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La Ricarda bate el récord de visitas tras el pulso con Aena

El Prat de Llobregat aprovecha la polémica para mostrar el espacio natural

Marita Gomis, en su rincón preferido de la Casa Gomis. Vídeo: GIANLUCA BATTISTA

La amenaza de que gran parte de ella fuera cubierta por asfalto y ruedas de avión ha despertado el interés de muchos barceloneses por La Ricarda, la laguna de la discordia en la que, de momento, ha naufragado el proyecto de Aena para ampliar la tercera pista del aeropuerto de El Prat. El acceso a la mayor parte del espacio natural protegido por la red natura 2000 es inaccesible al público. Pero no así la Casa Gomis, propiedad de seis bisnietos del histórico empresario textil Manuel Bertrand. Los propietarios llevan años, coordinados con el Ayuntamiento, abriendo al público un día al mes la vivienda, declarada Bien de Interés Cultural en marzo y uno de los mejores ejemplos de arquitectura racionalista en España. La avalancha de solicitudes para visitar la casa tras el proyecto de Aena ha forzado a abrir un día más estas visitas mensuales, explican fuentes municipales. Este año la han visitado 595 personas, el doble en comparación con 2016 (311).

La cifra no ha sido superior por falta de capacidad, ya que la lista de espera ha superado el millar. Al medio millar de visitas hechas a la casa en las visitas que cogestiona del Ayuntamiento, hay que sumar las que los hermanos, de manera directa, permiten con escuelas de arquitectura y de diseños nacionales e internacionales.

Fuentes del Ayuntamiento de El Prat de Llobregat (Barcelona), que coordina las visitas junto a las propietarias del edificio, explican que la polémica ampliación de El Prat ha despertado el interés por el espacio. El Consistorio, asimismo, ha aprovechado la tesitura para acercarla más a los ciudadanos. En la feria avícola de esta semana, el evento más multitudinario del año en este municipio del Baix Llobregat, la laguna ha contado con una exposición con estand inmersivo “para ponerla en valor”.

La zona húmeda, sea como sea, no ha sido hasta este año (donde el debate ambientalista ha rasgado las vestiduras del Govern y del Gobierno de España), un humedal muy reconocido por la mayoría de los catalanes (en gran parte porque en su inmensa mayoría es inaccesible al público). Las 135 hectáreas que componen los terrenos, que incluyen pinedos, humedales, casas de veraniego y un arenal, están divididos entre las diferentes ramas de los descendientes del empresario textil. Son los Bertrand-Barraquer, Bertrand-Vergès, Bertrand-Marfà y los Gomis-Bertrand, estos últimos los propietarios de la Casa Gomis. El grueso de los terrenos, fuera de la Casa Gomis, pertenece a la sociedad Ebys Inmuebles, compuesta por las citadas ramas familiares.

La laguna en su totalidad se ha abierto al público en pocas ocasiones. En junio, en plena polémica por el proyecto de ampliación de El Prat, decenas de periodistas pudieron acceder con un tour en coche por todos los terrenos. La visita terminó en la Casa Gomis. Semanas después, la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, también realizaron una ruta por la zona.

La ampliación de El Prat, ha levantado ampollas entre los distintos miembros de la familia que se dividen los terrenos. Los Gomis-Bertrand se muestran claramente contrarios a una hipotética venta, mientras que otras ramas de la familia sí son favorables, confirman fuentes de su entorno a este diario.

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