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Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez
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Sahar Francis: “Israel usa a los prisioneros palestinos como arma política”

La activista denuncia además las violaciones a los derechos de miles de menores arrestados

Mientras que en algunos lugares del planeta la cárcel se utiliza para silenciar a quienes amenazan al poder, hay sin embargo quienes tratan de darles voz. Pocas personas pueden contarnos esta realidad mejor que Sahar Francis, activista que lleva 25 años defendiendo los derechos de los prisioneros políticos palestinos desde su ONG Addameer.

Sahar Francis particia como observadora internacional del juicio del “Procés
Sahar Francis particia como observadora internacional del juicio del “ProcésÁlvaro Minguito (International Trial Watch)

Fundada a finales de 1991 en la primera Intifada, Addameer fue una de las primeras organizaciones en garantizar una representación legal a las personas palestinas arrestadas bajo la ocupación. Desde entonces sigue ofreciendo esa asistencia gratuita y tratando de documentar y denunciar todas las vulneraciones de derechos a las que se enfrentan los prisioneros, tanto en el proceso de arresto e interrogación como en las prisiones. En calidad de portavoz, Francis representa a todos estos presas y presos palestinos, colectivo muy criminalizado por las autoridades israelíes. Lleva su denuncia por todo el mundo, incluyendo España, país que ha visitado recientemente junto con otros activistas por los Derechos Humanos como observadora internacional del juicio del “Procés”.

Pregunta. ¿Por qué hay casos de personas que van a la cárcel sin juicio, sin cargos ni garantías?

Respuesta. Una de las principales políticas bajo la ocupación contra la sociedad palestina es la política de detención administrativa. Ésta consiste en el arresto de personas basándose en información secreta y por un período indefinido. La orden militar sería por seis meses y podría renovarse indefinidamente basándose en la misma información secreta. Por eso lo llamamos detención arbitraria, porque no le permite a la persona saber de qué se le acusa y cómo puede defenderse.

Pero, además, los tribunales militares no garantizan un juicio justo por diferentes razones: la vaga definición de los delitos según las órdenes militares o el hecho de que todo el activismo político en los territorios ocupados sea ilegal. Incluso ser un estudiante en la universidad es considerado un crimen. Hoy en día, hay un aumento de ataques a activistas en redes sociales como Facebook o Twitter. Incluso un periodista que publica un artículo que critica la ocupación podría ser enviado a prisión.

El encarcelamiento en territorios ocupados se utiliza como un acto de control contra toda la sociedad para mantener dicha ocupación. Todo aquel que se manifieste en contra de las actividades del gobierno israelí dirigidas contra los asentamientos, los “ocupantes”, las políticas de demolición o confiscación de casas, la construcción de muros... se enfrenta al encarcelamiento y malos tratos. Así que de nuevo, se utiliza como una herramienta para mantener esta ocupación prolongada.

P. ¿Cuánto tiempo puede estar una persona en la cárcel sin cargos, sin saber de qué se le acusa?

R.Ha habido detenidos que estuvieron en detención administrativa durante dos años, tres años... El máximo en el caso palestino fue de ocho años en la primera Intifada, sin ningún procedimiento legal, sin saber por qué fue arrestado, cuándo sería liberado y cómo podía defenderse.

El aumento de la represión en cifras

Según datos de Addameer, en marzo de 2019 había 5.450 prisioneros políticos. De ellos, 497 estaban en detención administrativa, 540 tenían penas de cadena perpetua, 205 eran menores de edad y 48 eran mujeres. Estas cifras han venido aumentando a partir de 2015, año del levantamiento popular en territorio palestino, que supuso mayor represión por parte de las fuerzas de ocupación israelíes. Por poner un ejemplo, esta ONG denuncia que el número de menores palestinos detenidos en Israel aumentó de 155 en agosto de 2015 a 307 en octubre de 2015.

P. ¿Hay algún otro país donde suceda algo similar?

R. No de la misma manera. Por supuesto, esta política de detención administrativa se usa en algunos países contra personas por su ideología política o en casos de inmigrantes ilegales, pero no durante períodos tan largos. Este proceder legal encuentra su origen en la regulación de emergencia de la seguridad británica. La obtuvimos durante el período de mandato británico en Palestina en 1940, después de la creación del estado israelí en 1948, que tomó las mismas regulaciones y código penal de seguridad británicas. Así que en realidad, es una herencia británica.

Tal vez utilicen esa política en los regímenes antidemocráticos. Fue utilizada en Guantánamo por los Estados Unidos contra los detenidos acusados bajo sospecha de ser terroristas: personas detenidas sin ningún juicio y enfrentadas a tribunales militares. Por supuesto, esto es injusto y de acuerdo con el Comité contra la Tortura de la ONU, si la detención es indefinida y puede durar 2 o 3 años, supone tortura psicológica. Este es el problema de la detección indefinida, afecta a la persona detenida no solo en el nivel físico, sino también en el nivel psicológico.

Infancias entre rejas

De acuerdo con datos de Addameer, cerca de setecientos niños y niñas palestinos menores de 18 años de Cisjordania son procesados cada año a través de los tribunales militares israelíes después de ser arrestados, interrogados y detenidos por el ejército israelí. ¿El cargo más común? Lanzar piedras, un delito que mediante la ley militar se castiga con hasta 20 años de prisión. Desde el año 2000, más de 12.000 niños palestinos han sido detenidos.

Muchos de los niños tras ser liberados sufren de graves daños psicológicos.
Muchos de los niños tras ser liberados sufren de graves daños psicológicos.DCI Palestine (Defense of Children International)

P. En algunos países es muy difícil entender cómo pueden ir a la cárcel los niños. ¿Cuál es la situación de estos niños y niñas?

R. El problema es que se trata de una ley de orden militar. Pueden arrestar a un niño o niña de tan solo 12 años y enviarlo a prisión en custodia. Esto es lo que sucede a diario. La mayoría de los niños palestinos son arrestados bajo sospecha de haber arrojado piedras o participado en manifestaciones ilegales. Por supuesto, son sometidos a malos tratos, desde el momento del arresto: desde la violencia que emplea el ejército o la policía en la casa cuando vienen a arrestar al niño, a veces después de la medianoche, aterrorizándolo y humillándolo frente a su familia. Toda la protección que puede obtener de su familia se destruye desde ese primer momento. Lo golpean con las armas y le dan patadas todo el camino hasta llegar al centro penitenciario, y durante el interrogatorio puede sufrir violaciones o amenazas de que pasará toda su vida en prisión para obligarlo a hacer una confesión contra sí mismo o contra otros. De ese modo los niños sufren un largo período de aislamiento e interrogación. Más tarde, serán juzgados y acusados en un tribunal militar y una vez en la prisión se enfrentan más o menos al mismo trato que reciben los prisioneros adultos.

No existe una protección especial ofrecida por el sistema militar a estos niños. En realidad, se les trata igual que a adultos en cuanto a torturas y violaciones de sus derechos básicos. Una vez en la cárcel no reciben educación, no hay un sistema sanitario adecuado, no hay un proceso de rehabilitación. Así que la mayoría de estos niños son liberados habiendo perdido varios meses o un año de escuela; algunos de ellos ni siquiera regresan a la escuela porque no quieren repetirla. Algunos desarrollan trastornos postraumáticos después de ser liberados, por lo que el sufrimiento derivado de la experiencia se prolonga durante mucho tiempo.

Creo que mientras tengan la intención de arrestar a un número tan grande de niños esto afectará a toda una generación. En 2017, por ejemplo, se arrestó a más de mil niños y niñas. ¿Qué hicieron estos niños para amenazar la seguridad de Israel, de modo que realmente merezcan estar en prisión un año, siete meses...? Es una práctica que se mantiene de forma intencionada para afectar a toda una generación, porque saben que el impacto del encarcelamiento durará por mucho tiempo.

P. ¿Por qué no hay una legislación internacional que proteja a estos niños?

R. Por desgracia, los israelíes no están implementando la convención para la protección de los niños. Hay normas y tratados internacionales que Israel firmó y deberían aplicarse, pero, por supuesto, Israel, como estado, sigue violando los Derechos Humanos internacionales de forma sistemática sin ninguna responsabilidad en la comunidad internacional. Este es un problema grave en el mundo: todas estas entidades -como el Comité de Detención del Niño o el Comité contra la Tortura- emiten informes a favor de niños y adultos palestinos prisioneros. Por desgracia nunca se han implementado. No hay ningún mecanismo para hacer cumplir estos informes y recomendaciones para cumplir con esta responsabilidad.

Creemos que el deterioro de las condiciones de los presos políticos continuará debido a las elecciones en Israel (el 9 de abril de 2019), ya que una de las campañas electorales de la derecha más radical es atacar a los prisioneros palestinos porque son considerados terroristas en la opinión pública de Israel. Usan a los prisioneros como un arma política, y los usan de hecho contra la autoridad palestina como compromiso, por ejemplo cuando quieren hacer un intercambio de presos. Normalmente, ponen precio a la liberación de mil o dos mil prisioneros palestinos. Es un tema político, por eso hacen campañas tan grandes de detención.

Actualmente tenemos 5.600 prisioneros: es un número enorme en comparación con lo que está sucediendo en los territorios ocupados. No estamos en una intifada o algo así, ¿cuál es la justificación de un número tan grande de detenidos? Es por razones políticas, para poder utilizarlos en las negociaciones, para cualquier proceso de paz, algún acuerdo político, como moneda de cambio.

Esta es la primera parte de una interesante entrevista realizada a la activista Sahar Francis. En ella, Diana Moreno e Ignacio Guerra de la Fundación porCausa hablan con Francis para conocer más sobre la situación represiva que viven palestinos y palestinas en Israel.

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