Marruecos prepara el inminente regreso de su embajadora a Madrid
La vuelta a Madrid de Karima Benyaich en los próximos días pone fin a la crisis diplomática con el país vecino
La embajadora de Marruecos, Karima Benyaich, regresará en los próximos días a Madrid, según fuentes diplomáticas, poniendo punto final a la crisis en las relaciones bilaterales que se desencadenó tras la acogida en España del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, para tratarse de una grave afección de la covid.
Aunque no se ha anunciado la fecha para el regreso, las fuentes consultadas lo consideran inminente, después de que Mohamed VI expresara el pasado viernes su deseo de “inaugurar una etapa inédita” en las relaciones entre los dos países, basada en “la confianza, la transparencia, la consideración mutua y el respeto a los compromisos”. El presidente Pedro Sánchez respondió al discurso del rey de Marruecos saludando esta “gran oportunidad para redefinir las relaciones [bilaterales] y los pilares sobre los que se sustentan”.
Felipe VI felicitó este sábado a Mohamed VI, en su nombre y el de la reina Letizia, por su 58 cumpleaños, en un mensaje que fue difundido por la agencia marroquí MAP, igual que el que le remitió el 31 de julio con motivo del 22º aniversario de su acceso al trono de Marruecos, en lo que constituyen gestos amistosos entre dos casas reales que mantienen una relación casi de familiaridad.
El próximo regreso de la embajadora, que fue llamada a consultas el pasado 18 de mayo, formalizando la crisis diplomática, ha sido adelantado por el medio marroquí Rue 20 y confirmado por fuentes españolas. Una de las primeras tareas de la diplomática tras su regreso a Madrid será preparar la próxima Reunión de Alto Nivel (RAN) entre los dos países, que debía celebrarse en diciembre pasado y Rabat suspendió unilateralmente con solo una semana de antelación excusando la pandemia.
Marruecos celebra elecciones parlamentarias el próximo 8 de septiembre por lo que, si la formación del nuevo Gobierno se demorase, la cumbre con España podría celebrarse solo con los llamados “ministerios de soberanía” (como Exteriores, Interior y Defensa), cuya designación corresponde al Rey, según Rue 20.
La crisis tuvo su momento álgido a partir del 17 de mayo, cuando más de 10.000 inmigrantes entraron irregularmente a Ceuta en 72 horas. La repatriación de 700 menores que habían quedado atrapados en la ciudad se inició el pasado día 13 de común acuerdo entre los dos gobiernos, pero se paralizó a principios de esta semana, ante la falta de garantías del proceso denunciada por la Fiscalía, el Defensor del Pueblo y varias ONG.
La embajadora Karima Benyaich desempeñó un papel importante en la crisis bilateral con España. Cuando a finales de mayo las autoridades marroquíes optaron por una escalada de la tensión al dejar de patrullar la frontera con Ceuta, Benyaich fue la encargada de ofrecer transmitir la versión de Rabat, y no ahorró agresividad en sus declaraciones.
“España ha actuado con opacidad para actuar a espaldas de Marruecos para proteger a este criminal”, declaró la diplomática en referencia a Gali, vinculando de forma expresa la acogida al líder del Polisario con la entrada de más de 9.000 migrantes en Ceuta en cuestión de horas. Por esta razón, se había especulado que, igual que España sacrificó a la exministra de Exteriores Arancha González Laya como gesto de distensión, Rabat podría hacer lo propio con Benyaich. Sin embargo, parece que este no será el caso y Benyaich volverá a Madrid con su mismo cargo. El último de los guiños lanzados por Madrid ha sido el envío de una felicitación del rey Felipe VI a Mohamed VI en motivo de su 58 cumpleaños. “La reina se une a mí para desearos de todo corazón un muy feliz cumpleaños en compañía de su augusta familia”, reza la carta, según ha publicado la prensa marroqui.
El reencuentro entre ambos países tras el giro en la actitud de Marruecos marcado por el discurso del rey marca el inicio de un camino en el que los responsibles españoles deberán buscar soluciones a los contenciosos bilaterales aún abiertos. Entre ellos, el cierre de las fronteras terrestres de Ceuta y Melilla, desde marzo de 2020, con la consiguiente asfixia económica para los enclaves españoles, la suspensión del tráfico de pasajeros a través del Estrecho, la devolución de los inmigrantes irregulares llegados a España, interrumpida en marzo pasado. En esta última cuestión, la reciente repatriación de menores desde Ceuta, frenada por los tribunales a causa de su dudosa legalidad, representa un gesto de buena voluntad por parte del Gobierno marroquí.
Sin embargo, no está claro si una revisión de la posición española respecto el Sáhara Occidental figurará en la agenda de las negociaciones. De hecho, esta cuestión constituye la raíz de la última crisis bilateral hispano-marroquí, la peor desde la ocupación por parte de Rabat del islote del Peregil en 2002.
Si bien el conflicto estalló con la acogida de Gali el pasado mes de abril, las relaciones se habían ya deteriorado desde diciembre del año pasado, cuando Marruecos suspendió la cumbre entre ambos gobiernos con una semana de antelación. Probablemente, era una forma de presionar a España para que siguiera los pasos de Donald Trump, que el 10 de diciembre había reconocido la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. Sin embargo, España no lo hizo, al igual que el resto de países europeo, incluido Francia, el gran aliado de Rabat. España siempre ha apoyado las resoluciones de la ONU, que apuestan por una resolución del conflicto del Sáhara Occidental a partir de un acuerdo bendecido por ambas partes.
Así las cosas, no será fácil conseguir el objetivo deslizado por Mohamed VI en su discurso del viernes de elevar las relaciones con España para situarlas al mismo nivel que Francia. “Nuestro objetivo no ha consistido solo en salir de esta crisis, sino en hacer de ella una ocasión para revisar los fundamentos y los determinantes que gobiernan estas relaciones”, afirmó el monarca alauí, comparando el compromiso hacia España con el que se halla “en la base de las relaciones de asociación y solidaridad entre Marruecos y Francia”. Durante los próximos meses se verá si estos buenos deseos se traducen en hechos.
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