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El Congreso obvia el escándalo de Arnaldo y lo elige para el Constitucional

El pacto entre PSOE, PP y Podemos se lo saltan solo seis diputados rebeldes en la votación

El diputado socialista Odón Elorza en el Congreso, este jueves.Vídeo: JAIME VILLANUEVA/ europa press

El pacto alcanzado hace un mes por representantes del Gobierno del PSOE y Unidas Podemos con el PP para renovar las cuatro vacantes pendientes del Tribunal Constitucional fue ratificado este jueves con una votación sobrada en el pleno del Congreso de los Diputados en la que apenas se registraron seis votos disidentes con ese acuerdo. También hubo 29 parlamentarios de formaciones nacionalistas e independentistas que optaron por expresar su rechazo con su ausencia: se salieron del pleno durante el debate y no emitieron su voto. Enrique Arnaldo, el polémico candidato propuesto por el PP, y aceptado con evidente malestar y “como un mal menor” por PSOE y Unidas Podemos, salió refrendado de la sesión para ser considerado próximo magistrado del Constitucional, el más Alto Tribunal del país, que tiene que estudiar recursos de leyes del Gobierno planteados por la oposición de derechas y muy próximos a su ideología, expresada en cientos de artículos.

El pleno del Congreso aprobó así finalmente la designación de Arnaldo, junto la del resto de candidatos pactados para el Constitucional, seis consejeros del Tribunal de Cuentas que también habían caducado, así como al nuevo Defensor del Pueblo, el exdirigente socialista de la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo, que sumó 240 votos, la puntuación máxima del día. Todos los aspirantes tenían que recoger para ser convalidados al menos tres quintos de votos afirmativos (210).

Enrique Arnaldo recibió 232 votos a favor, de un total de las 249 papeletas emitidas por los diputados, pero contó con cinco menos que la otra aspirante impulsada por el PP, Concepción Espejel, y con ocho menos que los dos nominados por los dos partidos de la coalición gubernamental, Inmaculada Montalbán Huertas y Juan Ramón Sáez Valcárcel. Como los diputados de Compromís, Joan Baldoví, y de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, revelaron públicamente que solo habían apoyado a los dos candidatos progresistas, el máximo de votos rebeldes posibles dentro del PSOE y Unidas Podemos sería de seis. Hubo también ocho votos en blanco y uno nulo, pero para el conjunto de los cuatro aspirantes al Constitucional.

Gabriel Rufián, portavoz de ERC, junto a los diputados de JuntsxCat, PDdeCat, la CUP, EH-Bildu y BNG, tras salir del Congreso para mostrar su rechazo a la elección de los nuevos nombramientos del Tribunal Constitucional.Vídeo: Jaime Villanueva / EPV

Una de esas blancas papeletas la envió al sistema telemático de votación José María Mazón, el representante en la Cámara del Partido Regionalista de Cantabria, que solo apoyó el nombramiento de Gabilondo para Defensor del Pueblo, al igual que Tomás Guitarte, de Teruel Existe. Otro sufragio en blanco fue el de Ana Oramas, de Coalición Canaria.

El único diputado que reconoció abiertamente haber rechazado a Arnaldo fue el socialista Odón Elorza, que se lo anticipó incluso a la dirección de su grupo en una reunión y que ya se había expresado en público y hasta en una dura intervención la semana pasada en el examen previo que los aspirantes tuvieron que pasar por la comisión de nombramientos. El grupo socialista estudiará ahora una sanción contra Elorza por romper la disciplina de voto, aunque no será la más elevada (600 euros), porque su posición no alteró el resultado final.

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Dos diputadas de Podemos, Gloria Elizo y Meri Pita, habían anticipado en un artículo su oposición “en conciencia”. Elizo confirmó más tarde que no había votado a los dos conservadores. Los otros tres votos rebeldes no se conocieron porque el procedimiento de voto debía ser en teoría individual, telemático y secreto y los dos grupos se achacaron esas deserciones al final de la sesión mutuamente. El PSOE admitió tres votos blancos o nulos pero por errores formales, como fallos en la escritura de los nombres o como el que reconoció haber hecho el exministro José Luis Ábalos al apretar un botón erróneo y que luego quiso corregir sin éxito.

Rechazo nacionalista

La votación más conflictiva se concentró en el debate y en el panel de resultados sobre la figura de Arnaldo, letrado de las Cortes y con estrechas relaciones, contactos y contratos con administraciones y gobiernos autonómicos y locales del PP. En el momento de conceder ese aval, los parlamentarios de Ciudadanos y Vox se ausentaron del hemiciclo en señal de protesta. Pero unos minutos antes lo habían hecho ya los 29 diputados de seis grupos nacionalistas e independentistas gallegos, vascos y catalanes (ERC, EH Bildu, Junts, PDeCAT, la CUP y BNG), para denunciar lo que Gabriel Rufián calificó de “charada” del bipartidismo y que en esta ocasión elevó a “tripartidismo” por considerar incomprensible la colaboración de Podemos. También mostraron su rechazo al sistema y a los consensuados desde el PNV y Más País.

Los diputados presentes de la formación ultra Vox aprovecharon el momento en el que se ratificó el resultado para corear desde el interior del hemiciclo, dirigiéndose a Podemos: ”Sí se puede, sí se puede”. A esa hora, las 16.28, el salón estaba ya medio vacío y las bancadas más nutridas eran las del PSOE, en las que estaba hasta el díscolo Elorza.

Los 232 votos que recogió Arnaldo sobre los 249 votos emitidos no fueron ni todos los diputados que suman PSOE, PP y Podemos (243) ni los que concitó Gabilondo (240) ni los que acumuló su compañera por el cupo conservador, Concepción Espejel (237). Por lo tanto, hubo cinco diputados que respaldaron a Espejel que no lo hicieron con Arnaldo.

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