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Rescate al límite del espeleólogo fallecido en una cueva de Cantabria

Los equipos de emergencia realizan voladuras controladas y maniobras con contrapeso para extraer el cadáver de la sima

Juan Navarro

El cuerpo del espeleólogo francés fallecido este jueves mientras investigaba en unas cuevas en Soba (Cantabria), a unos 45 metros de profundidad, ha sido recuperado esta mañana de las profundidades tras una laboriosa labor de rescate, que ha necesitado voladuras controladas de roca para avanzar por los angostos espacios subterráneos de esta zona de Portillo de la Sía, perteneciente al municipio de Ramales de la Victoria. El fallecido, que pertenecía a un grupo investigador francés formado por tres espeleólogos, se vio sorprendido por un desprendimiento de roca, que lo atrapó hasta la muerte. Sus dos compañeros pudieron salir de la sima y avisar a los servicios de emergencia, que han culminado esta mañana el rescate, tras horas de trabajo en las entrañas de la tierra, en el valle cántabro del Soba. Más de 30 personas han participado en los trabajos de recuperación.

El lugar exacto donde se produjo el accidente ha complicado enormemente la actuación de los operativos de salvamento, ya que se encontraba a más de 45 minutos de travesía desde el punto de acceso a las cuevas de Soba, pertenecientes a una ruta aún por popularizar. Una vez que los investigadores franceses supervivientes pudieron salir de la parte donde sufrieron el desprendimiento, tuvieron que caminar otras dos horas hasta el núcleo de población más cercano, La Gándara. Allí, hacia las dos de la tarde del jueves, alertaron de lo ocurrido y se iniciaron las maniobras de recuperación del cuerpo del espeleólogo atrapado. En las labores han participado unas 30 personas pertenecientes del departamento de Interior del Gobierno de Cantabria, espeleólogos de Cruz Roja, miembros de los Grupos de Rescate Especial de Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil de Potes y voluntarios de Protección Civil de Ramales de la Victoria.

Mapa de la zona del valle del Soba.
Mapa de la zona del valle del Soba.JAVIER BELLOSO

Este dispositivo tuvo que seguir la ruta que antes recorrieron los investigadores franceses, bajo el peligro de que se produjeran nuevas caídas de roca, como la que tuvo desenlace mortal unas horas antes al caerse el techo rocoso de una de las salas interiores entre esos túneles. El grupo de rescate llevó a cabo voladuras controladas para conseguir avanzar entre las galerías con la camilla que posteriormente se utilizó para trasladar el cuerpo del difunto hacia la boca de la cueva.

La cueva donde ha ocurrido el suceso es compleja y muy estrecha, con dos pozos de 25 y siete metros respectivamente, meandros muy estrechos y una sala circular de 1,5 metros circular, que es donde se ha producido el derrumbe. La exigencia de esta actuación requirió avanzar con minuciosidad y máximo cuidado, lo cual supuso que los implicados en el rescate llegaran casi de noche al espacio donde se encontraba el fallecido, cuya muerte corroboraron al localizarlo.

Tanto la llegada al lugar donde las rocas habían provocado tragedia como la salida con el cuerpo han sido de costosa ejecución para los especialistas del 112, que fueron movilizados debido a la inestabilidad del espacio y la posibilidad de nuevos derrumbes. Una vez que llegaron al exterior de las cuevas con los restos del hombre, hacia las siete de la mañana del viernes, aguardaron a la aparición de un helicóptero de rescate. Este medio aéreo del 112 ha llevado el cadáver hasta el aeropuerto de Santander para que se haga cargo de él la Guardia Civil y tome las medidas pertinentes sobre su custodia e investigación de las causas del accidente subterráneo.

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Sobre la firma

Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, en comunicación corporativa, buscándose la vida y pisando calle. Graduado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS.

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