Mucha música en Utrech
Con el estreno del TívoliVredenburg, complejo de ocio con cinco salas de conciertos y capacidad para 7.000 personas, la ciudad holandesa redobla su ya intensa oferta cultural
Un poco por casualidad y sobre todo porque alberga desde 1875 el Utrechts Conservatorium, la institución de educación musical más antigua de Holanda, Utrecht se ha convertido en uno de los destinos imprescindibles para los amantes de la música en Europa. Situada en el centro de los Países Bajos y bien conectada con la cercana Ámsterdam, es la segunda ciudad más visitada del país después de la capital.
Eventos como el festival de Música Antigua (Oude Muziek), la semana de la música (Gaudeamus Muziekweek), el festival de Beschanving o el festival internacional de música de cámara (Internationaal Kamermuziek Festival) ya la habían colocado en el mapa del panorama musical internacional. Sin embargo, con la apertura del complejo TivoliVredenburg el pasado sábado 21 de junio la escena musical de Utrecht ya no solo presume de una buena programación de conciertos y excelentes centros de formación para músicos, ahora cuenta también con el centro de música más grande y con las mejores instalaciones de los Países Bajos y, probablemente, de Europa.
El gigante complejo musical, que forma parte del plan urbanístico de remodelación de los alrededores de la estación central junto a proyectos como la recuperación del antiguo canal (sepultado por una autopista en la década de los 70), integra ahora a dos de las mayores instituciones musicales de la ciudad, el Tívoli y el Vredenburg, cuidadosamente restaurado, y su construcción ha costado 130 millones de euros. En el mismo emplazamiento donde hoy se erige este imponente edificio se encontraba desde 1979 el centro Vredenburg, obra del arquitecto holandés Herman Hertzberger quien también asistió a los actos de inauguración del sábado. El Tivoli, ubicado antiguamente en el centro histórico de la ciudad, lleva más de 30 años programando conciertos de pop y de rock, y es una de las salas más representativas de la ciudad.
Con cabida para más de 7.000 personas, el nuevo TivoliVredenburg cuenta con cinco salas de conciertos (Grote Zaal, Ronda, Hertz, Pandora y Cloud Nine) que le permitirán programar todos los estilos musicales, pero también representaciones teatrales, musicales, proyecciones, así como ferias y congresos.
El nuevo edificio, proyecto en el que, además de Hertzberger, han participado Patrick Fransen, Jo Coenen, Thijs Asselbergs y el estudio NL Architects, tiene hasta 26 camerinos perfectamente equipados, un enorme vestíbulo en la planta baja donde esporádicamente se programarán actuaciones y un amplio foyer en la tercera planta con excelentes vistas de la ciudad que será el centro neurálgico del edificio, con zonas de descanso, bar y una enorme pantalla que proyecta permanentemente De Zesde Zaal (la sexta sala en holandés) del artista Aernout Mik: creada alrededor de la pieza 4’33 de John Cage, esta obra visual de 40 minutos está ambientada en un teatro al aire libre y pretende ser la sexta sala del TivoliVredenburg.
No es la única intervención artística del edificio. En contraposición al imponente edificio, el artista Job Koelewijn ha realizado una pieza minima, Running Cemetery, que muestra, en los pasamanos de las ocho escaleras mecánicas del centro, los nombres de músicos ya fallecidos que en alguna ocasión anctuaron en Utrecht.
Con motivo del estreno, el TivoliVredenburg, dirigido por Frank Vreeke, programó el pasado día 21 más de 40 conciertos durante 11 horas ininterrumpidas en sus cinco salas, reuniendo actuaciones tan diversas como Insomino, de Steve Reich, The Kyteman Orchestra & Radio Filharmonisch Orkest, Bruut!, Dotan, Goose o 2ManyDjs. Además de los actos de inauguración, que se han prolongado durante dos semanas más, la programación musical del TivoliVredenburg prevista para este 2014 incluye conciertos como el de Pet Shop Boys (10 de agosto), Yan Tiersen (7 de octubre) o Maceo Parker (29 de octubre), entre muchos otros, así como numerosos eventos y festivales. Una visita imprescindible para melómanos y apasionados de la música.
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