Si usted está estresado, súbase a una bici y pedalee
Montar en bicicleta es, según algunos estudios, una actividad deportiva eficaz para elevar el nivel de bienestar emocional.
POR MÚLTIPLES razones, he optado por disminuir el uso de vehículos motorizados. Admito que las distancias y vías de acceso por las que pedaleo me lo permiten y tengo la ventaja de vivir en una ciudad en la que, a pesar de sus fluctuaciones climáticas, me es posible hacerlo durante gran parte del año. Desde la bicicleta, mis pensamientos se enfocan de una manera muy diferente. Es como si fuese un proyector en el que las ruedas operan como los rollos de película y que al girar cíclicamente proyectan mis alrededores en un movimiento dinámico. Por otro lado, los ritmos de la bicicleta activan el engranaje del pensamiento creativo. Un ejemplo de ello es el célebre escritor irlandés y premio Nobel Samuel Beckett, que tenía gran afinidad por estos vehículos y desde joven se desplazaba con ellos desde su casa en Foxrock hasta las montañas de Wicklow. El mismo Beckett admite haberse inspirado en el ciclista francés —notoriamente lento— Roger Godeau para el título de su obra de teatro Esperando a Godot.
En muchas ciudades andar en bicicleta es un reto: se tiene poco respeto a los ciclistas; el tráfico es desmedido; las calles, angostas y de un solo sentido; hay ausencia de carriles para bicicletas y peatones desplazándose por todas partes, y ni que decir de los ladrones profesionales. No obstante, siguiendo la pauta de ciudades como Copenhague o Ámsterdam, las cosas están cambiando. En esta última —una de las más pobladas por bicicletas— se han designado alrededor de 250.000 espacios de estacionamiento ubicados más cerca de las estaciones de trenes que de los aparcamientos de automóviles; se ha reducido el límite de velocidad en carretera para que las personas de todas las edades se sientan seguras, especialmente los niños y sus abuelos. Ámsterdam cuenta con más de 400 kilómetros de vías ciclistas separadas físicamente. Estas, en áreas urbanas, refuerzan el sentimiento de comunidad entre los habitantes de la región.
El ciclismo urbano va en aumento y ofrece variedad de opciones: bicicletas personales o compartidas, como medio de transporte o de recreo. Salir en bicicleta es una de las formas más accesibles de hacer ejercicio. Además, es de bajo impacto en el cuerpo en comparación con otras como correr. La versatilidad del ciclismo es la manera perfecta de disfrutar del aire libre.
Con el camino abierto y sin un parabrisas de por medio, es más probable que la mente esté ocupada por el entorno más que por cualquier pensamiento negativo. La bicicleta te salva del estrés de conducir. Según Ione Ávila-Palencia y colaboradores del Instituto de Salud Global de Barcelona, en una encuesta realizada a 800 habitantes de la capital catalana de entre 18 y 69 años a través de cuestionarios telefónicos, las personas que se desplazan en bicicleta al trabajo o al centro de estudios al menos cuatro días a la semana reportaron una reducción de sus niveles de estrés hasta del 52% en comparación con las que no pedalean. Esta relación sigue siendo significativa después de haberse ajustado factores individuales y ambientales y al evaluar diferentes puntos de corte de estrés percibido. Los investigadores concluyen que vivimos en una sociedad con altos niveles de estrés y que la bicicleta puede ayudar a reducirlos.
El ciclismo puede generar una sensación de mayor autoestima y aumentar la capacidad de enfrentar desafíos
Las observaciones concuerdan con el estudio publicado recientemente en la revista The Lancet por Sammi R. Chekroud, de la Universidad de Oxford, y colaboradores acerca de la relación entre ejercicio y salud mental. La investigación —la de mayor calibre de este tipo hasta la fecha, con una muestra representativa de 1,2 millones de personas residentes en Estados Unidos— confirma la asociación significativa entre los dos ámbitos. La relación fue más acentuada en las personas que lo practican entre 30 y 60 minutos de tres a cinco veces por semana. De los 75 tipos de ejercicio estudiados, la participación en deportes de equipo en primer lugar y el ciclismo en segundo se asociaron con niveles más altos de bienestar emocional. Los investigadores especulan que los deportes en equipo probablemente confieren protección adicional al incorporar una dimensión social. Así que lo recomendable sería encontrar un amigo o quizá dos o tres y programar paseos en bicicleta.
El ciclismo puede generar una sensación de mayor autocontrol y autoestima, aumentar la capacidad de enfrentar desafíos. Es un vehículo que —como la bicicleta mágica de Mary Poppins— enlaza el momento presente con otros de nuestra niñez en los que evocamos el ritual de cuando aprendimos a usarla; nuestras primeras incursiones fuera del perímetro del entorno que nos era familiar, el miedo a perder el equilibrio, la extraña sensación de ir en una cuerda floja en movimiento en la que al avanzar nos estabilizamos. Es una metáfora de la vida, y a fin de cuentas tratar de explicar su encanto es en sí como andar en bicicleta: si nos detenemos a pensar lo que estamos haciendo, corremos el riesgo de tropezar.
David Dorenbaum es psiquiatra y psicoanalista.
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