El viaje del PSOE al PP

La encuesta de 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER de octubre vuelve a dar ganador al Partido Popular por un margen estrecho, de 3,1 puntos porcentuales, algo más que en septiembre. Con todo, de cumplirse esta predicción, no es seguro que el PP pudiese formar gobierno: incluso en el escenario más optimista para las dos fuerzas políticas conservadoras, la derecha se quedaría a dos escaños de la mayoría absoluta. La competición electoral sigue siendo reñida.

¿De quiénes se estaría nutriendo el PP para mejorar en ocho puntos sus (posibles) resultados desde las elecciones de 2019? Los populares, que crecen de manera ininterrumpida desde abril, retienen a más electores que ningún otro partido (en estos momentos, unas décimas más que Vox); 8 de cada 10 votantes del PP repetirían su voto de celebrarse unas elecciones generales. Igualmente, los populares se benefician del trasvase de votos de Ciudadanos, pues aproximadamente un tercio de sus votantes se estarían yendo al PP. Además, desde abril, coincidiendo con la llegada de Feijóo a la presidencia del partido, se viene produciendo una fuga de votos del PSOE al PP: en estos momentos, el 7,5% de los votantes socialistas tiene intención de votar a los populares.

¿Quiénes son estos votantes? Un total de 18.000 entrevistas suma el conjunto de barómetros realizados desde enero. Cualquier persona interesada puede acceder a estas encuestas: recordemos que EL PAÍS y Cadena SER siguen siendo los únicos medios de comunicación que publican las tripas de sus estudios. Pues bien, el análisis de estos datos acumulados —que pueden consultarse de manera libre y gratuita— muestra claras diferencias entre los votantes que permanecen en el PSOE (los fieles) y aquellos que se pasan al PP (las fugas).

Se trata sobre todo de hombres, con estudios superiores, en activo, y con una edad media de 45 años, algo más jóvenes que los socialistas fieles. En este grupo, hay menos personas con dificultades para llegar a fin de mes, así como menos parados; hay mayor predominio de clases medias altas y altas. Más allá de estas características sociodemográficas, quienes se van del PSOE al PP son marcadamente centristas, frente a los fieles, que mantienen un posicionamiento medio de izquierdas.

¿Qué les empuja a apoyar al PP? Si son gente más acomodada, la causa principal no parece que sea el aumento del coste de la vida. ¿Es entonces la cuestión catalana? Se trata de personas algo más centralistas que los fieles, pero la diferencia no es abismal, pues, en general, todo el electorado socialista es moderado en la cuestión territorial. ¿O será la coalición con Unidas Podemos la que ha podido empujar hacia el PP a una parte de los votantes del PSOE menos ideologizados y más centristas? ¿O las leyes más radicales de género? ¿O la cuestión fiscal?

Con los datos disponibles, no podemos aún ofrecer una respuesta definitiva, aunque cabe una conclusión general: en el viaje del PSOE al PP no están ni los más vulnerables ni los más reivindicativos, sino las capas sociales acomodadas y de bajo perfil político.