Caminando Fronteras denuncia la desaparición de 70 migrantes en la ruta canaria

La ONG Caminando Fronteras ha denunciado este miércoles la desaparición de 70 personas, entre ellos 12 niños, que viajaban a bordo de dos embarcaciones que zarparon de las costas del Sáhara Occidental y del sur de Marruecos, según han confirmado a la organización algunos supervivientes y los familiares. Su portavoz, Helena Maleno, ha denunciado a su vez que los supervivientes de una de las dos pateras fueron golpeados y torturados por las autoridades marroquíes cuando fueron devueltos al puerto de El Aaiún (Sáhara Occidental) por un pesquero que los rescató.

Según el relato de la activista, la primera de las dos embarcaciones partió de las inmediaciones de Tan-Tan (sur de Marruecos) el pasado día 4 con 65 personas a bordo, entre ellas 13 mujeres y ocho menores de menos de ocho años. La organización fue alertada por los familiares. El día 5, sus ocupantes enviaron su posición a través de un mensaje de WhatsApp, después de lo cual la organización se puso en contacto con la Guardia Civil y Salvamento Marítimo. El servicio de emergencias activó entonces un dispositivo de búsqueda. Una portavoz de Salvamento Marítimo confirmó la activación del avión Sasemar 103, que llevó a cabo vuelos de inspección durante los días 5, 6, 7 y 8 de febrero por una zona al oeste de Tan-Tan.

Salvamento Marítimo, sin embargo, no encontró rastro de la lancha neumática. “Los supervivientes relataron que en un momento dado lograron ver el avión en la lejanía, sin ser atisbados”, explicó Maleno. La embarcación sería rescatada, según la activista, cinco días después (el viernes) por un pesquero que trasladó a las 31 personas —una mujer y un bebé entre ellos— que permanecían con vida al puerto de la localidad de Al Marsa, cerca de El Aaiún. Salvamento Marítimo ha confirmado este miércoles que el centro de emergencias marroquí MRCC Rabat comunicó al organismo español el rescate por un pesquero, si bien cifraron en 42 los supervivientes. Fuentes de la Delegación del Gobierno en Canarias han rehusado confirmar este relato.

Una vez en tierra, la portavoz explica que algunos de sus supervivientes fueron golpeados y detenidos por los servicios de seguridad marroquíes, acusados de pilotar la embarcación. “No nos llevaron al hospital, nos detuvieron y nos deportaron al desierto. Me pegaron mucho los policías porque querían que señalara a los capitanes, pero no estaban, habían muerto”, relata Maleno en su cuenta de Twitter.

La segunda embarcación naufragó el viernes al poco de zarpar de las costas de Bojador, al sur de El Aaiún, con 56 ocupantes a bordo, según Caminando Fronteras, entre ellos 21 mujeres y cinco niños. Los equipos de rescate marroquíes pudieron salvar a 20 personas, explica Maleno, lo que supone que en esta patera fallecieron 36 personas, entre ellas cinco niños. El Gobierno marroquí no se ha pronunciado hasta ahora de forma oficial sobre lo sucedido, pero fuentes de las autoridades locales indicaron a Efe que solo documentaron cuatro cadáveres y un superviviente en los últimos días en incidentes marítimos.

Desde el 1 de enero al 14 de febrero han llegado de manera irregular a España un total de 2.538 personas, lo que supone 3.814 personas menos y un descenso del 60% con respecto al mismo periodo de 2022, según el informe publicado por el Ministerio de Interior. Se aprecia una tendencia similar en las llegadas a Canarias, con un descenso de entradas irregulares del 66,3% respecto a 2022. Un informe de la propia Caminando Fronteras cifra, por su parte, en 11.286 personas en los últimos cinco años el número de personas fallecidas intentando cruzar la frontera occidental euroafricana.

Pese a estas cifras, el Gobierno de Canarias mostró el jueves su preocupación por el repunte de pateras que ha tenido lugar desde que comenzó febrero. El portavoz del Ejecutivo regional, Julio Pérez, explicó en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno. Pérez explicó que si bien las menores cifras tienen que ver con las relaciones con Marruecos, el alza, por el contrario, se debe más bien a la meteorología o la organización de las mafias que montan estas expediciones.