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BARÓMETRO DE 40dB.

Un 60% de los españoles considera que la amnistía es injusta y supone un privilegio

La medida de gracia solo tiene apoyo en Cataluña y Euskadi, y entre los votantes nacionalistas y de Sumar

El secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, de frente, y el 'expresident' Carles Puigdemont, en el centro, durante las negociaciones en Bruselas en octubre para favorecer la investidura de Pedro Sánchez.
El secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, de frente, y el 'expresident' Carles Puigdemont, en el centro, durante las negociaciones en Bruselas en octubre para favorecer la investidura de Pedro Sánchez.PSOE/EFE
Xosé Hermida

El rechazo popular a la futura amnistía no ofrece dudas, según el barómetro de diciembre de 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER. En el campo político, el perdón a los encausados por el procés independentista catalán solo encuentra comprensión entre los votantes de Sumar y de las formaciones nacionalistas. Y por territorios, únicamente en Cataluña y el País Vasco. En el conjunto de España, casi el 60% considera que la futura ley es injusta y supone un privilegio. Ninguno de los argumentos esgrimidos por el Gobierno en su favor obtiene la aprobación de la ciudadanía.

El sondeo viene a confirmar el importante eco ciudadano que han encontrado las movilizaciones impulsadas por la derecha contra la amnistía. A la oposición casi sin fisuras a la iniciativa entre los electorados del PP y de Vox, se unen la división y los sentimientos encontrados que despierta entre los votantes socialistas. EL PAÍS y la SER publicarán este martes una segunda parte del barómetro, con datos de la opinión de los españoles sobre la vigencia de la Constitución. Con esta otra entrega, como viene siendo habitual, podrán consultarse en las páginas web de ambos medios todos los datos internos de la encuesta.

El trabajo de 40dB. pidió a sus 2.000 entrevistados que opinasen sobre cuatro connotaciones atribuidas a la medida de gracia, dos por sus detractores ―injusticia y privilegio― y otras dos ―convivencia e integración― por sus partidarios. El balance de las respuestas resulta claro. El 59,4% se mostró de acuerdo con la etiqueta de “privilegio” frente al 33,4% que la rechazó, unas cifras casi idénticas a las registradas en el campo de “injusticia”. Sobre las características positivas, los resultados fueron a la inversa en el caso de la “integración” y un poco más matizados en el de “convivencia” (55,2% en contra y 38% a favor).

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Las percepciones ciudadanas sobre los motivos que han animado al perdón a los independentistas tampoco resultan muy amables con el Gobierno. Un abrumador 85% opina que la razón principal ha sido poder gobernar, mientras que los argumentos que ofrece el Ejecutivo de que su propósito es mejorar la convivencia en Cataluña y la de esta con el resto del país convencen apenas al 38% y los desdeñan un 55%. El dato que puede revelar mayor complacencia hacia el pacto de Pedro Sánchez con los independentistas es que más del 70% concuerda en que otro de sus objetivos ha sido impedir la llegada al Gobierno de la extrema derecha.

Los promotores de la futura ley no están cosechando un gran éxito a la hora de defender sus hipotéticas consecuencias beneficiosas. Ideas como que la propuesta ya a trámite en el Congreso mejorará la convivencia entre el conjunto de comunidades autónomas, fortalecerá la democracia o recuperará el espíritu de consenso de la Transición solo logran la anuencia de alrededor de un 30% del electorado. Que la amnistía respeta los valores constitucionales lo rechaza casi la mitad de los entrevistados, y solo uno de cada cuatro considera que vaya a garantizar la renuncia de los independentistas a las medidas unilaterales.

De los datos se deduce que únicamente hay dos territorios donde las medidas de gracia tienen una buena acogida, la propia Cataluña y, en menor medida, el País Vasco. Y, pese a todo, con abundancia de opiniones en contra. Los catalanes se significan como los que más valoran, con cifras por encima del 50%, que pueda mejorar la convivencia. Los encuestados de ambas comunidades son quienes encabezan las clasificaciones de los que aprecian posibles consecuencias positivas. Entre ellas no figura la creencia de que a partir de ahora los independentistas renunciarán a la unilateralidad. Los entrevistados en Cataluña que comparten esa opinión no llegan al 30%.

En la tercera de las consideradas nacionalidades históricas, Galicia, aun sin lograr una mayoría a favor, se mitiga el fuerte rechazo registrado en el resto de España, con Madrid, Castilla y León y Andalucía a la cabeza. Los gallegos valoran mucho más que la media la posibilidad de que la amnistía beneficie a la convivencia nacional. En Galicia se celebrarán esta primavera elecciones autonómicas y el PP pretende usar a fondo la controversia sobre las medidas de gracia para intentar revalidar la mayoría absoluta que ostenta en el Parlamento autónomo desde 2009.

Al estudiar la segmentación de los datos por simpatías políticas, se aprecia con total claridad cómo esta cuestión cohesiona al electorado de la derecha. Y con escasos puntos de diferencia en el grado de oposición entre los votantes del PP y de Vox. Las valoraciones negativas de la futura ley se sitúan en la mayoría de los casos en torno o por encima del 80%, mientras que los que advierten algún efecto positivo no llegan nunca al 15%.

En el electorado del PSOE emergen sensaciones contradictorias. Los elementos de rechazo resultan evidentes, pero mezclados con las esperanzas en que la amnistía acabe rindiendo beneficios. Esa dualidad se manifiesta en la valoración de las cuatro connotaciones atribuidas a la ley. Las dos negativas recogen cifras altas entre los votantes de Sánchez: el 58,2% aprueba la etiqueta de “privilegio” y el 47% la de “injusticia”. Y, sin embargo, concuerdan al mismo tiempo con las dos positivas: “convivencia” un 56% e “integración” un 50%.

Las únicas franjas del electorado en que los investigadores de 40dB. han detectado un apoyo mayoritario son las de los simpatizantes de Sumar y de los grupos nacionalistas. Con todo, la dimensión de su respaldo está lejos de la que alcanza el repudio en el otro extremo del espectro ideológico. Por ejemplo, entre los votantes de Sumar hay un 40% que se adhiere a la tesis del “privilegio” y casi un 35% a la de “injusticia”. Y entre los propios nacionalistas ambas categorías recogen cifras por encima del 30%. En general, esta parte del electorado es la que cree que va a mejorar la convivencia dentro de Cataluña y entre el conjunto de las comunidades autónomas, al tiempo que fortalecerá la democracia española. De lo que tampoco están muy convencidos los votantes nacionalistas es de la renuncia a la unilateralidad por parte de los partidos con los que simpatizan. Solo lo cree así uno de cada cuatro.

Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.
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