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La crisis del turismo se ceba con los fijos discontinuos

La apertura del 50% de plazas hoteleras deja fuera del mercado a algunos de estos empleados en verano

Andrea, camarera del restaurante del Hotel San Jorge en Calonge, durante su turno de trabajo.
Andrea, camarera del restaurante del Hotel San Jorge en Calonge, durante su turno de trabajo.©Toni Ferragut

La economía vive una situación de emergencia y el sector turístico es de los más afectados, con una especial incidencia en los trabajadores fijos discontinuos. La apertura de poco más del 50% de plazas hoteleras hizo que los empresarios no llamaran a algunos de estos empleados al inicio del verano. Otros han trabajado dos meses, insuficiente para cotizar lo necesario para poder acceder al paro. No tendrán nada. “Viene un túnel al que no le vemos el final”, apunta Andrea, fija discontinua en un hotel de la Costa Brava.

El fijo discontinuo es un tipo de contrato indefinido para trabajos que tengan carácter de fijos, que sean estables, pero discontinuos en el tiempo. Son de la plantilla fija de la empresa, no trabajan todo el año pero conservan su derecho a ser llamados al año siguiente. Cobran según horas trabajadas. En el sector hotelero acostumbran a trabajar entre siete y ocho meses y el resto cobran la prestación de desempleo. La covid-19 ha sido un varapalo para ellos.

La secretaria general de CC OO en las comarcas de Girona, Belén López, reclama un Pacto Nacional por el Turismo, que debería contemplar medidas a corto y a largo plazo. “Hay mucha gente que está en ERTE y estos, dentro de todas las dificultades, son casi los que están mejor; hubo mucha gente fija discontinua que no se la llamó en el momento que se inició la temporada, porque la temporada no se inició”, indica López. “El pésimo convenio de Hostelería de Cataluña permite que el empresario llame cuando quiera al fijo discontinuo y acorte o alargue el tiempo de contratación, los horarios, etcétera, dependiendo de sus necesidades”, añade.

López asegura que hace tiempo que denunciaron la situación de este colectivo “y más o menos se subsanó con una prestación de tres meses que se ha agotado y esta gente en este momento no tiene absolutamente nada”. A largo plazo cree que hay que apostar por un nuevo modelo de turismo, más sostenible, y por una diversificación de la economía en zonas que actualmente dependen demasiado de este sector. El sindicato intenta cuantificar cuántos fijos discontinuos están afectados, y augura una cantidad muy elevada, ya que “la temporada ha sido peor de lo que se preveía en mayo”. Todo apunta a “un otoño nefasto” y por ello consideran “básicas y necesarias actuaciones urgentes”.

Andrea es una madre soltera de 27 años de Caldes de Malavella que vive con sus padres. Es una de las pocas fijas discontinuas afortunadas. Hace dos años y medio que trabaja en el Park Hotel San Jorge de Calonge i Sant Antoni y la dirección ha decidido que este invierno no cerrarán si no les obligan. No ha cotizado suficiente tiempo, pero la empresa ha pactado con la plantilla que les reducirán las horas y aumentarán en función de la demanda. Por el momento está “tranquila” por la voluntad del hotel. “Todos tenemos miedo porque no sabemos qué viene”, reconoce. Cree que han hecho una buena apuesta por seguir abiertos y está convencida de que la llamarán en Navidad y Semana Santa.

En Cataluña, el turismo extranjero cayó en julio un 81,6%, según datos del Idescat, un 32,9% los turistas del resto del país y un 77,9% las pernoctaciones en hoteles. El sector turístico ha empleado en el segundo trimestre de este año en Cataluña a más de 389.400 personas, unas 80.300 menos que en 2019. En Girona, las cifras son más alarmantes teniendo en cuenta que de las 398.500 personas activas, más de un 71% está en el sector servicios. Todo ello sin tener en cuenta la economía sumergida, todavía notable en este ámbito.

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Cuando cierren la gran mayoría de hoteles y finalice una temporada que según el presidente de la Federación de Hostelería de Girona, Antoni Escudero, “no ha empezado”, la situación se agravará. Según él, por zonas los que “han sufrido menos una temporada ruinosa” son los hoteles de la Costa Brava centro, del Ripollès, Cerdanya, Pirineo de Lleida y Val d’Aran. Pide al Gobierno central que “rescate” a este sector empresarial.

Cruz Roja afirma que está preparada para seguir dando ayuda como mínimo hasta final de año. “Hemos puesto una partida extraordinaria de 75.000 euros, a ver como va cuando acabe la temporada”, apunta el presidente de provincial de Girona, Jordi Martori.

La excepción, con un 90% de ocupación

El Park hotel San Jorge, en Calonge i Sant Antoni, fue el primero en abrir el 19 de mayo, en la fase 1, y es de los pocos que no prevé cerrar. “Hemos llegado al 90% de ocupación tanto en julio como en agosto”, explica su directora, Irene Elías. En septiembre, la media es del 48%. El turista catalán ha sustituido al extranjero. Con 117 habitaciones, han empleado a unas 67 personas con situaciones laborales diversas frente a las 80 de otros años. Muchos de los empleados no han podido trabajar los meses suficientes para acceder al paro, por eso han llegado a un acuerdo y les emplean, pero menos horas. “Intentamos ayudarles, pero si no se implica el INEM, tienen una situación muy complicada”, lamenta Elías.


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