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17 propuestas al aire libre para explorar la España rural y natural

El otoño es la estación de los viajes cortos y de esplendorosos colores en los bosques. Rutas senderistas, excursiones a caballo, planes junto al mar, mirando al cielo o a la tierra. Ideas viajeras para descubrir el país de una manera sostenible

España rural
Un senderista recorría un hayedo de la sierra de Urbasa (Navarra).Juanjo Sierra Alcalá

El otoño invita a las excursiones y a los planes de un día que, muchas veces, surgen en el último momento con la intención de escapar del asfalto y tomar aire rodeados de toda la gama cromática de rojos y marrones. Aquí proponemos 17 planes ecoturísticos, uno por comunidad, para explorar la España rural y natural de manera sostenible, y conocer, por ejemplo, el funcionamiento de una playa, la gestión forestal de un bosque, el desarrollo de una duna o la relación del hombre con el paisaje.

01 Andalucía. El frágil sistema dunar de Doñana (Huelva, Sevilla y Cádiz)

Cuando asoma el frío, el Cerro de Los Ánsares, una duna móvil de 30 metros de altura, se llena de miles de gansos que acuden a invernar. Desde el Centro de Visitantes El Acebuche salen excursiones guiadas en 4×4 hasta este lugar emblemático de Doñana para contemplar el espectáculo. Es una ventana desde la que atisbar y comprender el frágil y gravemente amenazado sistema dunar de este parque natural y nacional, con sus más de 25 kilómetros de extensión, sus trenes de dunas y sus cinco frentes con sus correspondientes valles, que se conocen como “corrales” y son auténticas islas de vegetación rodeadas de arena. Al final de la playa de Matalascañas, en Almonte (Huelva), y gracias a una pasarela de madera de 1,5 kilómetros, uno puede acercarse a dunas embrionarias, que se forman cuando el viento arrastra la arena depositada por las mareas y el oleaje, y seguir su movimiento tierra adentro. Otro sendero peatonal, el de la Laguna del Jaral (de 5,2 kilómetros), se aproxima a las dunas del Asperillo: un sistema de dunas fósiles que se extiende 12 hectáreas entre los arenales de Matalascañas y Mazagón.

02 Aragón. Cabalgar por el Betato (Tramacastilla de Tena, Huesca)

Un senderista en el bosque del Betato, en Piedrafita de Jaca (Huesca).
Un senderista en el bosque del Betato, en Piedrafita de Jaca (Huesca).Alamy Stock Photo

Paseos ecuestres por entornos naturales hay muchos, pero la actividad Conociendo a los caballos en el Betato invita, antes de la excursión, a salir a los campos en los que viven estos animales en semilibertad para recogerlos, explorar cómo se comportan en la naturaleza y su importancia para el ecosistema. Una vez preparados y con los botines puestos (no van herrados), caballos y jinetes se dirigen al bosque del Betato, mágico epicentro de leyendas de brujas y aquelarres: un hayedo que en otoño luce espectacular. La propuesta se alzó con el Premio a la Mejor Experiencia de Ecoturismo de Aragón 2021. “Es una actividad muy didáctica”, declara su promotora, Isabel Ortega, propietaria del Centro Ecuestre El Betato, que abrió hace un año en Tramacastilla de Tena. Ofrece rutas de distintas duraciones, más otro itinerario guiado de alta montaña a caballo al Ibón de Piedrafita de Jaca, que dura cuatro horas y es para expertos.

03 Asturias. Ecoturismo experiencial (Fuentes del Narcea)

En otoño, con los árboles perdiendo las hojas, es más fácil avistar al oso pardo cantábrico, que además se está preparando para invernar y se muestra más activo. Hay empresas que guían a los visitantes para vivir esta experiencia memorable en el parque natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, con su bosque de Muniellos, al que solo pueden acceder 20 personas al día (previo permiso). También se le puede seguir el rastro al lobo, hacer rutas interpretativas de ríos y estrellas. O explorar la relación del hombre con la naturaleza en esta comarca del suroccidente asturiano: visitar una ganadería ecológica, conocer un horno de leña, ser apicultor por un día… La Asociación de Turismo Rural Fuentes del Narcea está liderando la promoción de su territorio mediante el ecoturismo experiencial, bajo los imperativos de la sostenibilidad ambiental y social. “Nos hemos organizado todos a una, empresas, alojamientos, concejos, grupos de desarrollo local y el propio Principado”, detalla su presidenta, Ana Llano, que destaca que su modelo de colaboración se está replicando en otras partes de Asturias.

04 Baleares. En marcha por S’Albufera des Grau (Menorca)

Dos ciclistas en el entorno del cabo de Favàritx (Menorca).
Dos ciclistas en el entorno del cabo de Favàritx (Menorca).Daniel Simon (Getty Images/Westend61)

El Camí de Cavalls es un sendero histórico que circunvala Menorca y ya en el siglo XIV se utilizaba para defender su costa. Sus 185 kilómetros, recuperados y divididos en 20 tramos para caminarlos o ir en bici, sirven para un turismo más respetuoso, responsable y sosegado, con un menor impacto ambiental. Su etapa 2 discurre entre Es Grau y el cabo de Favàritx, por el parque natural de s’Albufera des Grau, en la abrupta costa norte menorquina. Montes boscosos, acantilados, dunas y calas a lo largo de unos 10 kilómetros. Se sabe que ha llegado el otoño porque la zona se llena de vida con las aves migratorias que llegan aquí a invernar.

05 Canarias. La botica de Garajonay (La Gomera)

El bosque de laurisilva intensifica su verdor con las primeras lluvias y aumenta su mística cuando llegan los vientos alisios, envolviéndolo todo en una bruma mágica. A los encantos otoñales del parque nacional de Garajonay se suma el de la botánica: en octubre es posible encontrar algaritofe, bueno para el cabello; creces, frutos comestibles del haya (nada que ver con el haya de la Península), que fortalecen las encías y tienen propiedades laxantes, o laurel de Canarias, de cuyos frutos se elaboraba el aceite de bagas para los dolores musculares. La empresa de turismo activo Gomera Guide organiza la ruta La botica de antaño para mostrar las plantas usadas con fines medicinales en el pasado y su importancia en la cultura local y en el refranero: “Con algaritofe, romero y tomillo te crece el pelo hasta los tobillos”. Un itinerario (cuatro o cinco horas; nivel bajo) en el que los participantes ven, huelen y prueban, explica su propietaria, Melanie Ebock. Al salir del bosque, se pasa por un palmeral para conocer la elaboración y propiedades de la miel de palma.

06 Cantabria. ¿Cómo funciona una playa? (Parque geológico Costa Quebrada)

Amanecer en Puerta de los Urros, en Liencres, en el parque geológico Costa Quebrada (Cantabria).
Amanecer en Puerta de los Urros, en Liencres, en el parque geológico Costa Quebrada (Cantabria).Juanjo Sierra Alcala

Desde principios de octubre y durante siete fines de semana, hasta mediados de noviembre, el parque geológico Costa Quebrada organiza visitas guiadas gratuitas para conocer esta atractiva franja litoral situada entre la bahía de Santander y el Puerto Calderón. El otoño es muy buena época para explorarla, ya que las temperaturas son agradables, la luz es especialmente bonita, se disfruta con mayor intimidad del territorio y aún permanecen activos insectos como el escarabajo de la nariz sangrante o las generaciones más tardías de mariposas. “En esta estación se ve muy bien el funcionamiento de las playas, ya que se alternan días de temporal, que se llevan la arena, y de oleaje más suave, que la saca”, explica Gustavo Gutiérrez, responsable de comunicación y divulgación del parque, que cuenta con arenales como Valdearenas (con el sistema dunar más importante del Cantábrico), Covachos, La Arnía, El Portío, Tagle o Santa Justa. Si la resolución final de la Unesco es positiva, Costa Quebrada podría convertirse en geoparque mundial en la primavera de 2023.

07 Castilla-La Mancha. Vía ferrata Boca del Infierno (Sacedón, Guadalajara)

Escalones, travesía horizontal, pasarelas, puentes tibetanos o monos y una tirolina de 40 metros. La vía ferrata de Sacedón es divertida, accesible y permite disfrutar de la Boca del Infierno, un desfiladero en el embalse de Entrepeñas entre dos elevaciones rocosas: el alto de San Julián y el Castillejo. En otoño despliega atardeceres de un rosa intenso en los que, con un poco de suerte, planearán los buitres leonados. Para preservar la nidificación de esta colonia residente, la vía ferrata solo abre del 15 de julio al 15 de enero. Hay que realizar la actividad con cita previa (y el pago de una tasa de tres euros) para evitar aglomeraciones que estropeen, a partes iguales, la experiencia y el entorno. Los escaladores pueden ir por libre o con una empresa de turismo activo; en el municipio hay dos: Multiaventura Buendía y Multiaventura Sacedón.

08 Castilla y León. Turismo forestal y setas (Soria)

Al norte de Soria, en el corazón de Tierra de Pinares, se encuentra el parque forestal y aula del bosque de El Amogable, donde comprender, de forma amena y educativa, el valor y la importancia de esas fábricas de vida llamadas bosques. Recorrer el entorno, por libre o con expertos forestales y guías de la naturaleza, supone aprender cómo se gestiona, se cuida y se trabaja el monte, cómo se aprovecha para la ganadería o cómo se previenen los incendios. En este mar de pinos, para saber que ha llegado el otoño hay que mirar al suelo, a las setas: octubre y noviembre son sus meses fuertes en Soria, que celebra sus afamadas Jornadas de la Tapa Micológica del 4 al 13 de noviembre. En la Senda de los Ingenieros (una ruta autoguiada), el viajero se adentra en una reserva micológica. Aula divulgativa del bosque de El Amogable: 975 04 99 90.

09 Cataluña. Descubriendo al gato montés (Valls d’Àneu, Pallars Sobirà)

“El gato salvaje [o montés] es muy difícil de ver, ya que sale de noche y se esconde muy bien. Sabemos qué recorrido suele hacer. Pero hoy, al final del camino, le hemos perdido el rastro. ¿Nos puedes ayudar?”. Así comienza la nueva actividad autoguiada e interactiva que el centro de naturaleza MónNatura Pirineus ha preparado este otoño para descubrir al felino y el paisaje de las Planes de Son, en los Valls d’Àneu del Pallars Sobirà (Lleida), que habita. Los visitantes disponen de un mapa para seguirle las huellas y explorar 10 puntos de interpretación que ayudarán a conocer, además, a los topillos, las hormigas y la vegetación de la alta montaña.

10 Comunidad de Madrid. Los ocres de la Sierra Oeste

Las faldas de las Machotas, una de las montañas más bonitas de Madrid, están alfombradas por un castañar con algunos de los ejemplares más destacados de la comunidad, como el castaño del Cotanillo o el de la Fuente del Rey. Su despliegue de rojos y ocres lo hacen parada obligada del otoño en la Sierra Oeste de Madrid. Forma parte de la ruta Montañas mágicas, cascadas y pueblos fantasma, que discurre entre Zarzalejo y Santa María de la Alameda, y es una de las 55 experiencias englobadas en MadRural: un proyecto que reúne la oferta turística rural de la Sierra Norte, la Sierra Oeste y la zona de las Vegas y la Alcarria para promover un modelo de ecoturismo de proximidad y de apoyo a la población rural.

11 Comunidad Valenciana. Etnobotánica en Serra de Mariola (Alicante y Valencia)

En otoño, las plantas aromáticas de Serra de Mariola (tomillo real, salvia, camomila) ceden protagonismo a las setas: el típico níscalo, varias clases de amanitas, la trompetilla amarilla. Su temporada suele durar entre fi nales de octubre y noviembre, que es cuando la empresa de ecoturismo La Sària centra en ellas las actividades y rutas etnobotánicas que organiza en este parque natural dominado por los bosques de pinos y los cauces de agua. “Acompañamos para conocerlas, no para recolectarlas”, matiza su gerente, Víctor Barberá. “No organizamos talleres de micología, sino que mostramos el papel de los hongos dentro del ecosistema y por qué es importante que su recolección esté regulada”, advierte. Las rutas se completan con datos etnográficos y apuntes sobre la relación del hombre con la naturaleza.

12 Extremadura. Geoparque Villuercas-Ibores-Jara (Cáceres)

El Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe, en la provincia de Cáceres.
El Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe, en la provincia de Cáceres. Alamy Stock Photo

El geoparque mundial de la Unesco Villuercas-Ibores-Jara, declarado en 2015, ocupa un macizo montañoso de más de 2.500 kilómetros cuadrados en el sudeste de la provincia de Cáceres. Un destino relativamente poco conocido que promueve la conservación y la comprensión del patrimonio geológico y paisajístico como base de un desarrollo sostenible e invita a un turismo pausado entre sierras, valles, rañas, minas y cuevas. El otoño asoma, esplendoroso, por los bosques de ribera, la dehesa de robles o los castaños centenarios que jalonan una de sus rutas, la de Isabel la Católica: parte de la localidad de Cañamero y termina en Guadalupe, con su imponente real monasterio, convertido en icono patrimonial de este territorio.

13 Galicia. Val do Salnés, viñedo y Atlántico (Rías Baixas, Pontevedra)

La Ruta de la Piedra y el Agua de Arosa se adentra en un paisaje boscoso, a la vera del río Armenteira, que conserva su atmósfera de cuento de hadas pese a encontrarse domesticado y trufado de molinos, fuentes, lavaderos y merenderos, sobre todo en su primer tramo. Es tan Val do Salnés como los viñedos de albariño, de hojas rojas tras la vendimia, el Atlántico o las rías de Arosa (la más grande de Galicia y la mayor productora de mejillón) y de Pontevedra. Consciente de que la idiosincrasia de sus vinos no se entiende sin este patchwork bien tejido, Bodegas Martín Códax ofrece vivir experiencias más allá de las catas: entre otras, surcar la ría a bordo de un barco pesquero tradicional, conocer cómo trabajan las mariscadoras y visitar una conservera. “Es nuestra manera de mostrar y valorar la tierra que nos permite vivir”, detalla Jorge Pallarés, director de marketing del grupo.

14 La Rioja. Caminos rehabilitados (Camero Viejo)

De Laguna de Cameros parte un sendero recién limpiado, muy bonito para hacer en otoño, que pasa por la ermita de Santo Domingo y discurre entre bosques de robles, pinos y hayas, flanqueado por barrancos. Bosques del Santo, de dificultad media, es la ruta 5 de Caminos de Cameros, un proyecto de rehabilitación de antiguos caminos para bicicleta de montaña, senderismo y running que pretende reivindicar Camero Viejo, una de las zonas menos conocidas de La Rioja. Por ahora se han adherido cinco ayuntamientos y se ha actuado en 10 senderos. “La idea es que se impliquen más municipios”, cuenta Alberto del Pozo, impulsor de la iniciativa. La mitad de los itinerarios están señalizados y la otra mitad se pueden seguir con el GPS o la aplicación de Caminos de Cameros.

15 Navarra. El nacedero del Urederra (Tierra Estella)

El nacedero del Urederra es una reserva protegida dentro del parque natural de Urbasa-Andía (Navarra).
El nacedero del Urederra es una reserva protegida dentro del parque natural de Urbasa-Andía (Navarra).Iñigo FernÁndez de Pinedo (Getty Images)

El camping Artaza-Urederra ofrece actividades de crecimiento interior, yoga, biodanza o espacios de silencio en su yurta y senderismo consciente o baños de bosque. Se encuentra en las inmediaciones del nacedero del río Urederra: un camino de pozas cristalinas en pleno corazón de un bosque de olmos y hayas que en otoño mezclan el rojizo-anaranjado de sus hojas con el azul turquesa del agua. Es una reserva protegida dentro del parque natural de Urbasa-Andía y solo permite 500 visitantes al día, mediante reserva online. La entrada es gratuita, pero los vehículos a motor han de pagar una tasa de aparcamiento.

16 País Vasco. La cueva de Mairuelegorreta (Álava)

En otoño, la ruta hacia la cueva de Mairuelegorreta desde las canteras de Murua, en la zona alavesa del parque natural de Gorbea, discurre sobre la alfombra de ocres y rojos que dejan las hayas. Explorada la superficie, toca conocer cómo se formó este paraíso de la espeleología, con sus 12,5 kilómetros, sus 215 metros de profundidad y sus cinco niveles diferentes, excavados por las corrientes de agua. Para acceder a su interior es necesario un permiso y hacerlo con un guía especializado. El visitante puede pasear por las galerías más conocidas y disfrutar de la belleza subterránea de la Capilla, el Zarpazo, Peña Grande o el Pozo del Diablo.

17 Región de Murcia. Baños de bosque en las Fuentes (Caravaca de la Cruz)

Una ardilla en el paraje natural de Fuentes del Marques (Región de Murcia).
Una ardilla en el paraje natural de Fuentes del Marques (Región de Murcia).Alamy Stock Photo

El camino del huerto, que lleva de Caravaca de la Cruz al paraje natural de las Fuentes del Marqués, declarado sitio histórico, transita del paisaje urbano al rural y termina, algo más de dos kilómetros después, en un paseo de Platanus hispanica. La gran cantidad de árboles caducifolios (plataneras, fresnos y álamos, sobre todo) de este entorno natural a los pies de la sierra del Gavilán y el Buitre hace que sus baños de bosque sean especialmente mágicos en otoño. “Hacemos ejercicios guiados para conectar con nosotros mismos y con la naturaleza, para tranquilizarnos y sentirnos en paz”, describe Nani Fernández, gerente de Naturacea, la empresa que organiza esta actividad, aquí y en la montaña. A la caída de la tarde, el sol en declive inicia un bonito juego de luces con hojas y ramas. “Los beneficios de la naturaleza para el ser humano están más que demostrados. Hemos de entrar más en contacto con ella; esa ha sido una de las lecciones de la pandemia. Cuidamos lo que valoramos y valoramos lo que conocemos”, reflexiona Fernández.

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