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El precio del acero dispara el coste de la catenaria del tranvía de Barcelona

El sistema de alimentación de los vagones a ras de suelo valdrá 4,2 millones sobre los 8,6 previstos

Clara Blanchar
Imagen virtual del tranvía circulando por Diagonal, sin catenaria elevada.
Imagen virtual del tranvía circulando por Diagonal, sin catenaria elevada.

El coste de prolongar el tranvía de Barcelona entre la plaza de les Glòries y la de Verdaguer aumenta cuando todavía no han empezado las obras. La razón es la subida de precio de algunas materias primeras necesarias para construir la catenaria, que no será la tradicional de cables en altura, sino a ras de suelo, como un tercer raíl.

En este caso, el aumento de precio es tan grande (4,2 millones de euros sobre un presupuesto de 8,6 millones, un 50% más), que este martes tuvo que someterse a votación por parte de los partidos de la oposición en la comisión de Urbanismo, Ecología y Movilidad del Ayuntamiento.

El gerente de Infraestructuras del consistorio, Manuel Valdés, explicó que cuando sacaron a concurso el lote siete, la alimentación del tranvía por el suelo, solo hubo una oferta, mucho más cara que la de salida, y no se adjudicó. “Revisamos los precios y vimos que a consecuencia de la situación de la covid han aumentado los precios de los principales materiales de esta infraestructura: el acero un 100% más, el cobre un 55% y el aluminio un 68% más, de ahí el incremento del precio y la necesidad de aprobar una aportación complementaria”, detalló Valdés.

Solo ERC apoyó al Gobierno municipal en la autorización. Junts votó en contra, como se pronuncia en cualquier votación sobre el tranvía, un proyecto que rechazan; e igual hicieron, por el mismo motivo, Ciutadans y el PP. Barcelona pel canvi y la concejal no adscrita también se opusieron.

El RACC rechaza radares

Por otra parte, pero también en materia de movilidad en Barcelona, el Real Automóvil Club de Cataluña (RACC), que representa los intereses de los conductores, emitió ayer una nota de prensa en la que considera excesivos los 46 radares fijos y cuatro de tramo que el gobierno de la alcaldesa Ada Colau tiene previsto instalar en breve para reducir la velocidad del tráfico y la siniestralidad en la ciudad.

El RACC avala solo la instalación de 16 de los aparatos en entornos escolares y túneles de la ciudad. La entidad pide al consistorio que los nuevos radares (anunciados hace un año) no se conviertan en una “medida recaudatoria”, y califica de “excesivo” el número de aparatos vista, apunta, la disminución de accidentes en la última década.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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