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A Rapa das Bestas galopa de nuevo con restricciones sanitarias y el aforo limitado

Los organizadores luchan para frenar un parque eólico en los montes habitados por los caballos

ecosistema caballos galicia
Primera rapa en Sabucedo (A Estrada-Pontevedra) tras el estallido de la pandemia.OSCAR CORRAL (EL PAÍS)

Un pequeño escuadrón equino ha vuelto a llenar la tarde de este sábado la arena del curro de Sabucedo, en A Estrada (Pontevedra). Tras un año de parón, la localidad volvió a desplegar su tradicional Rapa das Bestas. La fiesta se celebró con un aforo del 30%, uso obligatorio de mascarillas y test de antígenos para todos los que participaron del primer curro. Solo se han planificado dos para esta edición, debido a las restricciones de la pandemia, que también ha obligado a desplazar el evento de finales de junio hasta este mes.

Un cielo nublado acompañó la lucha entre el endémico caballo de monte gallego y los loitadores para cortarles la crin, desparasitarlos y marcarlos para después liberarlos en su medio natural. Este objetivo, casi burocrático, se convierte en esta parroquia estradense en un espectáculo que mantiene las formas arcaicas: no se usan cuerdas, ni palos, solo la fuerza de tres personas para contener a las bestas durante el proceso.

La pandemia ha supuesto un gran desafío para la planificación de esta Fiesta de Interés Turístico Internacional, que cada año acoge cámaras de todo el planeta. El director de cine Rodrigo Sorogoyen y una productora estadounidense se apuntaron para registrar esta edición, edulcorada y en mínimos, de la tradicional fiesta. Sin embargo, el coronavirus no es la única “amenaza” a la que se enfrenta la Asociación de la Rapa das Bestas. Al fondo de las gradas, un cartel invita a luchar en contra de la colocación de un parque eólico en la zona. Esta ha sido una de las principales reivindicaciones de la organización en los últimos años: evitar que las infraestructuras energéticas invadan el hábitat de los caballos.

Un hombre cae el suelo tras tratar de domar a un caballo salvaje durante A Rapa das Bestas en la parroquia de Sabucedo, pedanía de la localidad pontevedresa de A Estrada.
Un hombre cae el suelo tras tratar de domar a un caballo salvaje durante A Rapa das Bestas en la parroquia de Sabucedo, pedanía de la localidad pontevedresa de A Estrada. Óscar Corral (EFE)

Es por esto que, durante la presentación del evento en la Diputación de Pontevedra, Paulo Vicente, presidente de la asociación reclamó el apoyo de las autoridades para mantener la fiesta: “Es clave para mantener el entorno, las rozas y los puestos de trabajo que permiten atender a animales en riesgo de extinción. Tenemos que conservar el caballo gallego de monte, que es fundamental para Galicia”. La celebración de este año era “necesaria” para la supervivencia de la tradición, pero no podía ser igual: no se hará el curro del lunes ni habrá verbena, pero en los alrededores de la arena se han instalado pulpeiras y un bar.

Un hombre intenta domar un caballo salvaje durante A Rapa das Bestas en A Estrada (Pontevedra).
Un hombre intenta domar un caballo salvaje durante A Rapa das Bestas en A Estrada (Pontevedra).Óscar Corral (EFE)
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Este año, la recogida ha sido más compleja de lo esperado y hay pocos caballos, lo que deja huecos en la arena y espacio para que corran y maniobren. Una ventaja para las bestas. Sin embargo, nada distrae del primer curro en dos años: con las gaitas de fondo los loitadores se lanzan a una tarea que es especialmente difícil está vez. El entusiasmo, sin embargo, es el mismo en el público, en el que se vio al exmagistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón y a la Fiscal General del Estado, Dolores Delgado, que incluso participaron brevemente del curro.

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