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El PP acecha las primarias de Ciudadanos

Feijóo medita ofrecer a Arrimadas alguna fórmula de integración del partido en el PP antes de las municipales en caso de que la líder revalide su cargo en el proceso interno

Villacís y Bendodo PP
La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís; el alcalde José Luis Martínez Almeida; y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en el acto solemne de izado de la bandera nacional en la plaza de España, el 2 de diciembre de 2022.Alberto Ortega (Europa Press)

Las guerras intestinas en Ciudadanos han acelerado el proceso de reconfiguración del centroderecha bajo la atenta mirada del PP. El partido de Alberto Núñez Feijóo vigila con lupa el debate interno en la formación de Inés Arrimadas, que, a pesar de sus malas perspectivas electorales, interesa y preocupa al PP. Los populares aspiran a absorber por completo la idea política detrás de la devaluada marca de Ciudadanos, una derecha más liberal en los debates morales que puede aportar a Feijóo unos votos decisivos para alcanzar La Moncloa. Y el futuro del proyecto puede cambiar en función de quién se imponga en las primarias del partido en crisis. Si Inés Arrimadas revalida su cargo, Feijóo medita mover ficha antes de las municipales y ofrecerle una suerte de acuerdo de integración con el PP, según fuentes de Génova, que en caso de prosperar podría cambiar la cartografía del mapa de la derecha.

En febrero de 2020, Feijóo y Arrimadas hablaron largamente sobre la posible integración de sus dos proyectos políticos. En aquellas fechas se iban a celebrar las elecciones autonómicas en Galicia, y la líder de Ciudadanos intentó un acuerdo para presentarse junto al PP a los comicios. Llamó a Feijóo y conversaron sobre distintas opciones. El hoy líder del PP todavía no había alcanzado la presidencia de los populares, pero negociaba desde la superioridad política de haber acumulado tres mayorías absolutas en la Xunta. Y la presidenta de Cs sabía que su partido tenía muy complicado obtener representación en el Parlamento gallego con un PP tan hegemónico. Aquella negociación fracasó; según el PP, porque Arrimadas quería que los diputados que entraran por Cs se fueran después al Grupo Mixto, y porque pidió entrar en el futuro Gobierno. Y Feijóo no estaba dispuesto. Pero supuso un interesante precedente que estos días invocan en la sede nacional de la calle Génova.

En aquella negociación con Feijóo, según recuerdan hoy en el equipo del líder del PP, Arrimadas aceptó que los dirigentes de Ciudadanos se integraran en una lista del PP al Parlamento gallego encabezada con las siglas y la marca del PP. Solo del PP, sin que apareciera la de Cs. Los diputados que aportaba Cs llevarían un asterisco al lado de su nombre y la leyenda de que concurrían como independientes dentro de la lista del PP, pero la absorción era prácticamente completa.

Génova evoca ahora esa fórmula como una posibilidad para las próximas convocatorias electorales, siempre en el caso de que Arrimadas gane las primarias y de que esta lo aceptara. Un camino que se descarta en el caso de que venciera su rival, el portavoz parlamentario, Edmundo Bal. “La Operación Bal suena a estrategia del PSOE para controlar lo poco de Ciudadanos que quede: pactaría antes con Sánchez que con Feijóo”, asegura un dirigente del núcleo popular. En opinión de Génova, “Cs debería aspirar a convertirse en una corriente interna del PP”. “Y si son tan buenos, que nos cambien desde dentro”, retan a los liberales en la cúpula de los conservadores.

En el caso, por tanto, de que Arrimadas se imponga en las primarias del 9 y 10 de enero, Feijóo medita devolverle aquella fallida oferta. Según fuentes de Génova, el líder del PP contempla mover ficha con Arrimadas una vez pase el proceso interno en Cs, pero antes de las elecciones municipales y autonómicas, para estudiar una fórmula que permitiera integrar a miembros de Ciudadanos en las candidaturas del PP de mayo. Los populares advierten a los de Arrimadas de que deben darse prisa si quieren un acuerdo que les permita sobrevivir como proyecto político, aunque sea dentro de la casa PP, porque con cada elección su marca se deprecia.

Arrimadas saluda al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, durante el acto institucional por el Día de la Constitución en el Congreso, el martes pasado.
Arrimadas saluda al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, durante el acto institucional por el Día de la Constitución en el Congreso, el martes pasado.Alberto Ortega (Europa Press)

Ahora bien, los populares no están interesados en absorber a todos los dirigentes de Cs, ni mucho menos. “Puertas abiertas al talento, pero solo al talento. No al aluvión de cargos”, sentencian en la cúpula de Feijóo. El PP considera que solo conservan “capital político” Arrimadas y la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, pero más esta última, porque “Arrimadas es buena oradora, pero no tiene votos”, dicen en Génova. Aunque los populares quieren comprar la idea política detrás de Cs y asumen que eso tendrá un precio más allá de esas dos figuras. También interesa Luis Garicano, el economista y exeurodiputado de Cs que elaboró el proyecto económico de Albert Rivera, y que se ha desvinculado del partido de Arrimadas. Feijóo abrió la puerta este miércoles a incorporar a dirigentes de Cs: “En ese partido todavía hay personas que tienen talento y que son aprovechables para la política”, dijo en Onda Cero.

En paralelo a ese posible movimiento, el PP estudia las ofertas que le han llegado desde Cataluña para integrarse en una plataforma más amplia con Cs para las municipales y autonómicas. Los populares no descartan la idea de partida, según reconocen en Génova. Fuentes del PP aseguran que se baraja al diputado ciudadano Nacho Martín Blanco como candidato de esa eventual lista conjunta para la Alcaldía de Barcelona.

No será fácil. Ciudadanos está inmerso en su proceso interno y fuentes de su dirección próximas a Arrimadas enfrían los acuerdos con el PP. “No toca mucho hablar de eso ahora, estamos centrados en las primarias. Hacemos una asamblea de refundación precisamente para concurrir con un proyecto propio”, inciden estas fuentes, que recuerdan que Cs aceptó el acuerdo con el PP en el País Vasco porque se trataba de una coalición de los dos partidos, y que en Andalucía la descartó porque el PP propuso una candidatura única integrando como independientes a determinados dirigentes de Ciudadanos. En Cataluña, recuerdan, fue Cs el que puso sobre la mesa una coalición, y el PP la rechazó.

De momento, las conversaciones no han comenzado. En Cataluña, por ejemplo, Cs ya ha confirmado a más de 80 candidatos con la marca propia (aunque Barcelona sigue sin cabeza de lista). Esa es la intención en todos los territorios, insisten en el entorno de Arrimadas: presentar lista autónoma. Pero con muchas dificultades. En Andalucía, en cambio, los alcaldables designados rondan el medio centenar, cuando en 2019 llegaron a los 600.

En el ámbito municipal persiste, mientras tanto, el goteo de ediles de Cs que cambian de chaqueta y en primavera concurrirán por el PP. Muchos de ellos iniciaron su carrera política en el PP, se pasaron a Cs y, ahora, en medio de la profunda crisis del partido, vuelven al origen. Hay varios ejemplos en Andalucía o Comunidad Valenciana. Ciudadanos se resiste a perder su autonomía, pero lucha con pies de barro. Feijóo lo sabe, y aguarda atento al 10 de enero.

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