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ARTE

La muestra de la donación de Jenkins y Romero evidencia la necesidad de ampliar el MACA de Alicante

El Museo de Arte Contemporáneo de Alicante exhibe la primera selección de la colección de arte contemporáneo legada a la ciudad con obras de Andy Warhol y Claes Oldenburg

Rafa Burgos
Una persona recorre la primera exposición de la donación realizada por los propietarios de la colección Jenkins y Romero al Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA).
Una persona recorre la primera exposición de la donación realizada por los propietarios de la colección Jenkins y Romero al Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA).MORELL (EFE)

Dos años de tramitación administrativa que culminan con “un momento muy emocionante”. El Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA) inaugura este sábado la primera selección de las cerca de 300 piezas que dos coleccionistas, Michael Jenkins y Javier Romero, han cedido a la ciudad. La muestra, titulada Obertura. Más allá de los mapas, ofrece una representación de la donación a través de 70 obras de 49 artistas distintos que ocupan la sala de exposiciones temporales del centro y todo el espacio disponible en la planta baja de un museo que ya se había quedado pequeño y que 25 años después de su ampliación, no tiene más remedio que volver a crecer.

El estreno de los fondos de Jenkins y Romero supone un repaso a los últimos sesenta años de creación artística internacional. “Es una exposición valiente y atrevida”, señala la responsable del MACA, Rosa María Castells, “que se instala en la mezcla y la diversidad y que diluye los límites” jerárquicos y geográficos del arte contemporáneo. A través de piezas de Andy Warhol, Anni Albers, Claes Oldenburg, Kara Walker o Teresa Lanceta, entreveradas con otras de artistas con menos reconocimiento pero larga trayectoria, de jóvenes creadores y de una pequeña representación alicantina, el debut de la donación se equilibra “entre la estética y la ética”, asegura Romero. En la colección inaugural, existe “una doble vertiente de obras que ahondan en los lenguajes formales” y otras que “investigan y documentan el trasfondo social e histórico” en el que nacieron, añade. El compromiso es una de las bases principales de su colección, en la que han atendido a la evolución de la creación de mujeres, de artistas de diferentes orígenes étnicos y de representantes del colectivo LGTBI.

Jenkins (Savannah, 1957) y Romero (Elda, 1962), que viven en Nueva York, donde el primero dispone de una galería de arte, no tuvieron “ninguna duda”. El MACA era el destino final de una parte, valorada en dos millones de euros, de su colección. “No hubo opción b, no valoramos ninguna alternativa”. Desde antes de 2019, cuando ofrecieron a Castells el legado y obtuvieron una “entusiasta respuesta”, ya habían pensado en el museo que visitaban cada año y cuya evolución seguían al detalle por internet. “La programación de actividades y la vocación educativa del MACA”, manifiestan, “la entendimos como fundamental”. A su juicio, “coleccionar arte no es una adicción”, sostienen, “sino una necesidad, un compromiso de protección del patrimonio artístico para las generaciones futuras”.

En medio, el alcalde Alicante, Luis Barcala, a su derecha la directora del MACA, Rosa María Castells, y a su izquierda, los coleccionistas Javier Romero y Michael Jenkins.
En medio, el alcalde Alicante, Luis Barcala, a su derecha la directora del MACA, Rosa María Castells, y a su izquierda, los coleccionistas Javier Romero y Michael Jenkins. AYUNTAMIENTO DE ALICANTE (Europa Press)

Inspirados por Eusebio Sempere, cuya donación original de arte fue la semilla que generó el MACA en los años 70, Jenkins y Romero sellaron su acuerdo con el Ayuntamiento de Alicante, propietario del centro expositivo, y las 291 piezas legadas llegaron a principios de este año por avión, en cajas enormes de madera perfectamente ordenadas. El catálogo es tan amplio, que no cabe otra posibilidad que exhibirlo por partes. Y de alguna manera había que empezar, explica Castells. “La selección de esta primera muestra no ha sido fácil”, continúa, “entre los tres hemos elegidos las piezas más adecuadas” para la presentación en sociedad de la colección, “obras con una gran diversidad de planteamientos formales” que procuran “un disfrute estético y una proyección crítica” del arte contemporáneo desde los años 60.

Los 70 títulos, entre los que destaca la gran presencia de autoras, 25 representantes de un total de 49, se reparten por toda la planta baja del MACA, un museo con más presencia en las guías turísticas de Alicante que en los presupuestos municipales y entre la sociedad alicantina, y que ya tenía las costuras deshilachadas. La colección Jenkins y Romero se suma a la de Eusebio Sempere, a las piezas del artista de Onil adquiridas por el consistorio, a la del legado testamentario de Juana Francés y al depósito de piezas de la Fundación Mediterráneo, prestada por la extinta Caja Mediterráneo antes de su desaparición. Unas 1.500 obras, en total, que sobrepasan la capacidad del centro, ampliado en 1997.

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Ante este panorama, el ayuntamiento ya ha licitado el proyecto de ampliación, que constará, adelanta el alcalde, Luis Barcala, de “un edificio anexo”, situado a la espalda del actual, en pleno centro histórico de la ciudad, y “la recuperación de un espacio desconocido por la mayoría de los alicantinos”, las galerías subterráneas que parten de dos calles más abajo y atraviesan por debajo la plaza de Santa María, frente a la puerta de acceso al MACA. La idea es generar “más espacio de almacenamiento y expositivo”, dice Barcala. “Puede que más adelante ampliemos la donación para presionar a favor de la ampliación”, avanza Romero, feliz junto a Jenkins de “ver estas piezas, que habíamos ido rotando en casa, todas juntas”.

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