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El exnovio de la joven asesinada, cuarto detenido por el triple crimen de Chiloeches

El arrestado, que es primo del presunto autor material de las dos muertes, está acusado de colaborador necesario en el robo de la vivienda

Crimen de Chiloeches
Uno de los tres primeros detenidos por el crimen de Chiloeches (Guadalajara) sale de la comandancia de la Guardia Civil para comparecer en el juzgado el pasado 16 de abril.Rafael Martín (Europa Press)
Óscar López-Fonseca

Cuarto detenido por el asesinato a cuchilladas del matrimonio formado por Ángel Villar y Elvira Fernández, ambos de 52 años, y su hija Laura, de 22, en un chalé de Chiloeches (Guadalajara) en la madrugada del pasado 13 de abril. La Guardia Civil arrestó el pasado domingo a Cristian B., exnovio de la joven fallecida, por su presunta implicación en los hechos, según han confirmado a EL PAÍS fuentes cercanas a las pesquisas. El titular del Juzgado de Instrucción 4 de Guadalajara, que instruye el caso, ha ordenado su ingreso en prisión. El arrestado es primo de Fernando P. S., de 23 años, al que la investigación apunta como el presunto autor material de las tres muertes.

Según las fuentes consultadas, el nuevo detenido es sospechoso de haber colaborado con este en la preparación del asalto a la vivienda al facilitar la información para asaltar el chalé y dónde encontrar objetos de valor. Al principal encausado, la Guardia Civil le intervino en el momento del arresto una decena de relojes de oro, unas pocas joyas y alrededor de 2.000 euros en efectivo presuntamente sustraídos a las víctimas.

Hay otros dos detenidos por este triple crimen, David M. A., de 25 años, y Windybeth G.M., de 34 años, a los que se atribuye un papel secundario como cómplice y encubridora respectivamente. Fernando P. y David M., que también ingresaron en prisión por orden de la titular del Juzgado de Instrucción 4 de Guadalajara acusados de tres delitos de asesinato, otro de robo con violencia en casa habitada y uno más de incendio. La mujer quedó en libertad provisional con la prohibición de salir de España y la obligación de comparecer cada 15 días en el juzgado.

La investigación de la Guardia Civil ha permitido reconstruir cómo se produjeron los hechos. Según fuentes cercanas a las pesquisas, Fernando y David acudieron poco antes de las tres de la madrugada al chalé en el que habitaban las víctimas, en el número 28 de la calle Fuente Valdoma de la urbanización Medina Azahara. Lo hicieron en el vehículo de la madre del segundo que aparcaron fuera del recinto de la urbanización, donde entraron a través de un agujero que existía en el vallado. El motivo era robar.

El lugar no les era desconocido. En la misma urbanización vivía David y, además, ambos conocían a Laura, una de las víctimas, porque esta había tenido una relación sentimental con el ahora detenido, que es primo de Fernando. Este noviazgo había sido roto por ella por presuntos malos tratos. Siempre según la reconstrucción de los hechos, una vez ante la vivienda, fue Fernando, que portaba dos armas blancas de gran tamaño tipo machete, quien accedió al chalé, mientras su cómplice esperaba fuera. Lo que inicialmente debía ser un simple robo “silencioso” ―hurto en el que se entra y se sale de una vivienda sin despertar a sus ocupantes― se trastocó en tragedia cuando la familia escuchó los ruidos que hizo el intruso.

El primero en darse cuenta de que habían entrado en el chalé fue el hijo de la familia, Yeray, del que en un primer momento se apuntó que no estaba en la vivienda cuando ocurrieron los hechos. En realidad estaba en su cuarto del que huyó por una ventana tras bloquear la puerta para evitar que Fernando entrara en el mismo. El presunto asesino se dirigió entonces al dormitorio del matrimonio, donde Ángel, el padre, un hombre de gran corpulencia y con conocimientos de artes marciales, hizo frente al intruso e, incluso, le causó varias lesiones, pero finalmente cayó muerto a causa de las numerosas puñaladas que le propinó presuntamente Fernando. También resultó muerta Elvira, su mujer, y, poco después, la hija de ambos, Laura, cuando se encontraba en la escalera. Fuentes cercanas a la investigación hablan de “ensañamiento” por el número de puñaladas que presentaban los cuerpos.

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Mientras esto ocurría en la vivienda, David, que esperaba fuera del chalé, huyó de la urbanización en el vehículo Peugeot negro propiedad de su madre con el que había acudido al lugar al darse cuenta de que habían sido descubiertos. Tras la muerte de las tres víctimas, la principal hipótesis policial es que Fernando se hizo con varios objetos de valor de la vivienda ―unas pocas joyas, 2.000 euros en efectivo y una decena de relojes de alto valor― y, posteriormente, provocó un incendio para intentar ocultar las pruebas. Luego huyó y buscó refugio en un pequeño hostal de Daganzo de Arriba, una localidad ya en la Comunidad de Madrid situado a 30 kilómetros del lugar del crimen. Allí le esperaba la tercera detenida por el suceso, una mujer que había alquilado una habitación con antelación. Fue allí donde la Guardia Civil encontró posteriormente el botín.

Mientras ocurrían los hechos, el hijo que había huido alertaba al teléfono de emergencias 112 y a los vigilantes de la urbanización del asalto. Cuando llegaron estos al lugar, se encontraron con la vivienda en llamas. El fuego fue sofocado por los bomberos del parque de Azuqueca de Henares (Guadalajara) que, al entrar en el domicilio, encontraron los cadáveres del matrimonio y la hija.

Las pesquisas de la Guardia Civil obtuvieron resultados rápidamente. Una cámara de seguridad de la gasolinera del pueblo de Pozo de Guadalajara, muy cercana a la urbanización donde se perpetró el triple homicidio, captó al coche que conducía uno de los implicados, David, en su precipitada huida a gran velocidad. Los agentes lo arrestaban horas después del crimen. Durante el interrogatorio, el detenido confesó lo ocurrido y señaló al presunto autor material del crimen, así como que se ocultaba en la localidad de Daganzo. Dos semanas más tarde ha sido arrestada la cuarta persona presuntamente implicada.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.
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