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Cataluña prepara potabilizadoras portátiles y más camiones cisterna ante la falta de agua potable

El Govern reacciona tras la mala gestión que llevó a una treintena de pueblos de Lleida a prohibir el consumo por contaminantes durante tres semanas

Carlos Garfella
Agua potable Cataluña
El hijo de un vecino de L'Albi (Lleida) sube garrafas de agua a su casa, en junio pasado, durante un episodio de contaminación del agua potable.MASSIMILIANO MINOCRI (EL PAÍS)

La Generalitat de Cataluña no quiere que se repita el titular de que en pleno siglo XXI decenas de municipios de la Cataluña rural se quedan sin suministro potable por culpa de la contaminación y la sequía. El Govern se moviliza para una sequía que puede alargarse meses y que, de empeorar, puede causar de nuevo prohibiciones de consumo potable en algunos municipios por la alta concentración de pesticidas en ríos y embalses.

Fuentes de la Agencia Catalana del Agua (ACA) adelantan que el organismo ofrecerá una línea de ayudas para alquilar potabilizadoras portátiles de osmosis inversa, así como sistemas de tratamiento de carbón activado utilizado para la eliminación de contaminantes que se podrán instalar directamente en fuentes potables de plazas y calles. Asimismo, el Govern estudia con la Agencia de Salud Pública poder reconvertir, en caso de ser necesario, camiones de otros usos, como el transporte de leche, a camiones cisterna.

La ACA ha contabilizado una sesenta de municipios entre las cuatro provincias de Cataluña (Girona, Barcelona, Tarragona y Lleida) especialmente sensibles a la falta de suministro ante la falta de lluvias. Fuentes del organismo evitan dar una lista de las localidades para “no crear alarma”, pero sí aclaran que pertenecen a comarcas como el Baix Camp, La Garrotxa, Pla de Cerdanya, Osona o Bages y que, al estar desconectados de grandes infraestructuras hidrológicas de la Generalitat, dependen de pequeños acuíferos o embalses de gestión municipal, lo que les hacen más vulnerables al déficit hídrico. Las ayudas para implantar estos sistemas temporales de potabilización en caso de crisis se enmarcará en las líneas de subvenciones para camiones cisterna que el Govern ya abre cada junio y diciembre.

Entre junio y el pasado mayo, 27 municipios de la agrícola y despoblada comarca de Les Garrigues (Lleida) acumularon más de tres semanas sin poder consumir agua potable por la alta concentración de herbicidas utilizados en los campos que envuelven el caudaloso río Segre y el pequeño embalse de Utxesa, que abastece a una comarca donde los récords turísticos y sus millones nunca llegan. La situación se agravó con la ola de calor, que elevó el mercurio hasta los 40 grados mientras 20.000 vecinos cargaban garrafas al mediodía para llenarlas a través de camiones cisternas alquilados por el Govern.

La prohibición en Les Garrigues elevó la tensión entre los Consistorios y la Generalitat. La Mancomunidad de Aguas de Les Garrigues, competente en el suministro, acusó al Govern de “abandono y desidia”. El director de la ACA, Samuel Reyes, respondió horas después en una entrevista que son los Ayuntamientos los competentes para garantizar el suministro y los acusó de no haberse acogido a las ayudas por valor de 100 millones que ofreció en el territorio para mejorar el sistema de potabilidad.

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Pero no solo Les Garrigues. En 2016, 12.000 habitantes de La Bisbal d’Empordà y Forallac (Girona) se quedaron sin agua potable por otra filtración. La crisis se alargó más de una semana y Cáritas incluso se vio forzada a repartir garrafas a familias vulnerables. Cataluña acumula un problema desde hace décadas con la contaminación de purines y químicos agrícolas: siete de cada diez acuíferos de la comunidad están contaminados.

El problema, ahora, explican fuentes de la consejería de Acció Climática de la Generalitat, no es que se contamine más, sino que al haber menos agua (Cataluña está a un paso de declarar la alerta por sequía generalizada) es que los contaminantes que siempre han existido no se difuminan lo suficiente, y sobrepasan los límites que la Agencia de Salut Catalana considera perjudiciales. De ahí que entre las medidas que la ACA baraja sea inyectar “agua cruda” (agua que no ha recibido ningún tratamiento) en pequeñas potabilizadoras para aumentar así el volumen y bajar los niveles contaminantes.

Los estragos de la sequía ya se ceban con algunos municipios. El Ayuntamiento de L’Espluga de Francolí (Tarragona) empezó a cortar el suministro de agua potable nueve horas durante la noche, de 22.00 a 7.00 de la mañana por la “falta de lluvia y la disminución progresiva de los niveles de agua”.

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Sobre la firma

Carlos Garfella
Es redactor de la delegación de Barcelona desde 2016. Cubre temas ambientales, con un especial interés en el Mediterráneo y los Pirineos. Es graduado en Derecho por la Universidad de las Islas Baleares, Máster en Periodismo de EL PAÍS y actualmente cursa la carrera de Filosofía por la UNED. Ha colaborado para otros medios como IB3 y Ctxt.

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