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El Congreso presiona a Sánchez sobre el Sáhara ante su visita a Rabat

Todos los partidos menos el PSOE secundan una propuesta contra el giro del Gobierno

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este martes, con la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, en el Congreso. Foto: KIKO HUESCA (EFE) | Vídeo: EPV
Javier Casqueiro

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, viajará a Rabat el jueves por la tarde acompañado de su ministro de Exteriores, José Manuel Albares, y mantendrá finalmente un encuentro con el rey Mohamed VI, que le agasajará invitándole a la cena familiar del iftar con la que romperá el ayuno diario en esta época del Ramadán. Pero Sánchez no acudirá con el respaldo de ningún otro partido del Congreso a su giro a favor de Marruecos en el conflicto del Sáhara Occidental. A esa hora se votará en la Cámara baja una propuesta de Unidas Podemos, ERC y EH Bildu, su socio de Gobierno y sus principales aliados parlamentarios, que pide formalmente que España ratifique su apoyo a las resoluciones de la ONU a favor de una solución dialogada entre las partes en el conflicto del Sáhara, algo que hasta el PSOE estaría en disposición de votar, pero que en su exposición de motivos desglosa fuertes críticas al “giro unilateral” dado por el sector socialista del Ejecutivo en relación al futuro de la excolonia española.

El PSOE, que siempre estuvo como la mayoría de la clase política y de la sociedad en España más cerca de las posiciones prosaharauis que de las marroquíes sobre el Sáhara, vive este asunto en una situación de enorme contrariedad, y con el temor a que este cambio de postura tampoco sea entendido por gran parte de sus bases y de su electorado. Los socios de la coalición progresista y los aliados habituales tampoco están por la labor de echar ninguna mano salvadora. Al contrario. Y el nuevo PP de Alberto Núñez Feijóo ya ha avisado de que en cuestiones de política internacional y de Estado como el Sáhara les gustaría compartir previamente más información y no verse forzados a votar a ciegas.

Feijóo será recibido en La Moncloa por Sánchez precisamente mañana por la mañana, poco antes de que el presidente vuele a Marruecos; y el líder popular sí ha fijado el problema del Sáhara en su panel de prioridades, junto a la crisis de Ucrania, la inflación y la incertidumbre económica. No así la renovación del Consejo General del Poder Judicial, que lleva ya tres años atascado y que ayer volvió a reclamar el portavoz socialista, Héctor Gómez.

El debate sobre el futuro del Sáhara en el que se volverá a constatar la soledad del PSOE ahora en el Congreso se producirá hoy y la votación de la proposición no de ley, firmada por Unidas Podemos, ERC y EH Bildu, se registrará mañana, con Sánchez camino de Rabat. Los socialistas aún quieren continuar sus negociaciones discretas con sus socios de coalición, Unidas Podemos, para encontrar alguna salida a este atolladero. Están dispuestos incluso a votar afirmativamente la proposición no de ley, pese a las duras críticas que contiene contra el Gobierno en su exposición de motivos, si la disposición final permanece redactada como está, de una manera genérica y sin que aparezcan enmiendas sorpresa de última hora pactadas con otros partidos. El PSOE no se fía y el momento no puede ser más delicado.

La parte dispositiva de la proposición se limita a revalidar el respaldo del Congreso a “las resoluciones de la ONU y a la misión de Naciones Unidas para el referéndum en el Sahara, en el convencimiento de que solo el diálogo, la negociación y el acuerdo llevado a cabo de buena fe y de manera constructiva, conforme al derecho internacional, ayudarán a alcanzar una solución política justa, realista, viable, duradera y aceptable por ambas partes al conflicto político”. El PSOE considera, según reiteró varias veces ayer su portavoz en la Cámara baja, que “tal y como está redactada” esa resolución estaría “dentro del marco de lo que este partido siempre ha defendido”. Gómez volvió a destacar que el Gobierno y el PSOE buscan ahora avanzar en alguna salida a un conflicto enquistado hace 46 años, y reseñó que pretenden diferenciar en este caso el Sáhara de la crisis con Marruecos.

El problema para el PSOE está en la exposición que los partidos firmantes introducen para justificar su propuesta y en la que se les acusa directamente: “Una parte del Gobierno español ha modificado unilateralmente su posición en relación con el conflicto del Sahara Occidental, contraviniendo las resoluciones de Naciones Unidas y el propio derecho internacional, adoptando una nueva posición en la que se afirma que la propuesta de un régimen de autonomía para el Sáhara que Marruecos hizo en 2007 es la propuesta más seria, realista y creíble para la resolución del conflicto”. Esos tres partidos, y una amplia mayoría de la Cámara, concluyen que ese cambio del PSOE “supone de facto” abandonar “la base de una solución política que sea mutuamente aceptable, tal y como recogen las resoluciones de la ONU”.

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La proposición añade más ataques hacia el sector socialista del Gobierno: “Esta decisión ha sido tomada sin haberla consultado ni compartido con ninguno de los grupos políticos del Congreso y contraviniendo el consenso mayoritario de la cámara”. Y esa amalgama de partidos, que van desde los socios habituales hasta el PP y Vox, consideran que una decisión de tal calado supone una modificación de la postura histórica de España que “podría desencadenar consecuencias diplomáticas con el propio Sáhara Occidental, Argelia y Marruecos no puede ser adoptada de espaldas a la voluntad mayoritaria del Congreso y sin la transparencia esperable en decisiones de tal trascendencia política y social”. También apuntan las posibles consecuencias en el ámbito económico y energético en este incierto contexto actual, en plena invasión rusa a Ucrania.

Referéndum o autonomía

La secretaria general y portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, confirmó que “estarán” en la votación del jueves con esa propuesta “perfectamente asumible” que entiende “responde a la posición de siempre” de su formación. “Seguimos en el mismo sitio”, dijo Gamarra; y contempló que podrían votar a favor de enmiendas que pudieran incluir el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui. Algo a lo que el PSOE ahora no está dispuesto.

Hasta el portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, suscribió que esa “decisión unipersonal” de Sánchez al modificar un consenso de Estado sobre el Sáhara ha resultado “inopinada, imprudente, inoportuna e innecesaria” y avanzó que no les compromete si algún día gobiernan.

Las portavoces de En Comú Podem, Aina Vidal, y de Bildu, Mertxe Aizpurua, reconocieron que lo que en realidad persiguen con su propuesta es “brindar una oportunidad al PSOE para que rectifique su postura” ante la evidencia de que la práctica totalidad de la Cámara “no les respalda”. El portavoz del PNV, Aitor Esteban, volvió a ser muy duro contra el volantazo del Gobierno. Su grupo registró una enmienda en la que piden votar “la disconformidad” con ese giro que entienden que supone en realidad “apostar sin ambages” por el plan marroquí de integrar la excolonia española del Sáhara como una autonomía de su territorio. Y solicitan que el Congreso “reconozca el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui” e inste al Gobierno a actuar para que contemple que “todas las opciones, incluida la independencia, son legítimas”.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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