Obras en el Corredor Mediterráneo cortan cinco meses el tráfico de trenes en Tarragona y ponen en vilo a Rodalies
Trabajos de Adif en Gavà anulan la conexión ferroviaria con el aeropuerto y la reforma del túnel de Roda de Berà interrumpe la circulación hasta el mes de marzo
Los trenes de cercanías de Cataluña entran este fin de semana en un túnel negro del que no se adivina el final. Este sábado y domingo se interrumpe el tráfico de la R2 entre Gavà y Barcelona por unas obras que también implican afectaciones en las conexiones de trenes con el aeropuerto. Dos días de parálisis que son solo un preludio del enredo que se avecina a partir de la medianoche del lunes: corte total del tráfico en el corredor sur, entre las estaciones de Tarragona y Sant Vicenç de Calders. Se trata de “una de las afectaciones más importantes de los últimos años en Rodalies”, según reconoce Renfe. Un quebradero de cabeza que altera también rutas desde Barcelona a Valencia, Zaragoza y Madrid.
La remodelación del túnel de Roda de Berà obliga a suprimir la circulación de trenes durante un plazo de, por lo menos, cinco meses y suponen la actuación más espinosa de todo el paquete de obras que tiene patas arriba la red ferroviaria catalana. El bloqueo de Roda de Berà convive con obras en Martorell y Castellbisbal, en el acceso a Barcelona por la R4 y la R8, y siguen también los trabajos en la R3, entre Parets del Vallès y la Garriga, pese a que Adif asegura que en este caso el tráfico no sufre alteraciones.
El primer envite afecta durante el fin de semana a los usuarios de la línea R2. Sin posibilidad de cubrir en tren el trayecto entre Gavà y Barcelona Sants se tendrán que fiar de los buses lanzadera que se han habilitado para dar servicio a Gavà, Viladecans y El Prat. Los buses no llegarán a la estación de Sants sino que tendrán la Diagonal (Palau Reial y Zona Universitaria) como punto de llegada y recogida. Aquellos pasajeros que tengan origen o destino en el aeropuerto tendrán que usar la línea 9 del metro. En el caso de las líneas regionales que acostumbran a acceder a Barcelona por el tramo de vías de Gavà, en Sant Vicenç de Calders los trenes serán desviados hacia Vilafranca del Penedès y Castellbisbal.
La portavoz del Govern y consejera de Territorio de la Generalitat, Sílvia Paneque, reconoció recientemente que hay que afrontar reformas “muy importantes” en Rodalies y reveló que los remiendos en las vías y catenarias hacen presagiar que el servicio tiene por delante dos años de “distorsiones”. El recelo se centra en saber qué panorama quedará tras el fastidioso periodo de obras. La consejera Paneque ha asegurado que “el servicio será excelente”, pero en Rodalies el optimismo avanza por una vía muerta.
Los datos de Renfe revelan que casi 400.000 personas se montan a diario en los vagones de los cercanías, un transporte asequible con posibilidad de abono gratis para los usuarios habituales y que, de paso, ayuda a descongestionar los colapsados accesos a Barcelona. Cuando funciona, el tren es una opción eficaz, económica y sostenible, pero su buena imagen queda lastrada por el rosario de incidencias crónicas que sufren las líneas de cercanías. Lo saben bien los viajeros habituales del corredor sur, unos 15.000 viajeros, según Renfe, que se mueven entre las Terres de l’Ebre y Barcelona y que padecen las averías y los retrasos que afectan continuamente a la R14, R15 y R16.
Sin paso de trenes, a partir de la medianoche del lunes se van a cortar en seco los habituales avisos de incidencias, pero los inconvenientes seguirán para los viajeros. Para conectar Tarragona con Sant Vicenç de Calders, Renfe ha contratado 87 autobuses que tienen previsto ofrecer 30.500 plazas diarias. Por carretera se cubrirá una ruta directa y otra con paradas en Altafulla y Torredembarra. Desde Sant Vicenç, también habrá conexiones por carretera con l’Hospitalet de l’Infant, Vila-seca, Cambrils y Salou.
Hasta el 2 de marzo, los trenes que tienen su origen en Lleida y Riba-roja dejarán de pasar por Tarragona para desviarse por Valls y Reus.
El embrollo viene provocado por la necesidad de adaptar el túnel de Roda de Berà, de 422 metros, al ancho de vía internacional, una obra que se enmarca en los trabajos de acondicionamiento del Corredor Mediterráneo para mejorar la fluidez de los trenes de mercancías. “El beneficio de estas obras es tanto para los trenes de mercancías como para los pasajeros”, asegura un portavoz de Adif. Argumenta que la reforma de toda la infraestructura viaria va a repercutir en una mejora de la fiabilidad del servicio y va a reducir el riesgo de averías, cuando los trenes puedan volver a rodar por las vías . Renfe señala, a su vez, que tras el parón por las obras se ha previsto aumentar la frecuencia entre Tarragona y Barcelona, con un tren cada media hora durante todo el día.
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