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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Fútbol corrupto

La red de amaño de partidos, compleja y extensa, compromete la credibilidad de la Liga

El descubrimiento y desarticulación de una red organizada para amañar partidos de fútbol y lucrarse con las apuestas deportivas no constituye una sorpresa para quien haya seguido los antecedentes de pactos y acuerdos que proliferan en el fútbol aunque solo sea para evitar descensos o para garantizar ascensos de categoría. Una denuncia de LaLiga y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) sobre el resultado sospechoso de un Huesca-Nàstic ha permitido a la policía poner al descubierto la trama que, por su complejidad y organización, se parece a los amaños truculentos de apuestas futbolísticas descubiertos en el calcio italiano.

Editoriales anteriores

El fraude futbolístico se ha hecho más sofisticado y más extenso. Aunque las competiciones deportivas siempre han sido susceptibles de amaño o colusión, la complejidad de la estafa descubierta en la Operación Oikos, con apuestas cruzadas en todas y cada una de las fases de los partidos, hace suponer que el éxito relativo de un mercado profesional de apuestas, perfectamente legal e igualmente complejo, ha incitado a los defraudadores a elevar el nivel de gestión de los amaños. No es ilegal apostar, pero sí constituye un delito incitar al tongo en los partidos para obtener grandes beneficios en las apuestas.

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La Operación Oikosdeja una sensación contradictoria. Tranquiliza la relativa rapidez y la eficiencia con la que la policía ha resuelto las denuncias y ha encontrado pruebas para poner a los presuntos responsables ante el juez, pero también transmite una cierta inquietud, puesto que pone de manifiesto la facilidad con que pueden alterarse los resultados de las competiciones. Ratifica asimismo que las autoridades deportivas tienen que extremar el rastreo de los resultados de cada jornada en busca de resultados anómalos e investigarlos a fondo. Para ello, hay que destinar recursos e incentivar la colaboración entre LaLiga y la RFEF, hoy muy distanciadas. El fútbol es algo más que los trofeos, la euforia por los triunfos y las excelencias de un Messi sobre el césped; también es un negocio para el cual la falta de credibilidad y la inseguridad deportiva pueden resultar fatales a medio plazo.

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