La exclusión de los perros de caza de la ley de bienestar animal reabre otro frente en el Gobierno
Podemos acusa al PSOE de ponerse del lado de los “maltratadores de animales” a una semana de la votación de la norma en el Congreso
Los frentes internos se le acumulan al Gobierno, que tendrá la semana que viene otra semana de vértigo por el fuego cruzado entre el PSOE y Unidas Podemos. La falta de acuerdo en la coalición no se limita a la reforma de la ley del solo sí es sí. El próximo jueves el pleno del Congreso debatirá otra de las leyes bandera de Podemos, la ley de bienestar animal, con la incertidumbre de si los partidos del Ejecutivo votarán divididos.
El motivo de discordia es la decisión de los socialistas de excluir de la norma a los perros de caza y a otros animales que desempeñan labores específicas (pastoreo, tareas de rescate o de seguridad con las Fuerzas Armadas), como se ha comprometido con el sector cinegético y colectivos del medio rural. La alternativa propuesta por el PSOE de elaborar una legislación específica para estos animales, siguiendo lo establecido en la Estrategia Nacional de Gestión Cinegética, es insuficiente para Podemos, que ha llegado a acusar al PSOE de apoyar el maltrato animal. El último episodio se produjo este viernes, cuando trascendió un vídeo que Lilith Verstrynge, secretaria de Estado para la Agenda 2030 y secretaria de Organización de Podemos, publicó el día anterior en su perfil de Twitter y luego borró en el que se comparaba a Pedro Sánchez con Santiago Abascal, líder de Vox, por dejar a los perros de caza fuera de la ley. Una acción que María Jesús Montero, ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, tildó de “inoportuna” y “un despropósito”.
Las críticas de Podemos han tenido el efecto contrario que el socio minoritario del Ejecutivo pretendía: el PSOE, muy molesto por que la otra parte del Gobierno le tilde de no combatir el maltrato animal, ya ha dejado claro en reuniones discretas que atenderá a las demandas que le llegan del campo. El 24 de enero ya hubo un encuentro en el Congreso en el que los socialistas reiteraron que no se moverían. Podemos reprocha que el PSOE se valió del respaldo del PP, PNV, Vox y Ciudadanos, entre otros, para validar en la comisión de Derechos Sociales —en la que aprobó a finales de diciembre el dictamen de la ley— una enmienda que exime de la ley de bienestar a los animales de caza y otros empleados en distintas labores.
El PSOE, a su vez, se pone como ejemplo y recuerda que asumió las tesis de Unidas Podemos sobre la autodeterminación de género y renunció a presentar nuevas enmiendas a la ley trans. Unidas Podemos consiguió a finales del año pasado vetar la enmienda socialista en la comisión de Igualdad sobre la necesidad de aval judicial para cambiar el nombre y el sexo en el DNI para los menores de entre 14 y 16 años, que era el grupo de edad al que los socialistas querían extender ese requisito. El PSOE aceptó su derrota y votó a favor de la ley tal y como había quedado redactada en la comisión de Igualdad —la exvicepresidenta Carmen Calvo se abstuvo— y ahora le pide a sus socios que hagan lo mismo.
La gran incógnita es qué hará Unidas Podemos, que también apoyó la votación del dictamen de la ley de bienestar animal para evitar que decayese la norma. Podemos no despeja las dudas, pese a que la ley podría ser tumbada, y centra su estrategia en señalar al PSOE de estar con “el lobby [grupo de presión] de la caza”, según afirmó el jueves Ione Belarra. La secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales, el ministerio del que sale la ley de bienestar, visitó ese día una asociación protectora de animales en Madrid. “Desde un lugar donde conocen muy bien las consecuencias del maltrato animal, especialmente a algunos perros de caza, queremos pedirle al PSOE que vuelva al consenso que construimos en el Gobierno para proteger los derechos de todos los animales. Espero que hayan reflexionado a lo largo de este mes sobre esa enmienda que sacaron adelante con los votos de PP y Vox y no responde a la sensibilidad de una mayoría de españoles que quiere cuidar a los animales”, aseguró la responsable de Podemos.
Dos semanas antes, en la comparecencia posterior al Consejo de Ministros en La Moncloa, Belarra vinculó al PSOE con los maltratadores: “Estamos concentrados en tratar de reconstruir la mayoría que quiere proteger los derechos de los animales en España. Es una mayoría con la que contábamos cuando la norma salió del Consejo de Ministros y yo aspiro a que podamos reconstruirla y a que se retiren todas las iniciativas que, digamos, colocan a otros partidos del lado de los maltratadores de animales”. Manuel Gallardo, presidente de la Real Federación de Caza (RFEC), ha pedido el cese de Belarra en una carta enviada a Pedro Sánchez, ante las acusaciones de Podemos a los cazadores de “maltratadores, de utilizar a los perros como herramientas y de querer su desprotección”. La RFEC sostiene que todos los perros, incluidos los de caza, ya están protegidos por el artículo 337 del Código Penal y por más de 80 normas, leyes orgánicas, leyes ordinarias, reales decretos y legislación autonómica.
Los reproches de Podemos no han hecho mella en el PSOE, que no reconsiderará su posición ni asumirá de nuevo el contenido original del proyecto de ley tal que el Consejo de Ministros aprobó el pasado verano (entonces sí incluía a los perros de caza). La paz con el sector, el segundo con más licencias federadas en España (337.326 en 2021 según el Consejo Superior de Deportes), solo por detrás del fútbol (907.223) y por delante del golf (284.776), montañismo (273.549) y baloncesto (272.451), puede ser decisiva en las autonómicas y municipales en las comunidades con mayor tradición cinegética. Las presiones en la pasada primavera y verano de barones como los presidentes extremeño, Guillermo Fernández Vara; aragonés, Javier Lambán; y castellano-manchego, Emiliano García-Page también determinaron a Ferraz a moverse. Pedro Sánchez también se podría jugar la reelección en las zonas rurales: un tercio de los 120 diputados que el PSOE obtuvo en las últimas generales fueron en las circunscripciones que reparten hasta cinco escaños. Los socialistas lograron 42 de los 103 en juego, por delante del PP (33) y Vox (15). Unidas Podemos solo consiguió tres escaños. El resto se lo repartieron partidos nacionalistas y regionalistas.
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