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Abrazos a Serret y el aterrizaje de Vox

Diputados independentistas reciben a la exconsejera retornada de Bruselas a las puertas de la Cámara catalana

La exconsejera Meritxell Serret se abraza con la expresidenta Carme Forcadell.
La exconsejera Meritxell Serret se abraza con la expresidenta Carme Forcadell.Albert Garcia (EL PAÍS)
Àngels Piñol

Largos abrazos, llantos y aplausos. La diputada de ERC y exconsejera Meritxell Serret, huida en Bélgica desde 2017 hasta que, el pasado jueves, se personó ante el Tribunal Supremo en Madrid, acaparó este viernes todos los focos antes de arrancar la sesión de constitución del Parlament. Diputados independentistas la aguardaron a las puertas para ovacionarla. Serret se abrazó con Roger Torrent, aún presidente de la Cámara, y sobre todo con la expresidenta Carme Forcadell, con quien trabajó hace años en la entidad secesionista ANC y que, tras ser condenada en 2019 a once años y medio de cárcel por sedición, disfruta de un régimen de semilibertad. No coincidían desde el 27 de octubre de 2017, cuando el Parlament proclamó la república fallida.

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La sesión tuvo como protagonista incuestionable a la pandemia, que obligó a trasladar el arranque de la legislatura al auditorio de la Cámara para respetar las distancias entre diputados que dicta el Procicat (Protección Civil de Cataluña). Los siete miembros de la Mesa solo acudieron al hemiciclo histórico para hacerse la foto oficial. Divididos los diputados en tres bloques, el primero lo ocupó el PSC (33), liderado por Salvador Illa; el segundo, ERC (33), por Pere Aragonès, y el tercero, Junts (32), por Laura Borràs. Detrás, sucesivamente, los diputados de Vox (11), CUP (9), En Comú Podem (8), Ciudadanos (6) y PP (3).

Fuera, una veintena de furgonetas de los Mossos estaban aparcadas cerca del Parc de la Ciutadella en previsión de incidentes. Una treintena de personas se concentró junto a un lateral del parque con banderas españolas y un cartel que rezaba Ya hemos pasado como réplica al célebre lema antifascista No pasarán. Santiago Abascal, líder de Vox, acompañó a sus diputados todos con mascarillas blancas con los colores de la bandera de España<NO>. Cuando accedían al parque, un hombre tachó al líder de Vox de “racista” y la comitiva se enfrentó a él.

Los 135 diputados cumplieron los requisitos para ocupar el escaño y esta vez pasó inadvertido cómo prometieron o juraron la Constitución. Bajo la batuta de Ernest Maragall —de nuevo, como en 2018, el diputado de más edad—, la sesión se inició con uno de sus discursos y la petición de Carlos Carrizosa, de Ciudadanos, de pedir la palabra para avisarle de que ideológicamente no se desviara del reglamento.

El pleno discurrió con tuits, selfies, mascarillas con lemas y las camisetas reivindicativas de la CUP, mientras se veía a Borràs (Junts) o Eva Granados (PSC) apuntar en un papel los votos en la carrera por la presidencia. Por primera vez los tres principales cargos los ocupan mujeres (ellas dos y Anna Caula, de ERC). El resultado estaba ya escrito y los seis diputados de Ciudadanos abandonaron la sala al enojarse con el discurso abiertamente independentista de Borràs. Vox se quedó y lanzó después este mensaje al secesionismo: “Seremos su peor pesadilla”.

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