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Aragonès no acudirá a la manifestación independentista de la Diada

La decisión del presidente catalán, el primero que no asiste a la marcha desde el momento álgido del ‘procés’, evidencia el enfrentamiento con la ANC y la fractura en el movimiento secesionista

Pere Aragones
Pere Aragonès (segundo por la izquierda), junto al vicepresidente Jordi Puigneró y la consellera de Presidencia, Laura Vilagrà, el martes antes de la reunión del Govern.Marta Pérez (EFE)
Àngels Piñol

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, no asistirá a la manifestación de la Diada convocada por la Assemblea Nacional Catalana (ANC), el próximo 11 de septiembre, porque considera que no sería coherente con el planteamiento que han hecho los propios organizadores. El creciente discurso antipartidos de la ANC —especialmente crítica con ERC, la formación de Aragonès— ha motivado la decisión del president, que en la marcha de hace un año ya recibió silbidos de una parte de los asistentes. Será la primera vez desde 2016 (en pleno procés) que un presidente de la Generalitat no acuda a este acto central del movimiento secesionista catalán. La presidenta de ANC, Dolors Feliu, ha declarado que la ausencia de Aragonès demuestra que “no está implicado con la independencia”.

La ANC, principal entidad independentista, ha elevado desde hace semanas el tono de su discurso contra los partidos y particularmente contra ERC, en este caso por su apuesta por la mesa de diálogo entre la Generalitat y el Gobierno de Pedro Sánchez, que la organización secesionista considera un paso atrás en la lucha independentista. De hecho, la web de la ANC en la que se convoca la manifestación de la Diada es clara en su posición crítica con las formaciones políticas tradicionales. “Se ha acabado esperar nada de los partidos, solo el pueblo y la sociedad civil organizada podrán alcanzar la independencia”, dice. “La victoria del 1 de octubre de 2017 [en alusión al referéndum ilegal de independencia] y la mayoría independentista en el Parlament no se pueden derrochar en mesas de diálogo con el Estado español y trifulcas internas”, concluye el manifiesto de convocatoria.

La ANC —que en los años del procés fue uno de los pilares del plan soberanista como agente movilizador y caminó de la mano de las instituciones de la Generalitat— ha convocado este año la manifestación bajo el lema “Tornem-hi per vèncer, Independència” (Volvamos para vencer, independencia). Su objetivo es pasar por delante de los partidos, a los que reprocha no haber hecho efectiva la secesión tras el otoño crítico de 2017, y propone “fer foc nou” (tabla rasa) con las instituciones si no dan pasos hacia ella. Ante este posicionamiento, Aragonès concluye que la manifestación está concebida como un acto contra los partidos políticos y las instituciones, y no contra el Estado, y que profundiza en las divergencias del independentismo. Por ello, ha optado por no acudir, según fuentes de la Generalitat. El president, que sí participará en la ofrenda floral al monumento a Rafael Casanova, pide a la ciudadanía que participe en los actos y ha defendido que la independencia se conseguirá con la unión entre la calle, los partidos y las instituciones.

La ANC ha acogido la decisión de Aragonès criticando una vez más la apuesta del president por la mesa de diálogo. “No entendemos que se haga fotos con el Gobierno de Madrid y no quiera hacérsela con cientos de miles de catalanes”, ha afirmado la entidad en un comunicado, en el que también señalan que la ANC no está en contra de ningún partido, pero sí de la estrategia de algunos de ellos, y que no avala el “autonomismo”.

La protesta va a volver a visibilizar la delicada relación entre los dos socios del Gobierno catalán. Junts considera que la marcha de este año es otra más en favor de la independencia y por eso sus dirigentes asistirán. “A las verdes y a las maduras. Hay que estar más en la calle y escuchar más que nunca a la gente”, afirmó Josep Rius, portavoz del partido. El vicepresidente Jordi Puigneró y los consejeros de Junts acudirán a la marcha.

Ahora queda la duda de si participarán en la manifestación los consejeros republicanos. ERC ha emitido un comunicado en el que ha aclarado que sí asistirán “miembros de la dirección, cargos electos y militancia”; entre ellos, dice la nota, Carme Forcadell, expresidenta del Parlament que fue condenada por sedición e indultada posteriormente por el Gobierno. “Nos gustaría que cualquier entidad que convoque una manifestación lo haga a favor de la independencia y no en contra de los independentistas”, ha señalado ERC en un elocuente mensaje animando, eso sí, a todo el mundo a participar en todos los actos y movilizaciones.

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El año pasado, manifestantes que acudieron a la Diada abuchearon a Aragonès y al líder de ERC, Oriol Junqueras, que apenas tres meses antes había salido de la cárcel tras ser indultado junto a otros ocho dirigentes del procés. Algunos manifestantes replicaron a esos gritos con los de “president, president”. Parte del movimiento secesionista considera que los indultos fueron fruto de una claudicación por parte de algunos partidos independentistas y, aunque entre los indultados también había dirigentes de Junts, han centrado sus críticas en ERC.

Aragonès no es el primer presidente de la Generalitat que no acude a la manifestación de la Diada desde que esta se ha convertido en un acto de masas. Ya Artur Mas eludió acudir a la concentración cuando era presidente, con el argumento de que el máximo responsable de la Generalitat se debe a todos los catalanes y no solo a una parte. Mas, eso sí, apoyó explícitamente las manifestaciones independentistas.


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