25 fotosBuscando cura en hierbas y salmosLos sanadores tradicionales de Zanzíbar, archipiélago de Tanzania, están siendo registrados por las autoridades. Alrededor de 340 ya se han inscritoReutersZanzíbar - 23 sept 2019 - 16:27CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceLa curandero tradicional, Bi Mwanahija Mzee, sostiene al paciente Mundhir Nasoor, de cuatro semanas de edad, en Zanzíbar, en enero de 2019. El bebé fue llevado porque no quería alimentarse. Ella le diagnosticó que una ingesta de hierro demasiado alta durante la gestación como la razón principal de la enfermedad.Nicky Moran Woo (REUTERS)Hidaya Rayabu, de 22 años, mira a su pequeña hija horas después de dar a luz en el Hospital Makunduchi.Nicky Moran Woo (REUTERS)El bebé Ahee Bom yace sobre un cojín en el pasillo de su casa en Zanzíbar, Tanzania, el pasado febrero. Después del nacimiento, la piel de Ahee comenzó a oscurecerse y despegarse en grandes tiras. El curandero tradicional Bi Mwanahija Mzee lo bañó con dos exfoliantes hechos de hojas.NICKY MORAN WOO (REUTERS)La curandera tradicional Bi Mwanahija Mzee (en el centro) revisa el pañal de un niño que fue llevado a ella por estreñimiento. "La gente viene aquí porque realmente los ayudo. Conocí a muchos pacientes que fueron al hospital primero y no obtuvieron soluciones o la medicina no funcionó ", dice Mwanahija Mzee. "Este es mi trabajo seis días a la semana durante más de 20 años, así que lo hago mejor, sé más que ellos. Los pacientes que acuden a mí no mueren", afirma, rotunda.Nicky Moran Woo (REUTERS)Un bebé llevado a la curandera tradicional Bi Mwanahija Mzee para que lo ayude a que le crezca el cabello mira a la cámara.Nicky Moran Woo (REUTERS)La aprendiz de sanadora Salama corta las raíces para distribuirlas a los pacientes en la clínica de Bi Mwanahija Mzee, en Zanzíbar, Tanzania, el 6 de enero de 2019.Nicky Moran Woo (REUTERS)El curandero tradicional Haji Mrisho habla con la paciente embarazada Hidaya Rayabu, de 22 años, en su oficina en Zanzíbar, el 9 de enero de 2019. Mrisho da bendiciones a las mujeres embarazadas para proteger a sus bebés no nacidos de lo que ellas creen que es una posesión por parte de espíritus sobrenaturales, como los llamados djinns .Nicky Moran Woo (REUTERS)Una mujer grita mientras es tratada por lo que ella cree que es posesión de espíritus sobrenaturales, como los llamados djinns, mientras que otras mujeres rezan en la clínica de hierbas Shifaa en Zanzíbar, Tanzania, 17 de febrero de 2019. Las personas que visitan la clínica creen que pueden curarse de enfermedades físicas, espirituales y mentales causadas por la posesión de espíritus mientras escucha recitar palabras del Corán.Nicky Moran Woo (REUTERS)Murtazha Hamis, de 11 años, fue llevado a un curandero después de sufrir un derrame cerebral que resultó en parálisis parcial. En la imagen hace flexiones en la clínica de Bi Mwanahija Mzee en Zanzíbar, Tanzania, 20 de enero de 2019. La sanadora ha estado masajeando a Murtazha y prescribiéndole baños de hierbas durante el año pasado. La familia del niño le da crédito por ayudarle a recuperar la movilidad.Nicky Moran Woo (REUTERS)Raíces y las hierbas sobre una mesa esperando ser cortadas en pedazos más pequeños y administradas como medicina a los pacientes en la clínica de la curandera tradicional Bi Mwanahija Mzee. Zanzíbar, Tanzania, 5 de enero de 2019.Nicky Moran Woo (REUTERS)Un servicio de té adorna una habitación recientemente renovada para filmar vídeos para el canal de YouTube del jeque Salum, el fundador de la clínica Herbal Shifaa en Zanzíbar, Tanzania, el 3 de marzo de 2019. En la clínica Herbal Shifaa se lee el Corán para desechar lo que la población cree que son espíritus sobrenaturales, como los djinns, a quienes se atribuyen a muchas enfermedades.Nicky Moran Woo (REUTERS)La curandera tradicional Bi Mwanahija Mzee, de 56 años, masajea al bebé Abduli Juma de tres meses. La madre de Abduli, Semeni, lo llevó porque está muy letárgico y no puede aguantar la cabeza. arriba. Bi Mwanahija Mzee cree que está poseído por espíritus sobrenaturales como djinns. Sin embargo, los médicos del hospital dicen que tiene un problema cerebral incurable.Nicky Moran Woo (REUTERS)Montones de archivos de pacientes apilados en los estantes del Hospital Kidongo Chekundu, que posee el único pabellón psiquiátrico de Zanzíbar, el 24 de agosto de 2018. Algunas familias creen que las enfermedades mentales son causadas por espíritus sobrenaturales, y rara vez llevan a los enfermos al centro médico tradicional salvo que la situación sea grave.NICKY MORAN WOO (REUTERS)El aprendiz de sanador de la clínica Bin Rubea, Mohammed Saleh, espera clientes en el dispensario de su jefe. Zanzíbar, Tanzania, el 3 de marzo de 2019. El fundador de la clínica, Seif Khamis Rubea, embotella sus propios productos y también practica la medicina china a base de hierbas. Vende estos medicamentos en una tienda a un kilómetro de la clínica donde atiende pacientes.NICKY MORAN WOO (REUTERS)El curandero tradicional Sahihi Mrisho 67, ofrece raíces medicinales en la aldea de Makunduchi, Zanzíbar, Tanzania, el 26 de agosto de 2018. Mrisho cultiva y recolecta la mayoría de los medicamentos que usa en su práctica y fue enseñado por sus padres, ambos curanderos. No hay control alguno sobre las hierbas y sus propiedades. El Gobierno del país quiere cambiar esto.NICKY MORAN WOO (REUTERS)Varias mujeres recogen sus pertenencias después de un rezo coránico en la clínica de hierbas de Shifaa, Zanzíbar, Tanzania, el 17 de febrero de 2019. En clínica de hierbas de Shifaa se lee el Corán para desechar lo que creen que son espíritus, culpados de muchas enfermedades.NICKY MORAN WOO (REUTERS)Fatma Hamad sostiene a su hija de dos años, Khadija, mientras examina sus radiografías en el hospital gubernamental Mnazi Mmoja, Zanzíbar, Tanzania, 5 de febrero de 2019. Hamad llevó a su hija al hospital después de que una de las piernas del niño se paralizó durante fiebre alta. Incapaz de encontrar el problema a través de rayos X, el propio hospital le recomendó que buscara un sanador tradicional.NICKY MORAN WOO (REUTERS)Un sanador intenta despertar a una mujer vertiéndole agua en el cuello. Ella cree que está poseída por espíritus sobrenaturales.NICKY MORAN WOO (REUTERS)Nadra sostiene a su hijo Muhammad Ali, de ocho meses. Lo llevó a la curandero tradicional Bi Mwanahija Mzee para buscarle alivio, pues sufría de una hernia umbilical. Inicialmente lo atendieron en el hospital, pero tiene miedo de que le practiquen una cirugía y muera. Lo cual muestra el gran problema de la práctica y atención clínica reglada en el país.NICKY MORAN WOO (REUTERS)Bi Mwanahija Mzee, de 56 años, pone hojas frescas para hervir como medicina en el bolso de Khadija Salum. Zanzíbar, Tanzania, el 31 de enero de 2019. Salum es madre de un niño de un año, Amar, que fue llevado porque sufre unas convulsiones que comenzaron a los seis meses y no han cesado. El sanador está convencido de que es por culpa de los espíritus. El peligro para el pequeño es inmenso.NICKY MORAN WOO (REUTERS)Fatawi Haji Hafidh, gerente del Hospital Makunduchi, el segundo hospital más grande administrado por el Gobierno en la isla principal de Zanzíbar, posa para una fotografía el 21 de agosto de 2018. Hafidh afirma que los médicos y enfermeras están sobrecargados y pueden no tener tiempo para ver pacientes o realizar diagnósticos. Los enfermos también pueden ser incapaces de pagar los medicamentos recetados, o pueden dejar de tomarlos antes de que termine la prescripción, lo que los lleva a una recaída y aumenta su desconfianza. Acuden a curanderos, más baratos y cercanos.NICKY MORAN WOO (REUTERS)Un jeque de la clínica de hierbas de Shifaa sostiene a una mujer que etá siendo tratada por lo que cree que es posesión de espíritus. La mujer tuvo convulsiones y cayó al suelo durante el proceso.NICKY MORAN WOO (REUTERS)La curandera tradicional Bi Mwanahija Mzee, de 56 años, masajea a la paciente embarazada Maryam Juma, de 29 años. Este es el quinto embarazo de Maryam después de tres abortos espontáneos y un parto. Tanto ella como la sanadora creen que la razón es porque los niños en el útero estaban poseídos por espíritus. Maryam viene a Bi Mwanahija Mzee para procurar que este bebé sobreviva a través de hierbas y oraciones.NICKY MORAN WOO (REUTERS)La aprendiz de sanadora Salama sostiene un cuchillo usado para cortar hierbas en la clínica de Bi Mwanahija Mzee en Zanzíbar, Tanzania, 31 de enero de 2019.NICKY MORAN WOO (REUTERS)Páginas gastadas del Corán utilizadas para otorgar bendiciones en la clínica del curandero tradicional Haji Mrisho, en la aldea de Jambiani, Zanzíbar, Tanzania, 8 de agosto de 2018.NICKY MORAN WOO (REUTERS)