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Buscando a Macarena Olona por Salobreña: “Ni idea, por aquí no la hemos visto pasar”

Los residentes en el municipio granadino desconocían que la candidata de Vox en las elecciones andaluzas estuviese empadronada allí y la mayoría jamás se ha cruzado con ella

La candidata de Vox a la presidencia de la Junta de Andalucía, Macarena Olona, en la Feria de Sevilla, el pasado jueves.
La candidata de Vox a la presidencia de la Junta de Andalucía, Macarena Olona, en la Feria de Sevilla, el pasado jueves.Eduardo Briones (Europa Press)
Nacho Sánchez

En la carnicería Merlo, Dolores despieza un pollo con destreza mientras atiende un pedido al teléfono en el mercado municipal de Salobreña, en la Costa Tropical de Granada. “¿Qué si vive Macarena Olona en el pueblo? Ni idea, por aquí no la hemos visto pasar”, dice la tendera. “Yo es que no sé ni quién es”, añade Dolores desde la panadería Las Tablinas, frente a la plaza de abastos. “Alguna vez la hemos visto en la playa, pero últimamente no”, relata Susana Sánchez, mientras prepara una ensaladilla rusa en el restaurante La Portería. Todos ponen cara de circunstancias sobre su supuesta nueva vecina y la mayoría prefiere no dar sus apellidos por eso del que dirán. Sí afirman conocer bien a Manuel Martín Montero, presidente de Vox en la provincia granadina, concejal en la localidad costera desde 2019 y propietario de un hotel en el municipio. En su enorme casa a la entrada del pueblo está empadronada Olona, candidata a la Junta de Andalucía, desde el pasado noviembre. Oficialmente es una de las 12.472 personas residentes en Salobreña. Más allá de las estadísticas, la realidad es que no vive allí.

“No puedo decir que ella esté aquí regularmente porque estaría mintiendo”, explicaba Martín Montero en la Cadena SER a primera hora de la mañana de este viernes. La candidata a la presidencia andaluza por el partido de ultraderecha y diputada por Granada desde 2019, se acercó el 5 de noviembre al Ayuntamiento de Salobreña para inscribirse en el padrón. Presentó su DNI y una solicitud que firmaron tanto ella como Martín Montero, que confirmaba así que compartía su residencia con su compañera de partido.

La alcaldesa, María Eugenia Rufino (PSOE), asegura que tras el trámite administrativo no es su competencia ir más allá. “Yo no invado la esfera personal de la gente”, ha explicado a EL PAÍS en su despacho. “Nosotros hemos hecho el procedimiento como dice la norma, lo demás no me compete, ni voy a mandar a la policía a comprobar nada. El empadronamiento es un derecho y una obligación y las administraciones tenemos el deber de facilitar lo que dice la ley: toda persona que resida en España debe estar empadronada en algún sitio”, ha afirmado la regidora. A título personal, eso sí, cree que es “inmoral” que Olona se empadrone donde en realidad no reside. “Los servidores públicos debemos predicar con el ejemplo”, destaca Rufino, que explica que da igual si alguien quiere empadronarse en una casa, una caravana o en el banco de un parque.

La presencia de la candidata de Vox en el edificio municipal para realizar el procedimiento administrativo generó comentarios entre los funcionarios el pasado otoño, pero poco más. Hasta hoy. Esta mañana, con un calor casi veraniego, todos hablaban de Olona en el pequeño pueblo granadino. En la calle prácticamente nadie sabía que era una de sus nuevas vecinas. Con los ojos abiertos y mueca de sorpresa, David, que atiende un despacho de pan en el interior del mercado municipal, aseguraba que a la candidata del partido de ultraderecha jamás la ha visto por allí. “Nos conocemos todos. Ya nos gustaría ver a los políticos por aquí”, explicaba en un recinto municipal con poca afluencia y aspecto demacrado que el mes que viene cumple su 25 aniversario.

Una casa de tres plantas con vistas al castillo

Manuel Martín, que ronda los 60 años, llegó a Vox tras las elecciones municipales de 2015. Hasta entonces había desarrollado una larga trayectoria en el PP e incluso ejerció de presidente del partido en la agrupación local. Ahora preside Vox en la provincia de Granada. Es uno de los socios de la fábrica de ron Montero, en Motril. También es propietario del hotel Salobreña, el más grande del municipio. El establecimiento turístico está ubicado a las afueras de la localidad, sobre un acantilado cerca del mar. Reside a pocos minutos de allí, en una vivienda levantada a la entrada del pueblo bajo una enorme araucaria. Con vistas al castillo y las cumbres blancas de Sierra Nevada, tiene tres plantas, porche y un jardín con árboles tropicales como una papaya, un par de aguacates y varias plataneras. “Ahí puede vivir ella y mucha más gente, es enorme”, dicen dos vecinas, que tampoco quieren identificarse, mientras esperan, a la sombra, a que el autobús escolar traiga a sus hijos del cole. “A Manolico lo conocemos de toda la vida, pero a ella ni la sabemos reconocer”, dice una de las mujeres, que enseña una foto de Olona en el móvil a su amiga. “Ni idea”, afirma la otra.

Durante su entrevista en la radio, Martín explicó que el origen del empadronamiento se debe a la amistad que le une con la candidata a la Junta de Andalucía. “Ella viene a veces, en vacaciones, porque obviamente trabaja en Madrid. Cuando viene, yo le cedo la parte de arriba de la casa y yo me quedo en la de abajo”, aseguró el presidente de la formación de ultraderecha, que en su perfil de WhatsApp tiene una foto de Olona. Más tarde, Martín ha declinado hacer declaraciones para este diario y se ha remitido a su partido. En Vox han hecho lo propio y han dejado las explicaciones para la supuesta vecina de Salobreña, que esta mañana estaba en la feria de Jerez. Al tiempo que aseguraba no entender “el revuelo” generado, espetaba a los periodistas: “Estoy empadronada en Graná. ¿Y?”.

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