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Aciertos y errores del vídeo que muestra el fin del universo

Dos astrofísicos analizan una espectacular simulación de los próximos trillones de años

Javier Salas
Fotograma de 'Un viaje hacia el fin de los tiempos'
Fotograma de 'Un viaje hacia el fin de los tiempos'

¿Cómo será el futuro? Es una pregunta que muchos se han hecho, pero quizá solo unos pocos han querido imaginar el futuro más distante. No el mañana, sino el viaje que llevará al universo a su frío final. El realizador y compositor John Boswell, conocido por sus vídeos en YouTube como Melodysheep, permite asomarse a ese futuro, el recorrido del cosmos a través de trillones de trillones de trillones de años, hasta el fin de todo, el momento en que "el tiempo carece de sentido" porque, como dice el vídeo, "nada sucede y nada sucederá, nunca más".

En realidad, esa frase la dice el físico Brian Cox, porque esa es una de las virtudes del vídeo de Melodysheep, que ya ha alcanzado los 15 millones de visionados. Además de la poesía visual de sus agujeros negros bailando, de sus estrellas implosionando y de la espectacular atmósfera de la banda sonora, el vídeo lo guían las voces de los mejores especialistas y divulgadores, recogidas por Boswell de otros programas y documentales, para que sean los narradores de su viaje. Stephen Hawking, David Attenborough, Janna Levin y Neil deGrasse Tyson son solo algunos de los guías de este trayecto sideral que comienza asistiendo a la formación de un anillo alrededor de Marte (como los que tiene Saturno ahora) o se ve apagarse nuestro Sol.

En sus 30 minutos de duración se difunde mucha información sobre el futuro del universo, recorriendo casi todos los campos de la astrofísica, por lo que mientras se disfruta del vídeo, puede asaltar una pregunta: ¿es científicamente correcto todo lo que vemos? Hay fenómenos cosmológicos muy difíciles de representar visualmente, pero ¿al menos es fiel a la ciencia lo que nos cuenta? Dos jóvenes astrofísicos, Lucía González Cuesta, del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), y Pablo Galán de Anta, investigador en Armagh Observatory & Planetarium (Irlanda del Norte), señalan los aciertos y errores de este espectacular ejercicio de divulgación.

En general, los científicos piensan que el vídeo está bien hecho y que envía un mensaje "muy potente sobre el humilde papel de la humanidad en la historia del universo"

Los primeros miles de millones de años, en los que se muestra cómo se convertirán en supernovas algunas de las estrellas más conocidas, o cómo cambiará el sistema solar, se expresa de forma bastante correcta y coherente con lo que sabemos hoy por hoy, aclaran estos científicos.

A medida que el contador del tiempo va acelerándose exponencialmente en el vídeo, también va aumentando la complejidad, pasando de un campo a otro de la astrofísica, en los que también se exponen algunas de las ideas más aceptadas hoy por la comunidad científica, como la expansión acelerada del universo. Así que, en líneas generales, lo que se explica es acertado y podemos estar tranquilos (como bien se dice en el vídeo, no comprendemos la naturaleza ni el origen de la energía oscura, por ejemplo, que supone aproximadamente el 70% de la energía del universo). Pero hay episodios en los que el artista se aventura con afirmaciones que son pura especulación, como lo referido a los “universos bebé”.

Los científicos consultados coinciden en que hay expresiones que podrían matizar o discutir siendo puristas, pero en general piensan que el vídeo está bien hecho y que envía un mensaje "muy potente sobre el humilde papel de la humanidad en la historia del universo". Se refieren a frases como “el universo que conocemos morirá en hielo”, que no son del todo rigurosas y que es necesario entenderlas más como licencias poéticas, en este caso, dentro de la "dicotomía entre el hielo y el fuego". También señalan afirmaciones como "quizás existan islas de inteligencia en el tiempo", o "hay maneras de escapar de nuestro universo", que podrían tener cabida dentro de la ciencia-ficción, pero en la actualidad no sabemos si podrían ser reales o no.

El propio Boswell, que ha trabajado para National Geographic o Disney, admite que "hay una dosis muy saludable de licencia artística en esta pieza". Y añade: "Mi objetivo es más una pieza de reflexión, algo que te haga proyectarte emocionalmente sobre el futuro, en lugar de una representación estrictamente precisa". En los comentarios de su vídeo, el artista explica que primero elaboró la línea temporal, luego señaló los puntos de inflexión en la historia y comenzó a trabajar en las imágenes, la narración y la música en torno a esos puntos.

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Pero también hay incorrecciones, como la que señala Galán de Anta en la frase: “Cuando dos agujeros negros se fusionan, envían poderosas ondas de gravedad que resuenan en todo el universo”. "Teniendo en cuenta que el universo está en expansión acelerada, si trazas una esfera alrededor de un emisor (por ejemplo, el punto desde el que se emiten las ondas gravitacionales), este solo estará causalmente conectado hasta una distancia en la que la expansión del universo se aleje con una velocidad inferior a la de la luz", afirma el científico. Y añade: "Si la frontera en la que está otro observador (otro agujero negro, por ejemplo) se aleja más rápido que la luz, las ondas gravitacionales emitidas nunca le llegarán a ese agujero negro. Más bien, las ondas gravitacionales sonarían dentro de islas en el universo".

Para González, la frase "los universos que no tienen vida inteligente son infértiles" podría llevar a confusión. "Un universo en el que hubiese vida de cualquiera de estos tipos sería un universo fértil. Pero, si tenemos en cuenta en qué contexto se hace esta afirmación en el vídeo, en la parte en la que se habla de la creación de universos bebé, es lógico pensar que un universo fértil sería aquel en el que hubiese una civilización lo suficientemente inteligente o avanzada como para poder crear un nuevo universo al que escapar y, en ese caso, la frase sí que tendría sentido", señala la investigadora del IAC.

Para ella, la parte final del vídeo es especialmente inspiradora, en la que se habla de que no podemos escapar del universo y Cox dice: “Por primera vez en su vida, el universo será permanente, inmutable. La entropía finalmente deja de crecer, ya que el cosmos no puede desordenarse más. Nada sucede y nada sucederá nunca más". "Creo que no deja de ser bonito que al final el universo encuentre la calma y la paz, ya que podría ser a lo que muchos de nosotros mismos aspiramos a alcanzar algún día", afirma González.

Por último, Galán de Anta opina que para muchas personas los conceptos de "infinitud", "inmensidad" o "eternidad" pueden resultar desoladores. Y apunta: "Cierto es que somos incapaces de concebir algo así, pero si lo pensamos detenidamente, nuestros átomos, la materia que nos conforma, ha existido desde el comienzo del universo en la Gran Singularidad y, salvo que caigan a un agujero negro, seguirán viajando por esa eternidad absoluta, seguirán trayendo un poco de vida a la eterna paz de ese inmutable, frío y oscuro universo, porque de alguna forma, nosotros también nos habremos vuelto eternos con él".

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Sobre la firma

Javier Salas
Jefe de sección de Ciencia, Tecnología y Salud y Bienestar. Cofundador de MATERIA, sección de ciencia de EL PAÍS, ejerce como periodista desde 2006. Antes, trabajó en Informativos Telecinco y el diario Público. En 2021 recibió el Premio Ortega y Gasset.

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