El aeropuerto de Barcelona remonta hacia el tráfico prepandémico sin desbloquear el futuro de su ampliación
Generalitat y Aena se acusan mutuamente del estancamiento de las conversaciones para abordar un proyecto que evite el desborde de la infraestructura
El aeropuerto de Barcelona-El Prat recupera altura tras desprenderse del lastre coronavírico y encara el pico veraniego con previsiones que acercan los registros de tráfico a los niveles de antes de la pandemia. Los controladores del Josep Tarradellas han programado 3.508 vuelos entre el viernes y este lunes, 1 de agosto. Se trata del primer fin de semana de operación salida de unas vacaciones de verano con atisbos de normalidad. Según datos publicados por Aena, la cifra se acerca a los volúmenes de actividad registrados antes del estallido de la crisis sanitaria. La remontada alcanza el 87,2% del tráfico del mismo período de 2019, que fue un año récord. Entonces se contabilizaron 4.019 operaciones. Durante los días de más actividad, viernes y domingo, se han llegado a superar los 900 vuelos diarios. En lo que respecta a los destinos, un 72% del tráfico corresponde a conexiones internacionales, mientras que el 28% restante son trayectos internos.
Desde los puestos de mando del aeropuerto catalán se pone de relieve que faltan por recuperar un paquete de conexiones que alimentaban la estadística, caso de los vuelos con China y Rusia, cuyas incertidumbres por la guerra y los coletazos del virus dificultan hacer estimaciones fiables. Pero, la dinámica que muestran los registros actuales confirma las previsiones acerca de la pronta recuperación de los niveles de trajín que se contaba antes de la expansión de la covid. Y, con el repunte, se vuelve a divisar la amenaza de la saturación de la instalación. En septiembre del año pasado el millonario plan, 1.700 millones de euros, para agrandar la instalación quedó aparcado por la falta de entendimiento entre la Generalitat y el Ministerio de Transportes. Desde entonces, no se cuentan avances.
“No ha habido ninguna reunión para tratar el tema”, manifiesta un portavoz de Aena cuando se demanda información acerca del proyecto, supuestamente congelado, para ampliar el Josep Tarradellas. El gestor aeroportuario argumenta que fue la Generalitat quien hizo trastabillar el propósito y que, por tanto, la pelota quedó colgada en el tejado de la administración catalana. Unas manifestaciones del president Pere Aragonès (ERC) criticando los términos de la ampliación precipitaron la paralización de un proyecto que hasta entonces había impulsado el vicepresident Jordi Puigneró (Junts per Catalunya). Desde el departamento de Territorio, que comanda el propio Puigneró, se responde que “el aeropuerto es una infraestructura del Estado y corresponde al Ministerio reabrir la carpeta”.
Hace casi un año, la ministra Raquel Sánchez ponía de relieve que, pese al fiasco de las negociaciones para incluir los planes de ensanchamiento del aeropuerto de Barcelona en el Documento de Regulación Aeroportuaria 2022-26 (DORA) que aprobó el Consejo de Ministros en septiembre, quedaba una puerta abierta para seguir tratando la remodelación del Barcelona-El Prat. “Este es un Gobierno de diálogo, y por tanto estamos abiertos a hablar en cualquier momento; se puede avanzar mucho con proyectos y estudios”, aseguró la responsable de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.
El tiempo no le da la razón. Los planes para el aeródromo de Barcelona, que incluían una polémica prolongación de una de sus pistas para ganar operatividad y la construcción de otra terminal para agilizar el previsto crecimiento de viajeros, acumulan polvo. “Estamos en el mismo punto donde lo dejamos”, se afirma desde la consejería de Territorio. Sobre los impedimentos que pudo añadir al proyecto las discrepancias entre los dos socios de Govern, el entorno de Puigneró es claro: “Hubo divergencias entre Junts y Esquerra, y las hay, pero quien cerró la puerta fue el Ministerio”.
Foco en carreteras y trenes
En su plan para tender puentes con Cataluña, el Gobierno ha priorizado abordar la carpeta de infraestructuras, pero centra los esfuerzos en las carreteras y en mejorar la red ferroviaria. El pasado viernes se anunció una inversión de 1.050 millones de euros en siete años para realizar intervenciones en la AP-7 y en la AP-2, sobrecargadas desde que se levantaron las barreras de peaje. En materia de trenes las mejoras se proyectan sobre la maltrecha red de Rodalies. Sin embargo, la inactividad es total en lo que refiere al aeropuerto.
Los nubarrones de inflación amenazan la economía pero hay indicadores que despejan dudas sobre la reactivación del tráfico aéreo. Aena ha alcanzado entre enero y junio de 2022 un beneficio neto de 163,8 millones de euros, una mejora del resultado del 147,3% con respecto al mismo periodo de 2021, en el que registró unas pérdidas de 346,4 millones. El gestor aeroportuario vuelve a beneficios tras ocho trimestres en pérdidas, desde el primer trimestre de 2020. En el aeropuerto de El Prat, recientemente se ha recuperado la conexión con Corea del Sur. El vuelo directo Barcelona-Seúl supone el retorno a las operaciones de Asiana Airlines. La compañía suspendió el enlace hace más de dos años, en marzo de 2020, y regresa conservando Barcelona como su único destino directo en España.
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