Los expertos urgen a conectar el Ebro con la red Ter-Llobregat para paliar futuras sequías
La propuesta del Observatorio del Agua resolvería la actual crisis hídrica y evitaría que se repitieran futuros episodios de escasez, según los profesionales
Cataluña solo puede superar la grave sequía conectando las cuencas hidrográficas internas. Es la idea que transmiten desde el Observatorio del Agua, un grupo que reúne a ingenieros de caminos, industriales, agrónomos y economistas de los colegios profesionales catalanes. Sugieren invertir 300 millones de euros para unir en los próximos 18 meses todas las redes de suministro, que permitiría a los municipios conectados abastecerse en caso de emergencia. “Es evidente que las estructuras actuales no son suficientes”, ha afirmado este viernes Carles Conill, presidente de esta Comisión, durante la presentación de la propuesta en el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Cataluña (Barcelona). “Estamos peor que en 2008. La interconexión de las redes de abastecimiento, junto con el agua regenerada y desalada, garantizaría la resiliencia del sistema”, ha insistido Conill.
No es una idea nueva. La Generalitat redactó en 2009 un proyecto para construir una desalinizadora en Cunit que habría interconectado la cuenca del Ebro con la del Ter y el Llobregat, de la que bebe la gran mayoría de los ciudadanos de Cataluña. Los expertos proponen recuperar esta iniciativa para transportar agua entre el Consorcio de Aguas de Tarragona (CAT) y el sistema Ter-Llobregat (ATL) “solo en casos de emergencia”, como la que atraviesa Cataluña en la actualidad. Esta conexión podría darse a la inversa: el sistema Ter-Llobregat también podría llevar los recursos a Tarragona en caso de necesidad. “Somos conscientes de las dificultades, pero debemos dar acceso al agua de manera justa y equitativa”, ha resaltado el presidente de la Comisión.
La propuesta del Observatorio del Agua transcurriría a lo largo de 65 kilómetros desde Constantí (Tarragona) hasta Olèrdola (Barcelona), donde conecta con el sistema ATL. Esta iniciativa cubriría alrededor de 50 hectómetros cúbicos de los 200 que faltan en el área de influencia de Barcelona, según estos expertos. “Ganaríamos tiempo hasta que terminen en 2027 los proyectos de las dos nuevas desalinizadoras”, ha afirmado Albert Vilalta, ingeniero de caminos y miembro de esta Comisión, quien ha remarcado que este corredor de agua solo sería para casos de extrema necesidad y que no perjudicaría los caudales ecológicos.
El cambio climático ha agudizado los problemas del clima mediterráneo, acostumbrado a lluvias irregulares y ciclos de sequía más cortos que el actual. La visión del Observatorio del Agua es que cada vez habrá precipitaciones menos frecuentes y episodios de escasez de agua más prolongados y duros. Por ello, propone que esta interconexión entre cuencas, que podría estar lista a mediados de 2025, se una a las depuradoras, desalinizadoras y regeneradoras de agua para no depender de la meteorología. “Hay que incidir en las políticas transformadoras de forma urgente”, ha aseverado Vilalta, quien también ha recalcado la necesidad de revisar los riegos y el uso agrícola del agua.
El crecimiento exponencial de la población en Cataluña (ocho millones de habitantes) es otro elemento determinante para llevar a cabo la interconexión. Según Vilalta, este aumento ha contribuido a generar un “grave desequilibrio territorial porque hay una demanda de recursos muy fuerte en un área muy concreta”.
Además, los expertos han solicitado más medidas “extraordinarias y urgentes” como el aumento de la producción de agua desalada; la ampliación de la desalinizadora de la Tordera; la construcción de nuevas plantas de regeneración de agua como, por ejemplo, la de Sant Feliu de Llobregat y la del Besòs (donde piden ejecutar nuevas captaciones superficiales y subterráneas); y mejorar el tratamiento de agua potable en el Llobregat. La interconexión entre cuencas como complemento a estas infraestructuras otorgarían, según estos expertos, “las soluciones necesarias para garantizar el abastecimiento y un uso racional del agua durante los próximos 30 años”.
La Generalitat prevé declarar en enero el escenario de emergencia del Plan Especial de Sequía. Casi seis millones de personas que residen en el área de influencia de Barcelona y algunas poblaciones de Girona deberán reducir su consumo de agua a 200 litros por día y habitante en una primera fase, que se ampliará a 180 en una segunda y a 160 en una tercera, si no llueve después de Navidad. David Mascort, consejero de Acción Climática, anunció el pasado martes nuevas restricciones que afectaban al turismo y a las instalaciones deportivas. Incluso llegó a pedir a la población que empezara a no ducharse en los vestuarios para ahorrar agua.
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