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Asesinato, secuestro y 2.300 kilos de cocaína: la odisea del ‘Sea Paradise’

La policía libera a ocho narcos que un compinche había secuestrado en un barco en el que llevaban 2.3 toneladas de cocaína a Canarias

J. A. R.

La odisea del Sea Paradise empezó el día en que este remolcador de altura oxidado fue fletado en las Islas Vírgenes para un viaje a Europa cargado de cocaína. Los 10 tripulantes tomaron rumbo a Canarias, donde pensaban trasvasar a otro barco menor los 2.300 kilos de cocaína que llevaban, y asunto resuelto. Pero uno de los tripulantes, de origen serbio, decidió secuestrar el barco, matar a uno de sus compinches y encerrar al resto como rehenes. Un giro extraño en mitad del Atlántico. El comando de los GEO de la Policía Nacional que estaba listo para el asalto del remolcador supo antes de zarpar en el Cóndor ―el patrullero de Vigilancia Aduanera que los iba a llevar al punto― que el trabajo se complicaba, y mucho: no solo debían zarpar a toda prisa y tomar el remolcador en un abordaje nocturno, su trabajo habitual; además tuvieron que negociar con el secuestrador durante horas, liberar a la tripulación, detenerlos a todos y localizar la droga. Todo en unas 15 horas.

El abordaje del remolcador fue ejecutado en noviembre, pero los detalles no se han conocido hasta ahora, cuando ha sido levantado el secreto sumarial. El Sea Paradise lleva casi tres meses criando óxido en el muelle de Los Llanos de Santa Cruz de Tenerife, adonde fue conducido tras la operación policial. El remolcador, de bandera de Panamá y 51 años de servicio, estaba bajo el radar policial por su posible uso para transportar droga.

La patrullera 'Cóndor', en una imagen del SVA.
La patrullera 'Cóndor', en una imagen del SVA.

El barco fue controlado al conocerse que había sido cargado con 2,3 toneladas de cocaína en República Dominicana con unos 10 tripulantes a bordo. Mucha gente para un remolcador de extraño perfil. De 45 metros de eslora y 14 de manga, se echó a la mar en 1973 con bandera de Liberia y el nombre de Torquoise Bay. Pero, unas horas antes del abordaje previsto, los investigadores supieron (no aclaran cómo) que “uno de los tripulantes del remolcador, de origen serbio, había secuestrado al resto de la tripulación. Además, para lograr tomar el control de la embarcación, el secuestrador habría disparado a uno de los hombres y posteriormente arrojado su cuerpo al mar”, según ha informado este miércoles la Policía en una nota de prensa.

El Cóndor (43 metros de eslora) ya estaba aprestado para el asalto. Una dotación de los GEOS embarcó para afrontar el secuestro. “En menos de 12 horas, el equipo de intervención estaba en el punto del Atlántico en el que se encontraba la embarcación”, reza el comunicado. Ahí empezó una negociación “de varias horas” con el raptor, que estaba armado y, efectivamente, tenía encerrados y bajo control al resto de los ocupantes. “Así, lograron poner a salvo a la tripulación, que temía por su vida”.

El barco fue conducido a Santa Cruz. En un lugar recóndito, un depósito del remolcador, fueron localizados los fardos de droga. Estaban unidos entre sí, llevaban luces estroboscópicas y tenían boyas de flotación, lo que indica que el alijo iba a ser botado para que lo recogiera un segundo barco en la superficie. El Sea Paradise y su singular torre pueden verse en Los Llanos, donde lleva amarrado desde el 13 de noviembre.

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Sobre la firma

J. A. R.
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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