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El lento aterrizaje de Feijóo en Madrid

Un mes después de su elección como líder del PP, el barón gallego no ha aclarado si irá al Senado ni ha decidido las portavocías en las Cámaras. También falta por completar la estructura orgánica

Elsa García de Blas
Alberto Núñez Feijóo y la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, en la reunión del comité de dirección del PP el 25 de abril.
Alberto Núñez Feijóo y la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, en la reunión del comité de dirección del PP el 25 de abril.TAREK (PP) (Europa Press)

Paso a paso, sin prisa. Alberto Núñez Feijóo se toma con calma el aterrizaje en Madrid tras su elección como líder del PP. Transcurrido un mes desde que fue investido presidente del partido, aún quedan muchos asuntos por ordenar en su desembarco en la capital y en la reorganización del PP tras la salida de Pablo Casado. El barón gallego todavía es presidente en funciones de la Xunta de Galicia, y eso ha retrasado algunas decisiones importantes que están provocando inquietud, sobre todo en los grupos parlamentarios de Congreso y Senado. Feijóo no tiene aún escaño la Cámara alta ni ha decidido si los dos portavoces parlamentarios seguirán en sus puestos. Tampoco se ha reunido con los grupos ni ha completado la estructura orgánica del PP más allá de los vicesecretarios.

Los grupos parlamentarios son un hervidero de especulaciones sobre los cambios que se esperan. En la Cámara alta, donde en principio se instalará Feijóo como senador de designación autonómica ―extremo que el líder popular tampoco ha confirmado― para poder confrontarse con el presidente del Gobierno en las sesiones de control, las quinielas sobre la portavocía se han disparado. A Javier Maroto, el actual portavoz, nombrado por Pablo Casado, no paran de salirle hipotéticos sustitutos en las conversaciones entre los senadores. La mayoría espera su relevo porque se da por hecho que Cuca Gamarra seguirá en el Congreso, y la opinión mayoritaria es que Feijóo tiene que cambiar algunos de los principales rostros del partido para dar imagen de renovación.

Pero Feijóo no ha abierto ese melón, y ninguno de los dos portavoces, ni Maroto ni Gamarra, sabe si continuará. Aunque en el equipo del líder se transmite un mensaje de continuismo. “Si Feijóo fuera al Senado, ¿por qué cambiar al portavoz? Será Feijóo quien hará los debates importantes, y queda un año y medio para las generales. No hay tiempo de rodaje para consolidar nuevas portavocías”, afirman en su entorno. En todo caso, el líder popular no ha tomado la decisión, y no lo hará hasta que cierre el capítulo de su sucesión en Galicia.

Feijóo, cuentan algunos de los que lo conocen bien, es un político cartesiano y ordenado. Su llegada al Senado y el resto de cambios se van a retrasar a la segunda quincena de mayo, porque el jueves de la semana que viene tiene que celebrarse la investidura de su sucesor como presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y después su toma de posesión, el sábado. Hasta la siguiente semana no empezará a mover ficha.

La continuidad de Cuca Gamarra, secretaria general del PP, en la portavocía del Congreso sí se percibe como segura en la dirección del grupo parlamentario. “Es lo razonable. Como el líder no estará en el Parlamento, lo lógico es situar a tu cargo de más peso después de él en la portavocía del Congreso”, opina un dirigente de relieve en la Cámara baja. Gamarra actúa además de enlace entre Feijóo y el grupo, y de momento, para las decisiones importantes, recaba la opinión de los diputados de más trayectoria y después se la transmite al líder, que tiene la última palabra. Así funcionó el sistema en la votación del decreto anticrisis, rechazado al final por el PP. Fuentes parlamentarias opinan que a partir de ahora debe trabajarse en una mayor “línea de acuerdo” entre Génova y el grupo para las iniciativas, después de la etapa de “ordeno y mando” de Casado.

Feijóo lleva un mes ejerciendo como presidente del PP sin haberse reunido con sus diputados y senadores, lo que ha despertado cierto malestar en algunos sectores. La tensión se percibe también en la estructura orgánica, porque, más allá de los vicesecretarios, el organigrama de Génova falta por completarse hacia abajo, con el nombramiento de los secretarios y sus equipos. En el equipo del líder defienden su gestión de los ritmos y se despojan de la presión. “El partido está ansioso por despejar incógnitas, pero lo que tienen que hacer es mirar las encuestas”, sentencian estas fuentes. “Los datos hablan: está funcionando bien este manejo de los tiempos”.

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Sobre la firma

Elsa García de Blas
Periodista política. Cubre la información del PP después de haber seguido los pasos de tres partidos (el PSOE, Unidas Podemos y Cs). La mayor parte de su carrera la ha desarrollado en EL PAÍS y la SER. Es licenciada en Derecho y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid y máster en periodismo de EL PAÍS. Colabora como analista en TVE.

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