallegas. Como aquella de “no sé si me abrazaste o me engulliste”.

Después de un año y medio de gira le conmovía poder ver a los espectadores de pie, sobre todo para temas como Tigre de bengala o Si mi rayo te alcanzara; pero se ha acostumbrado a no preguntar: “Como dicen en el fútbol, voy partido a partido”.

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Además de estos nombres reconocidos, desde la organización quieren hacer una apuesta por bandas que están empezando a crecer. “Ponemos un escenario en un lugar reseñable, con actuaciones gratuitas para hacer partícipe a la población y acercarles este mundillo. Es una posibilidad de descubrir nuevos artistas, y ha sido muy buena acogida, porque está todo lleno prácticamente”, define el director.

El festival defiende luchar por la música un año tan herido por la pandemia y la cancelación de eventos, que ha dejado imágenes atípicas de conciertos sentados en los que se contienen los bailes. También ha provocado un reguero de profesionales que han tenido que cambiar de empleo. “El mundo de la cultura está haciendo un esfuerzo enorme para reivindicar que es una industria, que genera trabajo y que se pueden hacer eventos seguros”, resume López. En esta edición se han creado más de 500 puestos, pese a las dificultades. “El otro día hablaba con un representante de uno de los grupos que lo ha pasado muy mal. Se han vivido situaciones muy complicadas y se nos ha puesto un foco de atención a veces estigmatizado”. Lo critica, pero se mantiene férreo en la esperanza de volver, poco a poco, a la experiencia de antes: “Estamos demostrando que lo hacemos muy bien, que las producciones son seguras”.

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