La ESA lanzará en 2025 el primer satélite para retirar basura espacial
La ClearSpace-1 es una misión que probará la tecnología para afrontar una amenaza para los sistemas de comunicación o de observación de la Tierra
Después de cincuenta años lanzando objetos al espacio, la órbita terrestre, que parecía inmensa, empieza a estar saturada. Ya se han catalogado unos 22.000 objetos considerados basura espacial, hay más de 2.000 satélites en funcionamiento y 3.000 fuera de servicio. Y los responsables de regular el tráfico espacial no tratan la amenaza como algo hipotético. Cada año, se gastan 14 millones de euros en desviar satélites para evitar choques, aunque la Agencia Espacial Europea (ESA) reconoce que el 99% de esos avisos son falsas alarmas.
Además de mejorar sus métodos predictivos, Europa ya planea la primera misión que sacará de órbita basura espacial. ClearSpace-1, una misión que deberá liderar la empresa suiza ClearSpace, tiene previsto su lanzamiento para 2025 y tendrá como objetivo retirar la etapa superior Vespa, un trozo del cohete Vega con el que la ESA lanza sus satélites que quedó abandonado a una altitud de entre 660 y 800 kilómetros en un lanzamiento de 2013. Su masa, de 100 kilogramos, es similar a la de un satélite pequeño y al tratarse de un objeto simple y resistente es un buen candidato para esta primera prueba. En el futuro, según explicaba la ESA en una nota, se buscarán capturas mayores y operaciones en las que se limpien varios artefactos.
El ClearSpace-1 se lanzará primero a una órbita inferior de 500 kilómetros de altitud, donde realizará algunos ensayos críticos y se pondrá a punto antes de ascender a su órbita final para encontrarse con su objetivo. Después de amarrarlo con sus cuatro brazos robóticos se lanzará contra la atmósfera para desintegrarse junto a su captura. En el futuro se intentará que el sistema sea reutilizable.
Los especialistas de la ESA y la NASA en basura espacial están convencidos de que la “única manera de estabilizar el entorno orbital es eliminando activamente los residuos de gran tamaño”, según ha afirmado Luisa Innocenti, responsable de la iniciativa Espacio Limpio de la ESA. En la actual situación, “aunque mañana mismo se detuvieran todos los lanzamientos al espacio, las proyecciones muestran que la población total de desechos orbitales seguirá creciendo, ya que las colisiones entre objetos generan nuevos desechos mediante un efecto en cascada”, ha añadido.
Con la nueva misión, la ESA pretende “seguir desarrollando las tecnologías esenciales de guiado, navegación y control, así como métodos de encuentro y captura, mediante un nuevo proyecto denominado ADRIOS (Eliminación Activa de Desechos/Servicios en Órbita). Los resultados se aplicarán a ClearSpace-1, que permitirá demostrar [la eficacia de] estas tecnologías”, ha concluido Innocenti.
La ESA tiene otros proyectos para reducir el problema de la basura espacial, como el telescopio láser que planea instalar en el Teide para seguir fragmentos de chatarra orbital y que en el futuro podría funcionar como un cañón para eliminar los pedazos de basura espacial más amenazadores. La idea consistiría en desviar los objetos para que caigan a la atmósfera y se desintegren por rozamiento. Este y otros sistemas tratarán de hacer frente a una necesidad que hasta hace poco se veía como un problema para el futuro, pero empieza a considerarse urgente.
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