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La protesta convocada por grupos ultra ante la sede del PSOE de Madrid vuelve a terminar con tensión y cargas policiales

Unas 7.000 personas han participado en la concentración en la capital. Abascal había pedido a los agentes por la mañana que no obedecieran “órdenes ilegales”. Una columna de manifestantes ha cortado la Gran Vía, llegado al Congreso y regresado bajo vigilancia policial a Ferraz

Un grupo de manifestantes se enfrentan a la Policía en el centro de Madrid, este martes. Foto: Claudio Álvarez

Miles de personas reunidas a través de redes sociales por partidos y organizaciones de ultraderecha (como Vox, Revuelta, el frente juvenil vinculado al partido de Santiago Abascal, o el colectivo Desokupa) se han vuelto a manifestar durante la noche de este martes frente a la sede central del PSOE en Madrid para protestar contra la amnistía de los encausados del procés para facilitar la investidura de Pedro Sánchez. Durante el desarrollo de la protesta, que no había sido comunicada a la Delegación del Gobierno, una nutrida columna se desgajó de la concentración principal, cortó el tráfico en Gran Vía, una de las principales arterias de la capital, hasta llegar a las inmediaciones del Congreso de los Diputados. Antes de la protesta, Abascal había evitado criticar a los mandos policiales por las cargas de la noche anterior, que atribuyó a decisiones operativas del mando político, y había pedido a los agentes que no obedecieran “órdenes ilegales” (algo que ya puede hacer cualquier funcionario, siempre que la ilegalidad de la orden sea evidente y manifiesta).

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, asumió a media tarde en declaraciones a los periodistas en el Senado “todas las órdenes en el ámbito operativo dadas”. La tensión de la concentración de este martes ha ido creciendo a lo largo de la noche, hasta que la policía ha cargado pasadas las 22.00 contra la primera línea de manifestantes que han intentado tirar el vallado que protegía la calle de Ferraz. Los más radicales han respondido lanzando objetos y papeleras, así como petardos y bengalas. Decenas de personas han resultado heridas (una treintena de policías y una decena de manifestantes) y seis han sido detenidas. La Delegación del Gobierno ha cifrado en 7.000 los manifestantes, el doble que la noche anterior. Antes de los disturbios se oyeron lemas como “España no se vende, se defiende”, “Pedro Sánchez a prisión”, vivas a Franco y cánticos como el Cara al Sol.

La concentración de este martes en Madrid ha sido por ahora la más numerosa y más violenta de las celebradas antes las sedes socialistas. Tras los incidentes de la noche del lunes, Vox y otros grupos de su órbita habían jaleado durante todo el día lo ocurrido y animaron a participar. Así, a la congregación se ha sumado el líder de Desokupa, Daniel Esteve, o el propagandista ultra Alvise Pérez (que llamaron durante el día a tomar las calles desde las redes), junto a decenas de seguidores de los canales de ambos. Asimismo, han asistido una delegación de Vox encabezada por su portavoz en el Congreso, Pepa Millán y los diputados Manuel Mariscal y Rocío de Meer, entre otros. El líder del partido, Santiago Abascal, que apareció brevemente en la concentración del lunes, no ha asistido. Los participantes en la protesta han coreado gritos contra la Policía (a la que han acusado de ser “comunistas” o “perros del poder”), Sánchez y Carles Puigdemont (para quienes han pedido prisión y han calificado de traidores).

El líder de Desokupa, precisamente, fue quien encabezó la columna que marchó por la Gran Vía. Este grupo llegó al inicio de la carrera de San Jerónimo en torno a las 20.10. Los agentes estaban en ese momento colocando las vallas para que no avanzasen calle arriba hacia el Congreso. Algunos de los participantes se han sentado en el suelo, frente a las vallas instaladas en la plaza de Neptuno, donde han gritado “¡España, unida, no será vencida!”, “¡con los moros, no tenéis cojones!”, “¡Ese furgón, para Puigdemont!” o “¡Policía, únete!”. Tras conversar uno de los cabecillas de la protesta con los agentes desplegados junto al Congreso, la protesta ha vuelto a dirigir sus pasos hacia la calle de Ferraz y ha cortado de nuevo el tráfico en Gran Vía.

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En la calle de Ferraz, la Policía Nacional había reforzado las medidas de contención ante la posibilidad de que se repitiesen los altercados de la noche anterior y había llevado la barrera policial al cruce de Ferraz con Marqués de Urquijo, alejándola cientos de metros de la sede federal del PSOE. La fila de vallas que el lunes contuvo, a duras penas en algunos momentos, a los manifestantes era este martes un entramado que dificultaría el salto por parte de exaltados. A solo un metro de ella, se situó una primera fila con una veintena de agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP, conocidos coloquialmente como antidisturbios) con los cascos puestos desde casi el primer momento, después de que algún concentrado zarandeara la valla y siguieran su ejemplo otros manifestantes. Tras esa primera fila de agentes se colocó una segunda, también con los cascos puestos. Y más atrás, cinco furgonetas policiales con las lunas protegidas con un enrejado. Los manifestantes han lanzado numerosos insultos contra los agentes por su actuación de este lunes.

Aunque la mayor parte del tiempo la protesta se había desarrollado de manera pacífica, pero tensa, finalmente, la policía ha cargado contra los manifestantes después de que algunos de los concentrados zarandearan las vallas de protección y lanzaran objetos contra la línea policial. La carga policial provocó una desbandada de la muchedumbre que se concentraba en el cruce de las calles del Marqués de Urquijo y Ferraz. Los manifestantes se retiraron, pero un grupo de ellos retornó mientras lanzaba piedras o latas de cerveza y prendía bengalas.

Contenedores incendiados

Los concentrados más violentos han arrancado papeleras, que han tirado a la policía y la prensa, y han insultado a los agentes. Los gritos reivindicando el franquismo o el nazismo (“yo soy nazi”, han coreado desde la primera línea) han sido insistentes tras las cargas. Un grupo de embozados ha montado una barricada con contenedores, algunos de ellos incendiados, en la calle del Marqués de Urquijo. Las vallas de mobiliario urbano de la zona han sido derribadas. Todas las calles han quedado cubiertas de cristales rotos.

Mientras, dos centenares de personas se han concretado este martes por la tarde frente a la sede del PSOE en Valencia para protestar contra el Gobierno de Pedro Sánchez y las negociaciones para la amnistía. Los insultos a Sánchez han sido continuos, así como las proclamas por la unidad de España, informa Ferran Bono. “Policía, únete”, España una, no 51″, “Puigdemont, a prisión”, “con los moros no tenéis cojones” o “España, cristiana, nunca musulmana” han sido los gritos más recurrentes. Entre los concentrados se encontraba el diputado nacional Carlos Flores, que también asistió a la protesta del lunes.

En Barcelona, una protesta frente a la jefatura de la Policía Nacional en Cataluña, en la vía Laietana, ha acabado con gritos cruzados entre manifestantes a favor de que el edificio sea una sede de la memoria democrática y otro grupo de personas en defensa del edificio policial, informa Luis Velasco. Los gritos, que han tenido lugar antes de las ocho de la tarde y han durado poco tiempo, se han producido entre colectivos vinculados a la Assemblea Nacional Catalana, que habían comunicado días antes la protesta, y un grupo de medio centenar de simpatizantes de Vox, según la policía.

Tras esta noche de protestas y cargas frente a las sedes socialistas, el propio presidente en funciones ha mandado un mensaje en la red X, antes Twitter, en la que da por retratados a los partidos que “por acción u omisión apoyan el asedio a las casas del pueblo socialistas”, referencia a Vox y el PP. “No esperamos nada de quienes por acción u omisión apoyan el asedio a las casas del pueblo socialistas. Su silencio les retrata. El avance social y la convivencia merecen la pena. No quebrarán al PSOE”, ha escrito el líder socialista.

En la misma red social, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha culpado del “malestar social” a Pedro Sánchez, a la vez que ha expresado que “las protestas deben partir del respeto y ejemplaridad que faltó siempre al PSOE y sus socios”.

Agentes antidisturbios avanzaban entre contenedores quemados por la calle de Ferraz, en Madrid.
Agentes antidisturbios avanzaban entre contenedores quemados por la calle de Ferraz, en Madrid.Samuel Sánchez

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