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Mentiras, controversias y teorías sobre ‘Las meninas’, el cuadro favorito de los españoles que visitan el Prado

La obra de Velázquez es la más popular del museo madrileño, que en 2019 ha celebrado su bicentenario. Pero, ¿qué hay de cierto en lo que creemos saber sobre él?

En 'Las meninas' aparecen retratadas once personas: la infanta Margarita (en el centro), a la que atienden las meninas doña María Agustina Sarmiento y doña Isabel de Velasco, Velázquez (autorretratado a la izquierda), los enanos Mari Bárbola y Nicolasito Pertusato, doña Marcela de Ulloa junto a un guardadamas, el aposentador José Nieto (al fondo) y los reyes Felipe IV y Mariana de Austria (reflejados en el espejo).
En 'Las meninas' aparecen retratadas once personas: la infanta Margarita (en el centro), a la que atienden las meninas doña María Agustina Sarmiento y doña Isabel de Velasco, Velázquez (autorretratado a la izquierda), los enanos Mari Bárbola y Nicolasito Pertusato, doña Marcela de Ulloa junto a un guardadamas, el aposentador José Nieto (al fondo) y los reyes Felipe IV y Mariana de Austria (reflejados en el espejo).Foto: Getty
Sara Navas

Las meninas, de Velázquez, es el cuadro que la mayoría de los españoles colgarían en el salón de su casa si tuvieran la oportunidad. Así lo refleja un estudio que ha llevado a cabo el Museo del Prado con motivo de su bicentenario, que está celebrando a lo largo de 2019. Esta obra de Diego Velázquez (Sevilla, 1599- Madrid, 1660) es la favorita de los españoles: seis de cada diez la prefiere por encima de todas las opciones que ofrece la pinacoteca española. ¿A qué se debe esta fascinación?

El nombre que Diego Velázquez dio a esta pintura fue 'Retrato de la señora emperatriz con sus damas y una enana'. Así consta en el inventario que se hizo en el Alcázar de Madrid en 1666. Sin embargo, incluso en el Prado está acreditado como 'Las meninas'

"Los misterios que hay en torno a él conquistan al público. Ocurre algo parecido con el enigmático rostro de La Gioconda, de Da Vinci", apunta José Manuel Cruz Valdovinos, catedrático de Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid y uno de los mayores expertos en la obra de Velázquez. Andrés Sanz, director de El cuadro (documental que este año está nominado a un Goya), destaca "la capacidad de mostrar una cosa y ser la contraria" que tiene esta pintura de Velázquez. "Observarlo se convierte en un juego. Al mirarlo detenidamente el espectador empieza a descubrir cosas e inmediatamente comienza a hacerse preguntas", añade Sanz, que ha pasado tres años documentándose e investigando Las meninas.

Javier Portús, doctor en Historia del Arte y jefe de conservación de Pintura Española hasta 1800 del Museo del Prado, coincide con ambos y añade que se trata de una obra abierta que da pie a multitud de opiniones: "Es un pozo sin fondo de interpretaciones. Yo soy bastante escéptico, pero también bastante receptivo a las diferentes lecturas. No creo que un cuadro como este sea cerrado, de ahí que los análisis de Las meninas sean tan frecuentes".

En Las meninas aparecen once personajes y, tal y como señala Javier Portús, se trata de uno de los primeros retratos colectivos de la historia. "Es una obra maestra debido a su complejidad narrativa y compositiva. Sin embargo, poco se sabe de ella. Lo que ha trascendido es lo que Antonio Palomino contó en 1724 basándose en la biografía de Velázquez que escribió a mediados del siglo XVII Juan de Alfaro, discípulo del pintor", comenta Portús.

En el Museo del Prado explican que gracias a Palomino se conoce que el escenario en el que transcurre la acción es el cuarto del Príncipe del Alcázar de Madrid (palacio donde residían los Reyes de España hasta la Nochebuena de 1734, cuando un incendio lo destruyó). Además, Palomino identificó que la mayor parte de los personajes eran servidores palaciegos que se disponen alrededor de la infanta Margarita, a la que atienden las meninas doña María Agustina Sarmiento y doña Isabel de Velasco. Las meninas o meninos eran jóvenes de familia noble que entraban en la corte para servir a la reina o a sus hijos. También aparecen Velázquez, trabajando ante un gran lienzo, los enanos Mari Bárbola y Nicolasito Pertusato, doña Marcela de Ulloa junto a un guardadamas, y, al fondo, el aposentador de la reina José Nieto. Como colofón, en el espejo se ven reflejados los reyes Felipe IV y Mariana de Austria.

Cruz Valdovinos afirma a ICON que lo que hace de Las meninas "una obra tan soberbia es que hay algo en ella que no es descifrable". De ahí que el cuadro del pintor sevillano lleve siglos suscitando todo tipo de teorías. "Es difícil apreciar todo lo que ocurre en la escena", señala el catedrático.

En ICON hemos hablado con expertos en historia del arte y en la obra de Diego Velázquez para desmentir teorías y aclarar las controversias que llevan siglos persiguiendo a uno de los lienzos más populares de la pintura española.

Ha trascendido que 'Las meninas' se pintó en 1656. Pero en el documental 'El cuadro', el hispanista Jonathan Brown afirma que Velázquez lo pintó a finales de 1659 o principios de 1660, unos meses antes de su muerte

– El nombre del cuadro no es 'Las meninas'

El nombre que Diego Velázquez dio a esta pintura fue Retrato de la señora emperatriz con sus damas y una enana. Así consta en el inventario que se hizo en el Alcázar de Madrid, donde se encontraba el cuadro, en 1666. Sin embargo, en 1843, casi 200 años después, Pedro de Madrazo recibió el encargo de redactar el catálogo del Museo del Prado, donde fue enviado el lienzo después del incendio del Alcázar, y decidió registrarlo con el título de Las meninas, nombre con el que se le conoce hoy. El historiador del arte Peio H. Riaño comenta a ICON que el cambio de nombre se da porque Madrazo era un señor propio de su tiempo (el siglo XIX). "Quizás es muy atrevido pensar que el origen del título de Las meninas es una inquina personal contra la mujer libre", apunta Riaño. Y añade: "El título de Madrazo tiene un punto de partida en contra de la nueva mujer. Lo que busca es dar protagonismo a las acompañantes de la infanta, conocidas como las meninas, restando peso a la figura principal, la infanta Margarita".

– ¿Realmente se pintó en 1656?

La fecha que figura como oficial es el año 1656. Sin embargo, en el documental dirigido por Andrés Sanz, El cuadro, el hispanista estadounidense Jonathan Brown afirma que Diego Velázquez lo pintó a finales de 1659 o principios de 1660, unos meses antes de su muerte. Su teoría se basa en que la cruz de Santiago que luce el pintor en el cuadro no se la otorgaron hasta 1659. Por lo que considera que no es posible que se pintara con ella en 1656, cuando aún no había sido nombrado caballero de Santiago. Andrés Sanz también opina que es "del todo improbable que Velázquez se pintara con la cruz en 1656", pero no está tan seguro de que la fecha de su creación sea 1660. "Me parece una locura pensar que Velázquez se pintó la cruz de Santiago en 1656. Creo que lo más coherente es pensar que se añadió una vez se la concedieron. Además, en 1660 la infanta tendría nueve años y Velázquez pintó a Margarita con cinco años, edad que tenía en 1656", apunta. Por su parte, Antonio Palomino afirmó que fue el rey Felipe IV quien mandó que pintaran esta cruz en el pecho del pintor cuando Velázquez fue nombrado caballero de Santiago. "La mayoría pensamos que fue pintado en 1656 y que en un primer momento Velázquez se pintó sin la cruz", opina Valdovinos.

– No, Velázquez no era noble

"Al nombrarle caballero de Santiago muchos entienden que eso le convertía directamente en noble, pero no es así", afirma Cruz Valdovinos. El catedrático explica a ICON que fue el rey Felipe IV quien peleó durante años para que el pintor vistiera la Orden de Santiago. "Lo consiguió después de pedir las dispensas del Papa. Felipe IV tuvo que convencer a mucha gente de que Velázquez merecía este reconocimiento. Los honores que tuvo el sevillano fueron inauditos para una época en la que, a diferencia de lo que ocurre hoy con los artistas, ser pintor era como ser un trabajador más de palacio. No daba prestigio ni a los pintores se les tenía por genios. Pero nunca fue noble, ni siquiera cuando fue nombrado caballero de la Orden de Santiago. La nobleza es algo que se hereda y tiene que ver con la sangre, no es un simple título que alguien pueda pedir o ganar", añade Cruz Valdovinos.

– ¿Estaba Velázquez pintando a los Reyes?

Es una de las preguntas sobre Las meninas más reiteradas. En el cuadro, los reyes Felipe IV y Mariana de Austria aparecen reflejados en el espejo que se encuentra a la derecha del pintor. Pero, ¿quiere esto decir que estaban posando para Velázquez? Responde José Manuel Cruz Valdovinos: "Es probable que Velázquez se pintara a él mismo pintando a los reyes, pero no se sabe. Lo que hay en el caballete es un misterio porque nunca podremos darle la vuelta al lienzo y ver lo que hay en él". Lo que sí ha trascendido, cuenta también Cruz Valdovinos, es que el objetivo principal de Velázquez en Las meninas era retratar a la infanta Margarita. "Lo que no consta, sin embargo, es que fuera un encargo del rey, por lo que tuvo que ser Velázquez quien le pidiera permiso para pintar un retrato tan libre", apunta el catedrático.

"Lo que hace de 'Las meninas' una obra tan soberbia es que hay algo en ella que no es descifrable. Es difícil apreciar todo lo que ocurre en la escena del cuadro" José Manuel Cruz Valdovinos, catedrático de Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid

Portús opina que el espejo no refleja lo que Velázquez está pintando porque "en esa época, por protocolo, no se retrataba a los reyes juntos". Además, señala Portús, el lienzo que aparece no se asocia a la pintura de retratos, si no a pintura de historia. "Ese género, el de pintura de historia, era la cima para cualquier pintor de la época, ya que requiere dominar la representación de la emociones", explica. Sin embargo, Andrés Sanz, director de El cuadro, discrepa de Portús: "Científicamente, si nos guiamos por la perspectiva, lo que se ve en el espejo es lo que Velázquez pinta en el lienzo".

– ¿Estaban los Reyes en la habitación?

"En Las meninas, Velázquez nos cuenta que está pintando a los reyes, pero eso no quiere decir que estuvieran allí", comenta Andrés Sanz. El director de El cuadro piensa que el perro que aparece durmiendo no estaría en ese estado de reposo si los Reyes se encontraran en la habitación donde Velázquez está pintando. "El perro jamás seguiría durmiendo en el momento en que los Reyes llegan al cuarto porque al darse cuenta de su presencia estaría activo y les haría fiestas". Javier Portús reconoce que la pregunta sobre si los monarcas estaban presentes "es una de las grandes incógnitas en torno al lienzo". José Manuel Cruz Valdovinos coincide y afirma que es imposible saber si los reyes están allí: "Hay testimonios escritos que dicen que el rey Felipe IV se asomaba para ver cómo iba el cuadro, pero todo lo que Velázquez muestra en Las meninas es ficción".

– ¿Lo que pintó Velázquez ocurrió realmente?

Toda la acción que tiene lugar en Las meninas da pie a diferentes posibilidades de interpretación. De ahí que uno de los debates más encendidos gire en torno a si lo que nos muestra el pintor sevillano en este lienzo aconteció realmente. "Velázquez defendía que la pintura es un arte liberal, por eso se tomó la libertad de ficcionar lo que ocurre en la escena", comenta José Manuel Cruz Valdovinos. "Uno de los tópicos de la época es que la pintura era un arte liberal, y eso se simbolizaba con un pincel sobre lienzo en blanco [como el que aparece de espaldas en el cuadro]", coincide Javier Portús. El director de El cuadro, Andrés Sanz, apunta que nos encontramos ante una obra modernísima y revolucionaria. "Las meninas es un invento de Velázquez a partir de un encargo que podría ser el retrato de la infanta Margarita. Entenderlo hoy es muy difícil porque estamos en otra época. Pero en el siglo XVII a estos trabajos se les llamaba caprichos y hacían mención a una idea original con la que se jugaba y se ficcionaba", explica Andrés Sanz.

En el documental que dirige Sanz, el crítico de arte Francisco Calvo Serraller afirma: "Se trata de una escenificación de la realidad donde todo es fingido". El historiador del arte Peio H. Riaño también cree que fue una improvisación calculada fruto de la imaginación del pintor. "Una imaginación que recurre al virtuosismo", señala. Todo el teatro que predomina en la acción de Las meninas fue posible porque, tal y como declara Manuela Mena (jefa de Conservación de Pintura del Siglo XVIII y Goya del Museo Nacional del Prado hasta enero de este año) en el documental El cuadro, el rey confiaba en Velázquez y por eso admitía esta libertad artística.

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Sara Navas
Redactora de ICON desde 2016, año en que llegó a EL PAÍS. Es licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid y ha escrito el libro ‘La monarquía al desnudo. Del rey que nació en un retrete al soberano playboy’.

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