España se convierte hoy en el quinto país del mundo en regular el derecho a la muerte digna. Este es un recorrido visual a través de los casos y acontecimientos claves en este proceso.
El caso de Ramón Sampedro fue un importante paso en el camino hacia la legalización de la eutanasia en España. Fue el primero con repercusión e hizo que le siguieran otros muchos. Madeleine Z., Inmaculada Echevarría, Pedro Martínez, José Antonio Arrabal, o María José Carrasco son algunos ejemplos de otras personas que reivindicaron posteriormente el derecho a una muerte digna. En la imagen, Sampedro, en su casa de Xuño (A Coruña) el 18 de febrero de 1994.Óscar ParísInmaculada Echevarría, en octubre de 2006, cuando hizo público su deseo de morir pronto y sin dolor.M. ZarzaRamón Sampedro llega, ayudado por un familiar, a la Audiencia Provincial de A Coruña, donde se celebra la vista oral del juicio, en 1996.EFEEl doctor Luis Montes, fue presidente de la asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD), acusado y posteriormente absuelto, en 2007, de ayudar a morir a 400 enfermos del hospital Severo Ochoa de Leganés (Madrid). Montes abanderó durante años la lucha por el derecho a una muerte digna. En la imagen, el médico en una manifestación para pedir el cese del entonces consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Manuel Lamela.Ricardo Gutiérrez"Vivo en una cárcel que se va estrechando", declaró Pedro Martínez Collado, enfermo de esclerosis lateral amiotrófica (ELA), en diciembre de 2011. Poco después, reunió a su familia para despedirse, y falleció mediante sedación asistida.García CorderoHomenaje a Ramón Sampedro en la playa de As Furnas, en Porto do Son (A Coruña), 10 años despues de su muerte, en enero de 2008.Andrés FragaEl doctor Montes, en enero de 2008, celebra con personal del hospital Severo Ochoa de Leganés (Madrid) el archivo de la causa contra él por ayudar a morir a más de 400 pacientes en estado terminal.Luis SevillanoJose Antonio Arrabal, enfermo de Esclerosis Lateral, en su casa, antes de tomar una dosis letal de Pentobarbital, en abril de 2017.Bernardo PérezJosé Luis Sagües, enfermo terminal de cáncer, acabó con su vida pocos días después de que El País le hiciera esta fotografía. Lo hizo mediante sedación, ayudado por la asociación Derecho a Morir Dignamente, y rodeado de sus familiares, de los que pudo despedirse mientras tomaba un vino. "Quiero morir porque amo la vida", manifestó. En la imagen, Sagües, en su casa de El Álamo, en Madrid, en 2014.Uly MartínEl caso de Ángel Hernández y María José Carrasco fue también muy mediático. Ambos estuvieron esperando años a que hubiese una ley que les amparase y poder acceder al suicidio asistido legalmente. María José confesó en una entrevista a este diario: "No quiero dormirme, lo que quiero es morirme". En esta imagen, de octubre de 2018, Ángel cuida de su esposa, enferma de esclerosis múltiple en su casa de Madrid.Ángel Hernández sale del juzgado de guardia de Plaza de Castilla tras ser detenido por ayudar a morir a su esposa. En un primer momento se le acusó de un delito de cooperación al suicidio, aunque luego también estuvo a punto de ser encausado por violencia de género, pero finalmente, el juzgado especializado en estos delitos lo desestimó. Actualmente, la Fiscalía de Madrid le imputa un delito de cooperación al suicidio, pero solo pide seis meses de cárcel por él y ha anunciado su intención de aceptar un indulto si resulta condenado.Un momento de la concentración frente a los juzgados de Plaza de Castilla de Madrid convocada por la asociación Derecho a Morir Dignamente en apoyo a Ángel Hernández, al día siguiente de que este ayudara a morir a su esposa, María José Carrasco.Ana María Arellano y su hijo Pablo Herreruela posan junto a una fotografia de Jose María Herreruela, su marido y padre respectivamente, en su domicilio en Madrid, en abril de 2019. José María, con esclerosis múltiple, terminó con su vida a los 53 años ante el grave deterioro al que le estaba conduciendo su enfermedad.La Asociación Española de Abogados Cristianos participa en una concentración convocada en diciembre de 2020 ante el Congreso para rechazar a la ley de la eutanasia.Luca Piergiovanni (EFE)Rafael Botella, valenciano de 37 años, tetrapléjico desde los 19. Él pidió morir dignamente hace año y medio por el dolor insoportable. Rafael es una de esas personas que estaba esperando a la aprobación de esta ley para poder pedir morir dignamente.Mónica TorresLa exministra de Sanidad y diputada del PSOE María Luisa Carcedo y el médico Carlos Barra, frente al Congreso de los Diputados, cuando comenzó el trámite para la aprobación de la ley de la eutanasia en diciembre de 2020.María Ángeles se seca las lágrimas mientras se manifiesta en el exterior del Congreso de los Diputados el día en el que el pleno comenzó la tramitación para la aprobación de la ley de la eutanasia.Olmo CalvoManuela Sanles, la cuñada de Ramón Sampedro, en la habitación, que conservan igual desde hace 23 años, y desde donde Ramón Sampedro dirigó durante años la lucha por la ley de la eutanasia, tras quedar tetrapléjico en un accidente en la playa de As Furnas (A Coruña), en 1968, este jueves, cuando el Congreso ha aprobado definitivamente la ley por la que tanto peleó desde su localidad natal de Porto do Son Vista.Lavandeira (EFE)Diputados del Congreso aplauden a la exministra de Sanidad María Luisa Carcedo, impulsora de la nueva norma, tras la aprobación de la ley de la eutanasia.Samuel Sánchez
