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Los rendimientos del trabajo durante la pandemia cayeron más en los municipios turísticos catalanes

Los municipios que más ingresos notificaron en la declaración de la renta de 2020 fueron Agullana y Sant Cugat del Vallès, por encima de los 43.000 euros

Josep Catà Figuls
Un camarero prepara las mesas de un restaurante en Barcelona.
Un camarero prepara las mesas de un restaurante en Barcelona.Albert Garcia (EL PAÍS)

La pandemia redujo de forma generalizada los ingresos que los catalanes notificaron en la declaración de la renta. Estos pasaron de los 24.984 euros de media en 2019 a los 24.568 euros el año siguiente, según la estadística del Idescat sobre el Impuesto sobre la Renta de Personas Físicas (IRPF) del año 2020, publicada este miércoles. Las restricciones en la movilidad y la actividad empujaron hacia abajo la base imponible general por declarante de los catalanes —aunque se situó aún por encima de 2018, en una tendencia al alza desde 2013 con la recuperación tras la anterior crisis—, y también redujeron lo que se pagó de IRPF (7.029 euros de media por declarante, 164 euros menos que el año anterior). Pero no en todos los sitios fue igual. Los datos de 2020, comparados con los del año anterior, muestran que hubo poblaciones, especialmente las más turísticas o de montaña, donde la caída de los ingresos fue más acusada, mientras que en otras hasta subieron. La estadística también da información sobre cuáles fueron ese año los municipios más ricos y los que pagaron más IRPF: ese puesto lo ocupan Agullana (Alt Empordà) y Sant Cugat (Vallès Occidental), donde la base imponible por declarante fue de 44.216 euros y 43.211, respectivamente, y la cuota resultante (lo que cada declarante de estas poblaciones pagó de media de IRPF) fue de 20.572 euros y 15.008 euros.

La estadística del Idescat, que se elabora a partir de las declaraciones de IRPF de la Agencia Estatal de la Administración Tributaria, incorpora este año la desagregación de este impuesto según sus diferentes partidas. El IRPF cuenta los rendimientos del trabajo, pero también ingresos que provienen de otros ámbitos: capital inmobiliario y mobiliario (dividendos, primas, intereses, seguros de vida, propiedad intelectual e industrial, entre otros), o rendimientos de actividades empresariales o profesionales (hay otros rendimientos, como los que vienen de la Bolsa o indemnizaciones, que no tributan por IRPF).

Curiosamente, en 2020, la estadística del conjunto de Cataluña muestra que los rendimientos del trabajo no cayeron pese a las restricciones, sino que aumentaron un 2,4% (gracias a la activación de los ERTE, que protegieron los empleos), mientras que los demás tipos de rendimiento sí que se redujeron, haciendo que la base imponible general cayese con respecto al año anterior. El resultado de la declaración (lo que se pagó de IRPF en conjunto en 2020) también se redujo, de 956,7 millones en 2019 a 887,7 millones el año siguiente. Al conjunto de los catalanes les sale a pagar la declaración de la renta desde 2015, mientras que los cinco años anteriores les salió a devolver.

En los municipios están los matices, aunque hay que tener en cuenta dos cuestiones: por un lado, no toda la población está obligada a hacer la declaración de la renta, y por lo tanto esta estadística no muestra la riqueza de todos los catalanes, solo de los que hacen la declaración; y por otro, en las poblaciones pequeñas puede aparecer una renta media muy alta porque ahí reside una persona que ha obtenido ella sola muchos ingresos, o puede aparecer una renta muy baja porque hay muchas personas que no hacen la declaración de la renta.

El mapa muestra que las comarcas del Barcelonès y el Garraf son en las que más renta se declaró de media (26.925 euros y 26.233 euros respectivamente). En la parte más baja de la clasificación está Terra Alta (14.394 euros). Por municipios, los que declararon más renta fueron Agullana y Sant Cugat del Vallès, seguidos por Matadepera (43.195 euros) o Sant Just Desvern (42.407 euros). Los que menos declararon fueron Sant Esteve de la Sarga (6.975 euros) y Abella de la Conca (9.906 euros), ambos en la comarca del Pallars Jussà, o Farrera (10.054 euros) en el Pallars Sobirà.

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Ahora bien, la comparación de las cifras de 2020 con las del año anterior muestra que algunos municipios, pese a tener una renta alta, han sufrido más que otros el impacto de la pandemia. Es el caso de los municipios turísticos: los habitantes de Sitges, por ejemplo, declararon de media unos ingresos de 34.996 euros en 2020, un 6,6% menos que el año anterior. Y, al contrario que en el conjunto de Cataluña, donde los rendimientos del trabajo aguantaron y hasta subieron, en Sitges bajaron un 4,7%. Ocurrió lo mismo en otras poblaciones turísticas, como Lloret de Mar (16.701 euros de base imponible, con unos rendimientos del trabajo que cayeron un 9,22%), Cadaqués (18.119 euros de base imponible, y caída del 5% de los rendimientos del trabajo) o Salou (19.501 euros, y caída del 7,2% en los ingresos por trabajo). Esta circunstancia se debe a la naturaleza del mercado laboral en el sector turístico, donde muchos trabajadores con contrato fijo-discontinuo perdieron de golpe todos los ingresos, sin posibilidad de tener ERTE, porque no les llamaron para trabajar tras el estallido de la pandemia.

Con todo, las comarcas y municipios que más renta perdieron con respecto a 2019 fueron las de montaña, sobre todo en la Cerdanya, la Segarra y el Aran, alrededor de un 4%. Municipios como Arres o Gurb, con más de un 36% de caída, son los que más sufrieron el impacto, aunque al ser localidades con poca población, pueden haber influido más los casos individuales.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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