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Una fábrica militar se une al reto de tener 5.000 nuevos respiradores hechos en España

Escribano ha reconvertido su producción de artillería y sensores balísticos para elaborar respiradores pulmonares, las máquinas por las que pugnan decenas de países

Dos trabajadores de Escribano muestran el corazón mecánico del respirador VITAE 40 en la fábrica de la empresa, en Alcalá de Henares (Madrid)
Óscar de la Cruz (izquierda) y Mario Ochescu, trabajadores de Escribano, muestran el corazón mecánico del respirador VITAE 40 en la fábrica de la empresa, en Alcalá de Henares (Madrid).KIKE PARA
Fernando Peinado

El respirador pulmonar, el nuevo oro por el que se pelean decenas de países, no es un producto excesivamente complejo. El que fabrica España cabe en la palma de una mano y pesa solo kilo y medio. Según la empresa del ramo militar Escribano, a sus ingenieros y mecánicos no les ha costado mucho trabajo adaptar su maquinaria de fabricación de armamento para replicar en cuestión de días sus componentes. Pero hay una gran pega. Muchas de sus casi 50 piezas solo se fabrican en el extranjero, hasta en más de diez países distintos, y el mercado internacional es ahora mismo un caótico bazar donde cada país pugna por apropiarse de esos codiciados materiales.

Con algunas aduanas cerradas y muchas restricciones para volar, hacerse con los materiales es un reto.

Ángel Escribano, el consejero delegado de 48 años de esta empresa madrileña con sede en Alcalá de Henares, fletó un chárter privado el sábado pasado para que trajera a Madrid unas piezas fabricadas en Suiza por IMI FAS. Cuenta que el agregado comercial de la Embajada española recogió el material y lo llevó al aeropuerto de Ginebra. Su intervención fue necesaria porque al gozar de pasaporte diplomático podía moverse con más facilidad en medio de las restricciones. Siete horas más tarde, a las 23.00, Escribano tenía las piezas en la terminal ejecutiva de Barajas. Al día siguiente otro empleado de Escribano cruzaba la frontera portuguesa con un salvoconducto para recoger un plástico resistente al calor, conocido como Peek, en una fábrica de Oporto. “Continuamente nos encontramos con una nueva crisis”, dice Escribano durante una visita a su planta de 18.000 metros cuadrados, donde 300 operarios trabajan en turnos de mañana, tarde y noche.

El respirador por el que ha apostado España se llama VITAE 40 y es comercializado desde hace diez años por una pequeña empresa familiar de fabricación de equipos médicos con 60 trabajadores y sede en Móstoles, Hersill S.L. Es el mayor fabricante nacional de respiradores pulmonares, un producto que antes de la epidemia del SARS-CoV-2, se comerciaba de forma abierta, como casi todo en la era de la globalización. En cuestión de días Hersill ha pasado a ser un pilar de la economía nacional, la cúspide de un proyecto estratégico que ha puesto a su servicio a decenas de empresas españolas. Clave en ese esquema es Escribano, porque está aportando el músculo necesario para elevar rápidamente la producción hasta el objetivo que se ha marcado el Gobierno: 5.000 respiradores nuevos disponibles en menos de ocho semanas. Esa cantidad será clave para aliviar la carga sobre las UCI y en última instancia poder relajar las medidas de confinamiento.

El respirador VITAE 40 patentado y comercializado desde hace una década por Hersill, una empresa de Móstoles.
El respirador VITAE 40 registrado y comercializado desde hace una década por Hersill, una empresa de Móstoles.Hersill S.L.

Escribano es una empresa familiar fundada en 1987 que se ha convertido en un gigante de la industria de defensa en España. También cuenta con 100 máquinas de torneado y mecanización, mientras que Hersill solo tiene cuatro. Hasta hace días Hersill solo era capaz de fabricar unas 10 unidades al día. Ahora, con refuerzos de personal y trabajando sin descanso nocturno ha llegado a producir 100 al día. Desde hace más de una semana, Escribano fabrica la parte mecánica de los respiradores que luego son ensamblados en Hersill. A partir del martes prevén ensamblar el producto completo en su planta cuando dispongan de una máquina de testeo que importarán de Alemania. Ese avance catapultaría la producción.

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Los operarios de la fábrica de Escribano en el parque Tecnoalcalá tienen una motivación inusual, según el consejero delegado, Escribano. “Se están ofreciendo para venir a doblar turnos”, dice. En esta empresa lo llaman “moral de guerra”. Las mismas máquinas que usan para la producción de artillería o sensores para guiar misiles están siendo usadas para fabricar componentes de los respiradores. Sus operarios han recibido formación en la fábrica de Hersill para aprender a montar el producto final. Casi todos los componentes del respirador fabricados en el extranjero pueden ser elaborados en la propia fábrica de Escribano.

Si todo va sobre ruedas, España se autoabastecería antes de junio. Si hay un excedente los respiradores podrían convertirse en un valioso activo para España.

El riesgo que aún puede hacer que la operación descarrile es que alguna de las piezas que solo pueden obtenerse fuera de España vuelva a faltar. Más de 20 países, entre ellos China e India, han limitado o prohibido la exportación de productos médicos clave en la lucha contra el coronavirus. Si algo están aprendiendo todos los participantes de este proyecto de Estado es que España no puede depender tanto del extranjero para un producto que seguirá siendo vital.

Así lo dijo el presidente Pedro Sánchez durante una visita este viernes a la nave de Hersill en la que dijo estar orgulloso por la capacidad de la industria española. “Esta producción nacional también es una de las lecciones que tenemos que sacar de toda esta crisis”, dijo Sánchez dentro de la planta, donde estaban los responsables de Hersill y Escribano. “Tenemos que fortalecer a las empresas, tenemos que fortalecer a los trabajadores y demostrar que nosotros mismos somos capaces de defender a nuestra sociedad”.

De izquierda a derecha, el consejero delegado de Escribano; Javier Escribano, presidente de la compañía; y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la visita este viernes a la sede de Hersill en Móstoles (Madrid)
De izquierda a derecha, Ángel Escribano, consejero delegado de Escribano; Javier Escribano, presidente de la compañía; y Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, durante la visita este viernes a la sede de Hersill en Móstoles (Madrid)ESCRIBANO MECHANICAL AND ENGINEERING

A Escribano le ha ayudado a encontrar los componentes en el extranjero una empresa tecnológica malagueña con una amplia red de suministradores en el extranjero, Premo. “Si no hubiera sido por esos contactos no habríamos avanzado nada”, dice su consejero delegado, Ezequiel Navarro. “He tenido que hablar durante 14 días con los CEO de estas empresas para explicarles que tenemos un reto de Estado”. Otra parte importante de la producción son los componentes electrónicos, que está elaborando Teydisa, una empresa de Torrejón de Ardoz.

El corazón mecánico del respirador VITAE 40 unido por cables a una bomba de oxígeno.
El corazón mecánico del respirador VITAE 40 unido por cables a una bomba de oxígeno.KIKE PARA

Hace dos semanas, cuando el Gobierno se dio cuenta de las dificultades para abastecerse en el extranjero, el respirador de Hersill apareció como la mejor solución. Había otras alternativas como la propuesta por los impresores 3D o un prototipo hecho por Seat en colaboración con los productores de la Zona Franca de Barcelona. En conversaciones con la patronal tecnológica Ametic, Premo, Escribano y otras empresas implicadas, las autoridades decidieron que era mejor optar por un producto ya homologado. Un respirador es un producto de extremo riesgo ya que inyecta aire al pulmón del enfermo cuando este no puede abastecerse de oxígeno por sí mismo. Según fuentes que participaron en esas conversaciones, corrió el miedo a autorizar máquinas no probadas que pudieran reventar el pulmón del paciente si falla el sensor que regula el caudal de aire.

La necesidad de fabricar respiradores made in Spain ha provocado un aluvión de ofrecimientos por parte de empresas y universidades españolas. Los participantes también dicen sentir un compromiso especial. Son industria de Estado, movidos por un interés superior.

Esta crisis supondrá un antes y un después para muchos ámbitos. Una de las cosas que cambiarán, predice Escribano, es la necesidad de cubrir nuestras espaldas con unas reservas de Estado de respiradores, en caso de que haya nuevas crisis. También habrá que elaborar un listado de productos críticos a nivel europeo. La industria española, en particular la mecánica, se ha debilitado mucho, lamenta Escribano. “Industrias que hemos tardado toda una vida en crear, acaban destruidas en un minuto cuando llegan grandes multinacionales que introducen su producto. Eso tiene que cambiar. Es necesario”. El tiempo dirá si se acaba cumpliendo su predicción, un contrapunto al proceso de décadas de apertura global.

Corrección: La primera versión del artículo indicaba erróneamente en el pie de foto del VITAE 40 que es un producto patentado por Hersill. En realidad, es una marca registrada.

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Fernando Peinado
Es reportero de la sección de Madrid desde 2018. Antes pasó ocho años en Estados Unidos donde trabajó para Univision, BBC, AP y The Miami Herald. Es autor de Trumpistas (Editorial Fuera de Ruta).

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