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Del Matadero a la Tabacalera: creatividad en los viejos almacenes de Madrid

Una ruta entre edificios históricos con pasado industrial o militar rescatados para la cultura en la ciudad

Visitantes en la exposición 'El jardín de las delicias: una mirada a la obra maestra de El Bosco desde la creación contemporánea', en Matadero Madrid.
Visitantes en la exposición 'El jardín de las delicias: una mirada a la obra maestra de El Bosco desde la creación contemporánea', en Matadero Madrid.

En la zona sur de Madrid, entre la antigua villa de la ciudad y el río Manzanares, se encuentra Matadero, un complejo de edificios de más de 165.000 metros cuadrados que hoy alberga uno de los espacios de arte y creación contemporánea de referencia en la capital. Su nombre puede despistar a quien lo visita, pero da una pista de cuál fue su pasado: durante más de medio siglo aquí estaba el matadero y mercado municipal de ganados de Madrid.

Proyectado por el arquitecto Luis Bellido, se inau­guró en 1924. Sus cinco sectores dedicados a los diferentes procesos de la venta agroganadera, presididos por un edificio administrativo que también hoy conserva su nombre original, la Casa del Reloj, permanecieron abiertos hasta 1995. Su segunda vida tardaría un tiempo en llegar. Tras casi una década en desuso y abandono, el Ayuntamiento de la capital aprobó un plan especial de intervención y adecuación arquitectónica para este espacio, la primera piedra de la nueva arquitectura madrileña que ha sido reconocida por prestigiosos certámenes europeos. Es el caso de la rehabilitación de uno de sus edificios, la Nave 15 —obra de los arquitectos Langarita y Navarro—, que recibió la mención especial de los premios Mies van der Rohe de 2013.

Además de ser un enclave cultural importante para Madrid, con una amplia programación de eventos de diferentes disciplinas artísticas, Matadero (plaza de Legazpi, 8) es un ejemplo de la arquitectura industrial que conserva la ciudad. Como esta, existen otras construcciones proyectadas inicialmente para actividades fabriles, o incluso militares, y que en su segunda vida también han dedicado su espacio a la creación artística. Todas ellas se pueden visitar de manera gratuita.

Exterior de la Sala Canal de Isabel II, en el barrio madrileño de Chamberí.
Exterior de la Sala Canal de Isabel II, en el barrio madrileño de Chamberí.D. carreño (alamy)

A escasos dos kilómetros de Matadero hacia el Norte, se levanta el edificio de la Tabacalera, como la llaman cariñosamente los madrileños. Su nombre también guarda relación con su pasado, porque durante una larga etapa fue la Real Fábrica de Tabacos de Madrid, aunque previamente acogió la Real Fábrica de Aguardientes y Naipes (1792-1809). Construido por Manuel de la Ballina en el barrio de Lavapiés, Tabacalera (Embajadores, 51) es patrimonio histórico y uno de los pocos edificios industriales neoclásicos de la capital. Su planta rectangular, distribuida en torno a tres patios, acoge actualmente dos proyectos: Tabacalera Promoción del Arte, gestionado por el Ministerio de Cultura y Deporte desde 2003 —el edificio mantuvo su actividad tabaquera hasta tres años antes—, que programa exposiciones temporales y actividades en torno a la fotografía y las artes visuales; y un centro social y cultural autogestionado por los vecinos —la Tabacalera— que organiza todo tipo de iniciativas para locales y visitantes (aunque de momento permanece cerrado debido a la pandemia). Es fácilmente identificable por sus muros exteriores, que desde 2014 sirven también como lienzo para artistas urbanos.

Un centro de experimentación

En las inmediaciones de la estación de Atocha se puede visitar otra reminiscencia industrial en cuyo interior la cultura se ha abierto paso. En 2013, dos programadores culturales, Néstor Prieto y Francisco Brives, alumbraron el Museo Centro de Artes de Vanguardia La Neomudéjar (calle de Antonio Nebrija, s/n), un centro de experimentación artística en una antigua nave dedicada a la formación de ferroviarios, propiedad de la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante (MZA). La empresa operó durante los siglos XIX y XX, construyendo este y otros edificios, además de la propia estación de Atocha. El visitante podrá revivir parte de este pasado ferroviario en La Neomudéjar porque mucha de la maquinaria original convive en el espacio con obras de arte, videoarte y new media arts, las apuestas de este centro cultural del barrio de Pacífico.

Otro ejemplo de esta arquitectura industrial destinada con el tiempo a un uso artístico se encuentra en el distrito de Chamberí. A principios del siglo XX nadie imaginaba que el primer depósito elevado de agua de Madrid acabaría convirtiéndose, más de 100 años después, en un espacio de referencia nacional e internacional en el mundo de la fotografía. La Sala Canal de Isabel II (Santa Engracia, 125) programa exposiciones temporales de esta disciplina en un espacio con planta circular y rematado mediante una cúpula metálica. Una obra de carácter industrial que más parece una obra de arte. El depósito, que tenía una capacidad de 1.500 metros cúbicos, se mantuvo en desuso entre 1952 y 1986, fecha en la que inició su etapa como sala de exposiciones.

Sede de Madrid Destino en el Cuartel de Conde Duque en Madrid.
Sede de Madrid Destino en el Cuartel de Conde Duque en Madrid.Carlos Rosillo

Madrid también cuenta con otros ejemplos de espacios que un día se proyectaron para un uso militar y en los que ahora solo hay hueco para la cultura. Uno de los más representativos por su historia es el Centro de Cultura Contemporánea CondeDuque (Conde Duque, 11), en el céntrico barrio de Universidad. Fue construido a principios del siglo XVIII por el arquitecto barroco Pedro de Ribera —discípulo de Churriguera— para alojar a las Reales Guardias de Corps. Dos siglos (y dos incendios) después, el cuartel —de 55.000 metros cuadrados— quedó al borde de la demolición debido a su mal estado, pero la insistencia ciudadana para destinarlo a un uso público consiguió salvarlo. El actual y reformado CondeDuque no solo sirve de contenedor cultural para la ciudad, también alberga parte de su historia con el Archivo de la Villa (con su Fuero de 1202), la Biblioteca Histórica, la Hemeroteca Municipal, la Biblioteca Musical y el Museo Municipal de Arte Contemporáneo.

Obras de la colección permanente de Ciudad del Arte - Museo Zapadores, en Madrid.
Obras de la colección permanente de Ciudad del Arte - Museo Zapadores, en Madrid.

Y al norte de la ciudad, en el barrio de Fuencarral, se encuentra otro gran complejo militar: el Cuartel General de Ferrocarriles y Zapadores Ferroviarios, reconvertido en Ciudad del Arte - Museo Zapadores (Antonio Cabezón, 70) en 2018 por los mismos creadores de La Neomudéjar. En este espacio de 23.000 metros cuadrados conviven actualmente exposiciones permanentes y temporales, talleres y galerías de arte, y asociaciones culturales.

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