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El Parlament de Cataluña avala el uso de desaladoras para llenar piscinas privadas y suaviza las restricciones de agua a los gimnasios

La Cámara constata la inacción del Govern de Aragonès y rechaza la mitad de las propuestas de ERC mientras aprueba las de PSC y Junts

El president Pere Aragonès y el consejero David Mascort, en un momento del Pleno.
El president Pere Aragonès y el consejero David Mascort, en un momento del Pleno.Quique García (EFE)

Marcha atrás del Govern en sus planes para cerrar grifos como medida para gestionar la sequía en Cataluña. Una pinza de Junts y el PSC en el Parlament ha forzado a Esquerra a modular restricciones que había defendido como necesarias para contener el gasto de agua ante los precarios niveles de reservas que presentan los embalses de las cuencas internas, y con unas previsiones que no invitan al optimismo. Socialistas y posconvergentes han permitido que prospere la idea defendida por el sector hotelero para alquilar desaladoras para llenar piscinas y los gimnasios, que fueron amenazados con tener que cerrar las duchas, salvan el trance con un compromiso para que encuentren la manera de reducir su consumo de agua un 25%. Esquerra también contempla acabar flexibilizando restricciones de consumo para la agricultura y otros sectores, además de un plan de choque económico para paliar pérdidas.

Acosado por la oposición por su gestión de esta crisis, la sesión ha sido una pesadilla para el Govern. El Pleno, a propuesta del PSC, ha “constatado su inacción” en materia de acción climática y su mala planificación y gestión de la sequía actual. No ha sido una reprobación pero se le parece. El debate ha acentuado la soledad de los republicanos que han visto como casi la mitad de sus 22 propuestas eran rechazadas con un balance equiparable al de un grupo de la oposición mientras mientras el PSC aprobara su veintena de textos y Junts solo perdía un punto. Pero no solo eso: ERC se ha visto obligada a retirar un punto en el que se mostraba contraria al trasvase del Ebro para abastecer de agua a Barcelona y cumplir el Acuerdo de la Taula del Ter, sin poner fechas, de reducir el caudal trasvasado a Barcelona cuando acaben las obras de potabilización y desalinización en el área de la gran Barcelona. ERC ha querido modificar el apartado referente al Ter pero la Mesa lo ha rechazado.

Casi ha sido una metáfora pero el president Pere Aragonès y el consejero de Accio Climàtica, David Mascort, han sido los únicos miembros del Govern que han seguido la sesión en la bancada del Govern. El Pleno no ha querido aprobarles que la crisis hídrica se ha agravado por la falta de inversiones desde 2010 y ni tan solo el mensaje que envió este miércoles Aragonès en la sesión de control: de que era necesario aprobar los presupuestos de 2024 como instrumento fundamental para luchar contra la sequía. A propuesta de Junts, el Pleno insta también a celebrar una cumbre del agua. Los partidos independentistas sí se han puesto de acuerdo para reclamar para Cataluña competencias de gestión en el tramo final del Ebro, ahora en manos del Ministerio para la Transición Ecológica.

La resolución sobre las piscinas contempla “fomentar el uso de agua de mar tratada en el sector turístico, en especial, para llenar piscinas y ser usada en instalaciones acuáticas lúdicas”. Los gimnasios, por su parte, ven como se esfuma la amenaza del cierre de duchas, con la alternativa de medidas más suaves: la reducción de la presión y de la temperatura del agua de grifos y duchas, la del tiempo del funcionamiento de los pulsadores de las duchas o la instalación de sensores en los lavabos para que solo salga agua cuando está la mano debajo del grifo. El documento, que incluso recoge “líneas de apoyo y colaboración para el tratamiento y uso de agua de mar”, se hace eco de las demandas de los hoteleros que, con la campaña veraniega en ciernes, habían lanzado reproches al Govern por la “falta de soluciones”. Los empresarios de Lloret ya han difundido sus intenciones de alquilar desaladoras para poder rellenar las piscinas. PSC y JxCat también han construido otra alianza parlamentaria para obligar al Govern a modificar el plan de sequía y atenuar las restricciones de consumo de agua en gimnasios y centros deportivos.

Además de su plan para las piscinas, el sector turístico ha visto como los comunes han logrado que se apruebe un mecanismo para saber el consumo de los hoteles pero no así un certificado de eficiencia hídrica con medidas concretas. Por contra, la formación de izquierdas ha logrado que la cámara haya rechazado de forma abrumadora el trasvase del Ebro y que aprobara por un voto, con el apoyo de ERC, paralizar cualquier planeamiento urbanístico en el sector turístico que suponga movilizar más recursos hídricos por encima de 100 litros por persona. Ha sido una forma de aludir al megacomplejo Hard Rock de Salou pero sin citarlo expresamente. Aragonès dijo este miércoles que no se pueden poner en riesgo los presupuestos por el rechazo a ese proyecto.

El documento sobre las piscinas supone un giro en la posición de Mascort, que llegó a amenazar con cerrar las duchas de estas instalaciones para contener el gasto de agua. “Se recomendará a los usuarios que tengan la opción de hacerlo que utilicen las duchas de sus casas después de hacer actividad física en el centro deportivo”, recoge ahora la propuesta de resolución aprobada en el Parlament. Esquerra reconoce haber “facilitado” la aprobación de algunas propuestas como muestra de “voluntad de diálogo” y de querer “flexibilizar” algunas medidas. El Govern anunció que en fase de emergencia es inviable rellenar piscinas privadas. “Tenemos que ser tajantes. A menos que caiga mucha agua y salgamos de la excepcionalidad, no podrán llenar las piscinas”, dijo a finales de año.

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El anuncio hecho por hoteleros de Lloret de Mar, sobre sus intenciones de alquilar desaladoras para poder tener agua con las que rellenar piscinas e instalaciones acuáticas en la inminente campaña de verano ha obligado a Mascort a recoger cable y a flexibilizar su oposición inicial. El conseller ha terminado manifestando que “hará lo posible” para autorizar a los hoteleros a tirar de desaladoras para cubrir sus necesidades. “Las cosas no son inamovibles. Hace falta entender el momento, el contexto y ser flexibles”, justifican desde el Govern. El equipo de Aragonès incluso ha llegado a plantear dudas sobre la conveniencia de algunas medidas que contempla su propio plan de sequía. “Los planes pueden decir lo que quieran, pero a veces la realidad no es lo mismo”, indican desde el Ejecutivo. “Adaptar no es corregir”, alegó el martes la portavoz del Govern, Patrícia Plaja.

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